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lunes, agosto 18, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XX

Camino cuesta arriba, algo tarde ya, y no me cruzo con nadie ¿Qué hay de quienes acostumbran a madrugar y que deberían estar ya de vuelta? Debe de ser un día raro, pero el caso es que llegó al punto donde una curva convexa del camino cruza un cortafuego a medio ladera  -un banco de piedra y madera marca su vértice-, cortafuego que mucho más abajo desemboca en el pueblo, que se me figura en el valle tal un abanico de magnitud geológica e incontrolable alabeo.


Extending the Blessings of Civilization


Estoy en un centro, un centro de algo es de imaginar, y me siento en el banco de piedra y madera ya algo estropeada. Voy a sacar un plátano, pero en la mochila descubro tres libritos que debí poner allí no sé cuándo, antes del plátano y la botellica de agua. El chocolate no se ha derretido. No se me ocurre qué preocupación o qué precaución me llevó a guardarlos allí quizá en vísperas de un viaje en autobús o de una excursión del fin de semana. El caso es que por la mañana no vi que dejaba el plátano y las nueces juntos a tres livianos volúmenes que no voy a leer, que quizá leí o medio leí, pero, en fin, sentado en el banco selecciono a medio plátano el título más ligero y lo leo un poco. A los dos minutos veo que baja un caminante a buen paso, cumplida casi la jornada de agosto. Vuelvo a las hipótesis. Tal vez en rara superstición acompañé el libro de M. con el de dos llamemos críticos, uno más o menos coetáneo y otro mucho más joven. Faltaría un crítico más viejo y a medias profético. Suárez, der ist der Mann, demasiado para el macuto concluyo y acabo el plátano desayunero, allí en ese centro: quien domina el banco, domina el cortafuego y quien domina el cortafuego, domina el pueblo, secuencia pareja a otra famosa de muchos padres putativos, pero recaigo en M. (la memoria es así, señoras):

Por eso, la pregunta acerca del ente como tal en la totalidad, la pregunta por la pregunta del ser, es una de las condiciones básicas esenciales para un despertar del espíritu y, con ello, para un mundo original de existencia histórica y, con ello, para una dominación del peligro del oscurecimiento del mundo y, con ello, para una asunción de la misión histórica de nuestro pueblo como centro de Occidente. (1)

Así que los librillos a media ladera han encontrado el lugar propio para su baile de máscaras, pero si alguien es capaz de cifrar lo que está más allá de la especie, de los géneros, más allá de donde me estoy desayunando incluso, en una bagatela, ¿cómo fiarnos de él? Si un dios puede ser un perro, ahora resulta que el ser es anejo a lo que me resulte más conveniente siempre que tengamos asegurada la retirada. Kehren die drei kleinen Schweinchen wieder zu dir? El paseante, que hace un momento ha sobrepasado el banco se detiene y veo como vuelve sobre sus pasos y sin presentarse, pregunta: ¿No nos están dando sino una versión algo más analfabeta de esas respuestas tan profundas como un charco, pero de la misma ralea, quienes nos hablan de su identidad, de su otra identidad, de esa revelación apocalíptica -valga el retruque- que les ha llevado a su política de guardarropía?

(1) Para el improbabilísimo censor: "Daher ist das Fragen nach dem Seienden als solchem im Ganzen, das Fragen der Seinsfrage, eine der wesentlichen Grundbedingungen für eine Erweckung des Geistes und darnit für eine ursprüngliche Welt geschichtlichen Daseins und damit für eine Bändigung der Gefahr der Weltverdüsterung und damit für ein Übernehmen der geschichtlichen Sendung unseres Volkes der abendländischen Mitte." página 38 de Einführung in die Metaphysik, que en 1953 publicó la  editorial Max Niemeyer, fragmento que el joven antedicho cita en su librito, en un texto que es un prólogo de cierta fama.

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