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domingo, agosto 10, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XII

Si solo leemos libros delgados, pese a los esfuerzos de García Morente y la colección Austral, debemos dedicarle un rato a Kant, a lo bello, a lo sublime y a la ola de calor, tal como aparecen en las famosas Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime; no nos dejan llevar la Crítica del Juicio a la playa, como ya dejó claro el interesado (1).

Y allí en la numerosa arena, uno se las ve con casos y casitos de lo que es bello o resulta sublime, así en general, o para el bilioso, o para las mujeres o para los italianos. Las personas más leídas se acordarán del comentario cruel de Arturo: "Es ist daher, als ob er es ganz und gar nur von Hörensagen, nicht unmittelbar kennte." Se comprende que si uno prevé que en el futuro puedan decir esto de él, se apresure a abandonar cortes y salones con pasos milimetrados y escasamente copernicanos.



Multi pertransibunt et augebitur scientia


Ahora, en el agua y haciendo pie, mientras atiendo a las aguas más cercanas, medroso de alguna hipotética carabela portuguesa (Portugiesische Galeere, según mis informantes germánicos, quienes me desvelan que ellos auguran otro navío en tan singular y flotante colonia), se me acerca chapoteando un individuo antes acomodado sobre una tumbona cercana a mi toalla y que me había visto concentrado en la lectura. En un español excelente, me hace saber lo que expongo a continuación y que he conservado en mi memoria con mínimas alteraciones, supongo:

Veo que ha cambiado las gafas de sol por las de bucear con tubo y todo, Schnorchel le decimos nosotros. Ha de saber que no comparto las apreciaciones que el gran filósofo hacía de ustedes los españoles, aunque ciertamente su bañador, si me permite, algo de extravagante tiene. Afirmo que todas sus ilustraciones se me antojan abstractas, con aquella abstracción propia del individuo, ese pobre don nadie al que se intenta agotar como si significase algo en su abstracción. En cambio, las clasificaciones de la tercera crítica (que ha hecho bien en no aventurarse a leer en esta playa sometida a diversas plagas)  son concretas a fuer de hallar su lugar exacto según una clasificación necesaria, necesaria al menos si se aceptan canicularmente otras clasificaciones previas del, si una vez más me permite una expresión sentimental, señorito de Königsberg.

Tras unos segundos entre dos aguas, se dio la vuelta como si nunca hubiera estado allí. He de añadir que fuese y no hubo nada, que lo hizo nadando a braza, con un aire a lo Fritz Lang de su época interatlántica y desapareció como dicen que los veleros desaparecen sobre el inalcanzable horizonte. Más tarde, ya en tierra, no supe hallarle ni a él ni a su tumbona. Por mi parte, decidí -una vez concluido el magro librillo- dedicarme a asuntos menos arduos en lo que queda de este mes augusto.

(1) So viel ist klar: daß, wenn man diese als Zweck der Natur annimmt, man jenen Sand auch, aber nur als relativen Zweck einräumen müsse, wozu wiederum der alte Meeresstrand und dessen Zurückziehen das Mittel war; denn in der Reihe der einander subordinirten Glieder einer Zweckverbindung muß ein jedes Mittelglied als Zweck (obgleich eben nicht als Endzweck) betrachtet werden, wozu seine nächste Ursache das Mittel ist.

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