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viernes, noviembre 30, 2007

Historia de España y narcisismo

De todas las historias de la historia, la de España es la más idiográfica porque así es el narcisismo, señora, que es la necesidad de hablar como si se poseyera el más importante y único tema de conversación. También es cierto que el narcisismo vestirse suele de su contrario y es que ayer vi unos treinta y cinco minutos de la cinta que lleva por título Alatriste, una película que no abre el plano así el Imperio español se extendiera por todas las latitudes, o casi, y por todas las longitudes.
Cierto es que esos treinta y cinco minutos son escasa latitud y a según qué latitud despreciable longitud, pero me temo que no hay más consecuencias que sacar de las subyacentes tontosofías de la historia, aunque expliquen los más acuciantes de nuestros males o incluso la tiranía de los atención por teléfono y las llamadas intempestivas,

jueves, noviembre 29, 2007

Menú colonial

Pues se trata de un sedicente restaurante vietnamita imaginamos a un sonriente y sedicente cooperante extranjero saltando por los aires o tiroteado.
Véase que con Greene y más con Noyce que con Mankiewicz nos vamos a un pasado anterior a la guerra de los americanos. Se trata de un imaginario colonial de suave supremacía de ociosos y alcohólicos corresponsales que se quieren lejos del mundanal sinsentido de la metrópoli. Bagatelas para entretener la tonta imaginación y ver de qué pasta estamos hechos: de spaghetti transparentes, de mantou descabezado, de wantan o de baozi. Comemos con el esfuerzo de un aprendiz de flautista. Ha desaparecido el menú colonial y hemos olvidado las otras opciones, que dan a la carta catadura de general Tapioca.

miércoles, noviembre 28, 2007

Terapias

A las dolencias tenues les corresponden terapias insustanciales. Ahora bien, esa misma insustancialidad hace que la terapia triunfante sea azarosa y gratuita, esto es, que la eventual terapia del azar supere a las muy costosas que son de pago. Concluiremos que nulas son las pretensiones de los terapeutas.
Así, como los objetos del verbo "curar" se han dilatado hasta abarcar sutiles variedades de no se sabe qué, las técnicas del sanador se han multiplicado en la conocida suerte de las muy barrocas supersticiones que reunen simulacro de método y locura. Te puede matar una guitarra y te puedes hacer un hombre en un programa de televisión. Mientras tanto y por si acaso, alegrémonos de vivir en los achaques.

martes, noviembre 27, 2007

Mon souci, mon besoin

Con esta entrega estoy dispuesto a enemistarme con algunos conocidos que no me leen, víctimas de la debilidad del peluquín desde años juveniles y bisoños, como mi amigo P. cuyo bisoñé sobrevuela su cabeza de tal modo que al verlo hoy tan afanado, si besogneux, me ha parecido que llevaba boina: el pelo parietal es temporal, pero el bisoñé permanece.
Aunque éstas son cadenas de las que es difícil librarse. Y bien peculiares porque a ningún prójimo se le oculta la comedia durable de tantos años: se trata de confesar un secreto a voces y ésa parece ser la confesión más dura. Los sesos andan desnudos.

lunes, noviembre 26, 2007

Petición de principio

En un artículo de opinión publicado en El País de hoy Enrique Gil Calvo ofrece consideraciones del siguiente tenor:

Todo depende [lo que suceda en las próximas elecciones generales] del humor de los catalanes, que en este momento no es optimista ni entusiasta, precisamente. El president Montilla ha bautizado ese humor hace poco con la etiqueta de "desapego", pero podrían ponerse otras: desafecto, desencaje, renuencia, reticencia..., todo ello con respecto a España, naturalmente, a la que se culpa como única responsable del actual malestar catalán. Y razones para ello no faltan, desde luego. Ya he repasado antes el rosario de quejas victimistas, hoy agudizadas por la debacle ferroviaria personificada en la figura de la ministra de Fomento contra la que el Parlament catalán acaba de aprobar su reprobación formal. Pero en la lista de agravios comparativos hay más pruebas de cargo: catalanofobia, déficit de inversiones en infraestructuras, ocultación de las balanzas tributarias, el llamado expolio fiscal... Pues bien, es verdad, reconozcámoslo: el malestar catalán se debe al maltrato o la desatención de los españoles.

Gil Calvo señala en este momento preciso de su escrito que de tal malestar la indicada "no es su única causa, pues aún hay otra, que me [a EGC] parece más significativa."
Sin perjuicio de lo atinado de los diagnósticos del sociólogo -y al artículo debe recurrir el lector interesado para saber de la otra causa y alguna cosa más- lo esencial de todo el asunto es que las causas que señala, aquéllas en que se despliega "el maltrato o la desatención de los españoles", presuponen todas que Cataluña es entidad del mismo género que España, y que por ello pueden legítimamente definirse balanzas fiscales y similares constructos ideológicos o contables. Así, la tesis esencial está dada de antemano, ya se avise de desapego o se celebre amor incontinente: los papeles están repartidos o, mejor, los actores ya están nombrados.
Aunque podría entenderse también que una parte quizá mayor que la proporcional o alícuota del "maltrato o la desatención de los españoles" hacia Cataluña y los catalanes sea propinada, infligida o percutida precisamente por los catalanes mismos, por sus mandatarios y sus instituciones, que, a estos efectos, quedarían incluidos bajo la siempre molesta rúbrica de "españoles".

domingo, noviembre 25, 2007

Batalla

La discriminación de las batallas es tarea que viene facilitada o dificultada por el tipo de guerra y por el tipo de ejércitos de que se trate. Y no es asunto baladí. Fácil es en época o en guerra de ejércitos reducidos que marchan por países que las tropas no ocupan de manera extensiva: Coronando el siglo XVIII y abriendo el XIX, Napoleón nos ofrece notables ejemplos para uso de los canteros del Arco del Triunfo parisino. Las guerras insidiosas -póngase los Balcanes- nos ofrecen las mayores dificultades. Incluso, el hecho de que su escala sea reducida en cuanto a las cifras de la movilización impide que ni siquiera la concentración de tropas en un tiempo y un lugar nos pueda dar una pista.
No es asunto baladí, decíamos. Y, en efecto, sin precisa delimitación de la batalla, ésta se queda sin prólogo ni preparación, se queda sin vencedores ni derrotados, sin los cadáveres que pueblan un campo delimitado como en un pic-nic macabro, sin los saqueos o las violaciones consiguientes. Aunque, pensándolo bien, todas estas circunstancias bien puede beneficiarse de tal falta de definición y extenderse a todos los lugares que la guerra visita y a todas las horas asoladas por ella. Y quizá, simplemente, a todas las horas en general.

sábado, noviembre 24, 2007

Villancicos

Nos hemos levantado musicales –parodiamos al poeta– y dispuestos, es un decir, a desempolvar [sic] la zambomba y otros instrumentos percusivos, abusivos y atorrantes. Así que berreamos villancicos a voz en grito, and we keep the cuchufleta flying, a veces con el entusiasmo congelado de un actor de teletienda.
Después, pasamos a otros éxitos que, para desgracia de la humanidad en general, no hemos olvidado y escalamos así los peldaños de la intoxicación alcohólica, scala naturae ésta que tanto ha inspirado a pensadores que piensan que viajan a hombros de un ascensor.
Y pues la tarde se presta a seguir canturreando y batiendo palmas, no pasamos a otra cosa, no vaya a ser que nos dé por leer a Richard Dawkins, Christopher Hitchens o al mismo Martin Amis, autores que, y no sólo por descreídos y cansos, son lo que se dice unos creídos. Y sus villancicos ni riman ni razonan ni nada.

viernes, noviembre 23, 2007

Writes of passage

En las tardes de invierno, los pasajes agotados nos recuerdan la historia de las calles y de la ciudad, los míseros y falsamente prometedores pasajes de provincias que acababan condenados a desaparecer de nuestros atajos y de nuestros recorridos más pausados.
Y los pasajes que se quebraban para felicidad del niño que anhelaba algún laberinto y un cambio de perspectiva. Y los pasajes que se repetían a sí mismos desde sus luces mortecinas -un fluorescente que zumba- sus negocios cerrados y su verdad, más verdad que la de las calles y avenidas, al sol o a la lluvia, apolíneas y neoclásicas o, más bien, superficiales.

jueves, noviembre 22, 2007

Sobre las tablas (y 2)

Un hombre que no reconoce como suya su vida representada en los documentos que, aparentemente, tanto la ilustran e impiden que se deje al olvido. Ese hombre es ahora un extraño y luego es también un extraño. Y todos los extraños son el mismo extraño. ¿Y cómo ese hombre puede ser ese hombre, el que se ha quitado todas las máscaras, la máscara, y encuentra la máscara aquella del teatrillo de la infancia? Y quizá esa máscara no le facilita más sosiego que cualquier otra que, azarosa, aparece entre la ropa descolorida y ajada de una maleta vieja.

miércoles, noviembre 21, 2007

Sobre las tablas

Por lo que se refiere a los blogs, señor mío, nadie ha puesto en ellos la Ilíada, ni la Odisea. Ni la Biblia.

martes, noviembre 20, 2007

id, ergo, superergo

Cristina dice algo así como: "Las tres neuronas que yo tenía se fueron de vacaciones y aquí estoy yo sin ninguna". La réplica medio sabihondilla se decide por cuestionar ese yo aparte de las neuronas, qué es ese ghost in the machine, esto es, en el flipper, como si yo pudiera estar en algún sitio y menos pudiera ser algo aparte de mi cuerpo. Sin embargo, en aquéllas palabras se encierra la única gran verdad de las neurociencias: Car je est un autre o, si se prefiere, (car '(je est un autre)).

lunes, noviembre 19, 2007

Los dos cuerpos del historiador

A las familias y a las dinastías familiares se les supone el esfuerzo de la transmisión genética (el algoritmo no encierra especial dificultad salvo en algunos casos remarcados en la bibliografía) y el hábito de la crianza también con sus herencias anejas, reforzadas y recauchutadas.
O eso suponen los historiadores. De ahí, que haya sólo un paso desde tal supuesto hasta la interpretación de una acción, actuación o actitud como síntoma de la determinación que aquellas mecanismos promueven a lo largo de los siglos.
En último término, se llegaría a la interpretación supersticiosa de cualquier hecho en esa clave. La ventaja para el historiador que contara con un púlpito de prestigio es que él se arrogaría la capacidad y la autoridad de distinguir cuándo el hecho se ha de interpretar en esa clave o bien puede dejarse a la olvidable intemperie de lo insignificante.

martes, noviembre 13, 2007

lunes, noviembre 12, 2007

Comisión

Las comisiones son el homenaje que el trabajo administrativo hace al arduo arte de la representación dramática, con la salvedad de que, cuando sus actuaciones no son públicas o simplemente no tienen público, unos actores actúan sólo para otros en una geometría variable.
Se añade además el componente pautado de la ceremonia, el prestigio retórico de la pausa y otras añagazas, la principal de las cuales es decir primero lo contrario de lo que se piensa, salvo si se está entre amigos, con los cuales, por cierto, no tienen por qué ir mejor las cosas.

domingo, noviembre 11, 2007

Incontinente

El viernes tomamos una cerveza en un establecimiento que abrieron hace poco. Un decir, porque el local ha estado ocupado por bares durante décadas, que es ya también buena unidad de medida para nuestra edad. Pagamos y nos fuimos.
No sé por qué el sábado por la noche, tras las noticias y tras las conversaciones, recordé el pasillo en ele que llevaba a los servicios de una de la hipóstasis alcohólicas más famosas de la bajera en cuestión y que el viernes nos puso un tanto nostálgicos, hipóstasis que nos recibía allá a comienzos de los 1980s. Supongo que seguirán igual como una invariante ajena, intocada por los arreglos de chapa y pintura.
Nos enterrarán los urinarios, reservado secreto y alivio, donde a veces la música se oía y se oye con una especial nitidez que los arquitectos y los técnicos de sonido intentan explicar, tal como los neurofisiólogos y los urólogos intentan explicar la lucidez indudable de que gozamos durante la micción y tras la defecación.
Aunque reconozco que habré de volver y comprobar si es cierto que los urinarios permanecen en su sitio. Igualmente, me molestaré en calcular cuánto tiempo nos pasamos en los urinarios de los bares, sumados año tras año, en recordar a la concurrencia la pausa y el decoro debidos. En afear al piseur interrupto:
- ¿Por qué no te cierras la bragueta?

sábado, noviembre 10, 2007

Brothels in arms

A la perpendicular hora del café, una discusión sobre la guerra nos permite recuperar una hipótesis bien conocida. No nos permite, en cambio, concluir que debemos cuidarnos de que otros tengan que cuidarse de nosotros, lo que oblícuamente nos descubre que el consejo de Polonio se pronunciaba en un contexto opaco, pero vamos a la cuestión.
Y ella es que entre los arduos partidarios de la guerra los hay verdaderamente aguerridos y capaces de dejarse matar democráticamente y los hay compensatorios, que a su vez de dividen en hipócritas y cínicos, los cuales se caracterizan por ser poco de fiar en cuanto las cosas se ponen o se pongan mal y con los que yo no iría ni a Oyón ni a la vuelta de la esquina.
Nótese que estamos hablando de partidarios de la guerra y precísese que ser partidario de la guerra no significa necesariamente reconocer la inevitabilidad de la guerra, contar con ella, saber que la paz no es una suma de las imaginarias buenas voluntades de las almas y las almitas bellas. Ahora bien, entre lo positivo y lo normativo se establecen curiosas relaciones que propician una retórica que conviene desenmascarar. La mejor regla al respecto es bien conocida: el buen estratega es el que sabe que su oficio es el último argumento de los presidentes de gobierno y otros mambrúes. También hay que saber cuándo no queda otra.

viernes, noviembre 09, 2007

La dulce boca

Al mismo tiempo que el aire no llega,
La luz no alcanza o llega el aviso,
Nos parece que antes que todo algo ha construido la historia
Que nos referimos sin pausa
Para ese ruido es chispa o ese aire o lo que sea que
A veces es rayo, alarma o viento.

Me pregunto quién cuenta la historia si a su lado
Algo no funciona.
Me pregunto si esa máquina es la misma que cuenta las historias del largo plazo
(así algún poeta, el lector lo sabe)
La gran excusa digamos de toda nuestra biografía
Para negar la realidad o tal vez no
La que con otro sentido de “dulce” y de “boca”
Es también la dulce boca.

jueves, noviembre 08, 2007

Versión

Esa mañana se despertó y le era novedad esa variabilidad discreta en sus estados de vigilia. Cuando abrió los párpados pudo registrar que tenía párpados, párpados sobre sus ahora ojos simples. Por no hablar de su nuevo tamaño. O del nuevo tamaño de todo lo demás y lo que eso significaba. Dejemos aparte el número de extremidades y otros detalles. No había aprendido todavía la definición de Umwelt. Moriría igualmente. De un escobazo.

miércoles, noviembre 07, 2007

Abducidos

Hay personajes abductores. De ellos se diría que eclipsan la inteligencia de sus seguidores o partidarios. Entiéndase, más allá de todo grado razonable en la ociosa laudatio y por mera gratuidad o mal que bien escondida ausencia de tal. Es el caso de muchos jefes políticos, que son los butragueños de la política: se llevan los mayores elogios por cualquier cosa que nada ha tenido que ver con el gol que se acaba de anotar. Es el caso de Zapatero para los suyos y más el caso de Aznar para no pocos. A algunos nos sorprende más el segundo caso, no por las prendas de uno y otro, sino por la casuística narrativa que nutre una y otra hagiografía.
Sarkozy ha encontrado en nuestro país imprudentes admiradores. Escribe en su blog Santiago González, como de pasada y tras la excursión chadiana de aquél: “Y qué pedazo de presidente se han dado a sí mismos los franceses.” Nótese que el morceau no es el del queso famoso y nótese que decir tal cosa es retórica schusteriana, como si dijera sin decir: “nosotros en cambio...”
Yo, personalmente, aunque todo puede puede cambiar, soy más pesimista y espero más males que bienes de Sarkozy y los seguiría esperando si fuera francés. O si fuera Repsol o si fuera europeo, y en cualquier caso. Eso sí, no me abduzcas todavía, no me abduzcas, por favor..., vaina.

martes, noviembre 06, 2007

El túnel del tiempo

Los viajes por el tiempo nos llevan a muchos más lugares que los viajes por el espacio. A mí, la serie televisiva de los sesenta (a la que me ha devuelto por sus tuneles hiperenlazados de wikipedia) me hizo viajar una noche a la calle. Puedo estar recordando mal, pero lo que recuerdo es que estábamos no sé ni dónde ni cuándo -y no sé si sobre todo dónde o sobre todo cuándo-y la tierra empezó a temblar bajo nuestros culos, que estábamos todos sentados, precedida de las agitadas lámparas, heraldos sobre nuestras cabezas. Así que de la caída del Imperio romano o del final de Pompeya bajamos a la calle de Cuéntame cómo pasó, eso si no la recuerdo muy mal.
El túnel del tiempo y su llamada a la aventura absoluta y sin sujeciones: todos sabemos que a efectos narrativos es imposible la inconsistencia en un mundo absolutamente inconsistente. Además quién sabe a qué universo paralelo o antiparalelo nos llevaba el túnel franjado de los doctores Newman y Philips. Nótese -y hasta aquí queríamos llegar- que afirmamos que la inconsistencia es imposible, que no es lo mismo a efecto sentimentales que afirmar que es de probabilidad cero.
De probabilidad cero era que los citados apareciesen siempre en lugares y momentos estelares -que decía el otro- de la historia de la humanidad o más bien un poquito antes, que eso si que, más que de probabilidad cero, es algo perfectamente imaginario.

lunes, noviembre 05, 2007

Autobús noche

Tomo un autobús urbano a las nueve de la noche. Somos al principio sólo tres y el conductor. Se trata de una película cuyo montaje final es responsabilidad del cansancio que arrastro a esa hora y de que me he sentado al fondo. La ciudad, que se prepara para el invierno, nos facilita los decorados adecuados para la secuencia, pautada por las paradas previstas y por la fuerza centrífuga de las rotondas.
Parada solicitada, solicitación de una parada. Cambiamos del cine al noticiero o noticiario, señal de que se ha acabado esta película y, dadas las horas que son, en lugar de otra sesión otoñal en este cine de provincias, es posible que aparezca la señora del menforsán para la la adecuada sedimentación de los olores que prosiguen su viaje eterno y circular en el autobús. No lo sabré porque era mi parada y me toca apearme. Para el otro viaje, no menos circular, no menos eterno.

domingo, noviembre 04, 2007

Signos

En el jardín se suceden las poblaciones de setas, con ventaja para las mortales. Nos diagnostican que se trata del Paxilus involutus, que predomina sobre las negrillas, unos boletus de baja calidad y ambiguos avisos (Tal vez luteocupreus? -No lo sabemos) y unas setas que no nos saben nombrar (si nomina nescis...).
Los nogales, ya casi totalmente desnudos, están quietos salvo por dos o tres hojas especialmente temblonas en cada árbol. No es el mismo fenómeno que observamos en el chopo: donde todavía son abundantes las hojas no se percibe la brisa como allá donde ralean.
Por lo demás, debajo de los nogales, entre las hojas, se ven algunas cáscaras que podrían dar lugar a alguna mancia otoñal y húmeda. Una urraca grazna oculta y sobre las cumbres alomadas se sobrepone una niebla lineal y disciplinada. El peor de los signos es que es domingo y en los pueblos también pasa lo de Dehors, dimanche, rien à faire.... / Et rien à fair' non plus dedans.... / Oh! rien à faire sur la Terre!.... Así que recurrimos a internet.

sábado, noviembre 03, 2007

Delicatessen

Me desaparecía la comida del plato y no conseguía nunca comenzar a comer ni conseguía comer. Al fin -pues no adelgazaba- deduje que yo mismo, enajenado, ingería la comida antes de ser consciente de que me acababa de sentar a la mesa. Pero esta hábil deducción me ha producido una ulcera de la que no consigo responsabilizar a ninguna de las recetas picantes en las que siempre hinco un diente ajeno.
(Afortunadamente, he recordado la historia del lector que, porque ya conocía todos los libros, concluyó que los había leído en una encarnación anterior. El corolario es que, si has leído todos los libros, ha sido en una encarnación triste.)

viernes, noviembre 02, 2007

Levedad

El hombre salió despacio de su casa. Caminaba con la leve cojera de las mañanas mal dormidas y no podía negarse que su ritmo no era el del común de los viandantes, apresurados a sus asuntos o fugitivos. Él ni quería ni hubiera podido fingir un afán cotidiano y aceptable, porque de todos los hastíos el de las horas tempranas es el más acogedor en su jaula hecha de todas las inercias y alguna pereza íntima y, por decirlo todo, diesel.
Por lo que se refiere al caminar de su intelecto, aseguraremos que esa mañana era igualmente despacioso y suficiente, lejos de sí el esfuerzo en el raciocinio, la memoria o la atención.
La única cuestión que sí hubiera debido plantearse era la de si aquélla era una mañana malamente repetida y -como se dijo- peor dormida o si era, más bien, una imagen comprimida y singularmente acertada de toda su vida.

jueves, noviembre 01, 2007

Desaprendizaje

Fama de excéntrico, sus reacciones salieran de donde fuera invitaban a diversas hipótesis o modelos sobre su lógica. Coincidían en que su conducta intencional se explicaba desde sus peculiares y subjetivas concepciones, a las que no debía de faltarles atractivo y que no tenían por qué ser menos racionales, antes bien al contrario, que las del común de las gentes.
Sin embargo, y sucedió sin escarbar demasiado, alguien pudo sabiamente concluir que le movían los mismos motores que a los demás. Quizá un departamento ocioso de su alma, y esa era su peculiaridad, organizaba los fuegos de artifico con que a algunos de los otros y a sí mismo ocultaba el irrelevante hecho de su normalidad. En el sentido estadístico.