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jueves, mayo 04, 2023

Tristram, Bertrand, Josiah, cienciometría más allá de la puerta de Tannhäuser

La paradoja de Tristram Shandy convierte a cualquier lector desengañado en perito en hipérboles. Por su lado, el mapa de Royce a algunos les sonará como límite más allá del cual no hay mapa posible. Puede, sin embargo, comprobarse que puede haber mapas que superen fractalmente al territorio y lo enriquezcan de modo inaudito y alucinado en una jauja cartográfica de calabacines y racimos despampanantes.

Ahora bien, la empresa autobiográfica del caballero citado se nos queda también corta, como prueban a diario y por sobreabundancia las exponenciales derramas de la academia. Intuimos URLs que conducen a artículos cuyos textos de pe a pa son ahora nuevas URLs que apuntan a otros artículos de proporciones más  que galácticas. Sospechamos que, a estas alturas, ya se publican artículos de longitud infinita, de los cuales mala cuenta podría hacerse si no fuera por alguna argucia de los, en estos menesteres, siempre a mano bibliotecarios, quienes no sabemos cómo habrán conseguido ahormar las innúmeras contribuciones, los consabidos hexágonos y más allá, los alfabetos sin cota y sin tacha. 



Πρέπει να μετράω άτομα και ξέρω να μετράω μόνο κόκκους άμμου


No lo sabemos, pero no cejamos en nuestra contribución literaria, superando los sonetos con los comentarios y los estrambotes con las notas al pie; con los escolios y las torcidas interpretaciones que rebasan este mundo y su sombra, con lo cual se concluye que todo se empapará como alpargatas cuando llueve.

domingo, noviembre 27, 2022

Diario catarrino: Consider Lee Jun-fan, who was once handsome and tall as you

Leemos que Bruce Lee murió por exceso de agua. Seguimos leyendo y se habla de hiponatremia. Nos vienen otros términos del mismo territorio, como puedan ser polidipsia o potomanía y estas alegrías léxicas nos llevan a la visión y a la voz de ahogado y ahogamiento. Y a  Phlebas el fenicio, al que Eliot ubicó en un tarot al que su misma presencia le da un toque peculiar y alternativo, aunque no estamos familiarizados con la cuestión.

Si la muerte de artista de un artista marcial -real o figurado- parece siempre una negación de sus capacidades, que no son nada si no alcanzan la omnipotencia o poco menos, si además prematura, está llamada a convocar las hipótesis más estrafalarias con su canto primaveral. La hipótesis del agua, del agua de beber -como si de Tom Jobim-, la convierte en ridícula, pequeño saltamontes.

Y eso no conviene a los artistas marciales. De hecho, nada les conviene y, si es el caso, se convierten de ortópteros a coleópteros para evitar chistes. Esta gente ha de ser astuta como serpientes y peligrosa como kantianos.



Y Wim Hof, ¿qué dice de todo esto? 

En efecto, esa es la comparación y no por las palabras de Heine que igualaban al filósofo con el amigo del pueblo: "Man erzeigt wirklich dem Maximilian Robespierre zu viel Ehre, wenn man ihn mit dem Immanuel Kant vergleicht..." y complete la frase el lector aquí. Más bien, porque abunda la especie del 'kantiano peligroso'. Si el lector continúa incólume o si ha vuelto de su excursión, entonces es seguro que recuerda a más de un personaje (Unamuno, Valverde, Bueno, Carandell) de los que han recurrido, según las mutaciones propias del imperativo anecdótico, a la historia de los fichados por la policía justamente como o, tal vez, por "kantianos peligrosos". El más peligroso quizá fuera Santiago Valentí Camp, pero cada cual suma sus partidarios.

No obstante, la peligrosidad del artista marcial o del kantiano puede acompañarse de otros rasgos no lejanos de lo expresado por el adjetivo 'ridículo' antes utilizado. Por ejemplo, en la traducción española de Weimar Culture. Causality and Quantum Theory, 1918-1927 aprendemos de Sánchez Ron que un Robert Drill era un "salvaje, fanático kantiano", lo que suena excesivo, pero es absolutamente fiel al original ("a wild, fanatical Kantian"). Lo que cuenta Forman y traduce Sánchez Ron de este kantiano es una historia verdaderamente divertida, bien es cierto que no es fácil informarse sobre este economista creo que alumno de Brentano (Franz no, Luis José) y no podemos valorar su grado de salvajismo.



¿Ánde andará?


El que no era salvaje ni ridículo era Phlebas y los detalles de su ahogamiento se nos escapan también y, en fin, 'Muerte por agua' nos confirma que La tierra baldía es un poema húmedo, que no sale de la niebla y que no escapa del agua salobre (esta con más sodio que, según los forenses retroactivos, el Bruce Lee fiambre). Pero es también un intermedio o descansillo, la más breve de las cinco partes del poema, o de las seis si contamos las notas. La brevedad conviene al recuerdo de la muerte, de la mortalidad y de que das Nichts nichtet y a veces ni eso. A la muerte le conviene casi todo, el agua y el barro. Pero decía que esta parte del poema de Eliot es breve y, en medio del mar, en una página más blanca que las vecinas, se nos antoja más bien un islote, un islote que solo reflejan mapas apócrifos. A cuya orilla, un mensajero que bate incansable ha dejado un cadáver. Lavado y lleno de agua, eso sí.


viernes, noviembre 25, 2022

Dietario catarrino: Rand, Rose

La guerra o el libro de Philippe Sands habrán recordado al lector la ciudad de לעמבעריק, para decirlo en yiddish y evitar así el ruso, el ucraniano, el polaco, y solo para recaer en el mero alemán: Lemberg. En 1903, en el Imperio aquel que ustedes saben, en esa ciudad en Galizia (no en un lugar vagamente balcánico conocido por el  entre chornigori y charivari topónimo de Pontevedro*) nació esta filósofa de nombre Rand. Seguramente, existe alguna adecuación entre los nombres y las categorías para que haya al menos un filósofo para cada apellido.

Al leer las vagas noticias que las fuentes populares dan de su vida y obra, el lector más o menos casual no podrá evitar la sensación de que lo tuvo más difícil que sus compañeros varones del círculo de Viena o de los exilios anglosajones que conoció. Favorecida como "distinguished foreigner" en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, esas fuentes repiten milimétricamente** que en 1943 "she lost her privileges and had to work at a metal factory".


μεταλλάω


Parece que nunca consiguió una posición académica razonable y tampoco por el momento un biógrafo o biógrafa, aunque apréciense los esfuerzos de Katarina Mihaljević (https://youtu.be/vhRv13AHJZw), de quien recogemos esta frase tan económica como inteligible: "Rose Rand was een belangrijke denker en toch is ze vergeten" (en justo aquí).

A Rose Rand le dirigió la tesis Tadeusz Marian Kotarbiński, bien conocido de todos ustedes, filósofo fundador de la praxeología y longevo lógico. Parece que en Pittsburgh se guardan muchos papeles de Rose Rand. Habrá que ir a Pittsburgh para saber algo de Viena.



Ni sí, ni no, ni todo lo contrario


*Algunos entusiastas locales han debido de entender "Pontevedra" al asistir a alguna representación de la opereta que ustedes saben.

**En El círculo de Viena de Friedrich Stadler, encontrará el lector más precisa información sobre esta mujer y sobre mucho más. Este círculo es Studien zum Wiener Kreis Ursprung, Entwicklung und Wirkung des Logischen Empirismus im Kontext, a no confundir con Der Wiener Kreis de Víctor Kraft, famoso volumen aunque no tan voluminoso como el anterior, en que se la menciona solo en dos notas a pie de página.

Dietario catarrino: apuntes de un perplejo

Recaigo en un poema de Carl Sandburg y me acuerdo de cuando leía o intentaba leer poesía de estadounidenses o británicos. O fingía leerla, porque me costaba comprender lo que allí decía. Algún estudio y más práctica y más estudio me lo hacen posible años después (el Estado me paga por tal cosa) y sucede que el poema que tengo delante fluye sin sobresalto alguno ante el lector o en el lector que parece que he llegado a ser, y ello sucede  con la apacibilidad intrascendente con que nos recibe un prospecto medicinal. Creo regresar entonces al sentimiento o lo que sea de cuando leía a durísimas penas ese u otro poema de algún autor aureolado. Y, pese a todo, eran más atractivas aquellas palabras inasibles dispuestas regularmente en páginas seguramente prestadas por mi amigo Alfonso Martínez. Divinas palabras o algo por el estilo, primus in illam lapidem mittat, cuius lapidis nomen secretum et ineffabile non dicam.

El asunto este de la lectura y de las lenguas es algo que se nos oculta, quizá como cualquier otro saber que hayamos llegado a dominar. No lo notamos y, de pronto, se nos hace extraño o algo en nosotros se hace extraño al arte que dominamos o nos domina. Estos momentos son una gran fortuna porque nos devuelven a un principio que se ha tornado insospechado, que ya es tornarse.




But very well! O, you are a mere mammothrept in judgment, then.


Una tercera situación, que el fútbol qatarí me ha recordado hoy mismo es la de aquellas epifanías que nunca nos han dejado. Me refiero a aquella magnífica traducción de Le domaine de Dieux, en que un Víctor Mora (al que algo le sonarían las vicisitudes políticas de la Ghana de los 1960s, que quizá él y yo llegásemos a estudiar como Costa de Oro en alguna enciclopedia anticuada y que algún adversario del capitán Trueno conociese como بلاد التبر) sustituyó un, atentos al calambur, "Il ne faut jamais parler sèchement à un Numide" con un "¿Ya me habían dicho a mí que era muy rebelde la gente de esa región de Numidia que llaman Ghana...!", que era replicado con un no menos ingenioso y ya totalmente alejado del diría que vacuo original "¿Te refieres a Numidia-la-Ghana?", y ello en una viñeta en la que se podía observar en el dibujo un fenómeno diría que análogo a un doblaje mal encajado.

No me da la gana. Me dan ganas. Gana y ganas serían los sujetos, ¿pero qué nos dan? ¿Y si lo que recibimos o no recibimos son ganas, quién nos las da o nos las quita? Grammatica legibus stringit nos severissimis, ya nos lo decía la misma enciclopedia anticuada, justo el día antes de que nos la cambiasen por un volumen de título Unidades didácticas globalizadas. Mira que uno puede escribir cosas raras, pero tanto como para juntar esas tres palabras...



Libros para mamotretos

 

miércoles, noviembre 16, 2022

Dietario laboral: ideastesia

Por una razón que ignoro he venido a preferir las alcachofas en no necesariamente tan finas láminas a la plancha con una poca de aceite. Entre otros resultados colaterales de la minimalista elaboración, compruebo que el agua del vaso ya no tiene sabor azul, arriesgándome a contradecir a RGDLS, quien también dejó aquello del mordisco del ladrido, tan simpático que nos desgarra a distancia y nos contagia de una rabia venida a menos y siempre pasteurizada.



of splenius in the grass, of glanders in the flower


Curiosos males estos en que las categorías acusan cierta permeabilidad o contaminación mutua. Un compañero que tuve sostenía que él padecía de un desorden entre lo léxico y lo somático, por el cual algunas palabras le producían un malestar frecuentemente generalizado, a veces vago y otras localizado.  Siempre se apresuraba el hombre a aclarar que habitualmente no le molestaba ni el significado por sí solo, ni el significante o sonido por el otro, sino que era "la conjunción de ambas cosas, inseparables como en la conocida imagen de las dos caras de la hoja de papel, o más inseparables todavía como se plantearía en la única cara de la banda de Moebius". Con tales palabras o con otras parecidas, concluía su ponencia perpetua sobre su singular condición. Por mi parte y en mi turno de apresuramientos, me apresuro a aclarar que se trataba y se trata de un buen tipo. Si fuera yo persona más generosa, no habría dudado en proclamar que se trata de un tipo estupendo. Como la perfección es condición aun más rara que la que acabamos de referir, hace unos años el hombre escribió una parodia del conocido epigrama de Bartrina en que intentaba explicar su mal. Aquí lo tiene el lector:


Oyendo hablar al mundo fácil es

Saber dónde es que me va a doler.

Si dice maridaje, en la piel

Si dice empoderar, en la sien

Si repite identidad... he muerto ya.


martes, noviembre 15, 2022

Dietario laboral: OVNIS, torres más altas, sexo

La acumulación de información, sea acumulación y sea información lo que sean, es algo -si es algo- que está en boca de muchos y parece ser que es uno de los signos del apocalipsis.

Esa noción de acumulación de información viene acompañada de una teoría cuantitativa del valor de la información disponible: a más información disponible, menos vale esta, medida sea en una unidad razonable. Ya ven ustedes, de menos se hacen ciencias que es una barbaridad.

Yo me conformo con los pequeños prodigios que sirven para denotar una confluencia fallida de operaciones. Así está peculiar traducción que ofrece wordreference.com:



magis caput is habet quam Deus talentum


¿Qué sucedió allí, qué pentimento hizo mutis por el foro, por el forro των μπάλων, των όρχεων, o como se diga? El sexo es la esperanza de vida, filogenéticamente acaso. Por eso se suicidó el abuelo Berlinghieri. O quizá como en Roth: "Wir heissen Trotta. Unser Geslecht stammt aus Sipolje in Slowenien. Ich sage: Geschlecht; denn wir sind nicht eine Familie". O quizá es que necesitemos contemplar este asunto bajo otra luz, que muy virginalmente decía el otro pirado: "Dieses Buch unternimmt es, das Verhältnis der Geschlechter in ein neues, entscheidendes Licht zu rücken".

O a la inversa, constructos sociales que acechan el arte intransitivo de la traducción. Objetos verbales no identificados, que un día registraron una historia y tuvieron una huella, que no se borraron, pero vaya uno a saber dónde andan, auguste retraite, oximorones tan autológicos que no los alcanza un freshman.

lunes, noviembre 14, 2022

Dietario laboral: camaradas por un día

Entre las categorías de personas que cada uno de nosotros ha podido conocer, se encuentra la de quienes tratamos durante unas pocas horas, en unas pocas ocasiones, que aparecieron y desaparecieron, conocidos que -apurando la tontería del lenguaje y la terminología de la música pop- podríamos llamar one meeting acquaintances y con los que establecimos una relación en algún sentido simétrica y, en otro y en muchos casos, absolutamente disímil.

Tal es el caso de alguien cuyo nombre inconfudible (si bien algo importante habrá que decir más tarde acerca de este asunto) he encontrado hoy en un boletín oficial, Antonio Juan-Gandarias Acequia, propietario de una finca rústica a punto de ser expropiada, donde hay que observar que "Juan-Gandarias" funge de patronímico y no es ni más ni menos que el primer apellido de un personaje de nombre Antonio y que apareció el primer día del curso del primer año de carrera y nunca más volvimos a ver.

Se presentó en la segunda clase de la primera mañana como profesor de la asignatura, expuso un planteamiento general del curso y a la media hora nos invitó a acompañarle a la cafetería para seguir allí con las explicaciones. Solo bajamos cinco de los muchos que ocupábamos los pupitres.

Descartamos al día siguiente y sigo descartando yo ahora que fuera un alumno de cursos superiores que intentara gastarnos alguna novatada o broma, pues no hubo nada especialmente molesto, confuso o raro en su clase si descontamos el hecho de que dejó el aula mucho antes de lo que debía y que generosamente se dejó algún dinero en un sotano de la facultad que pronto se nos hizo familiar.

En la cafetería nos invitó a unos cafés y a pinchos de tortilla (encargó y pagó una tortilla entera para los seis que éramos) que consumimos con cierta intranquilidad ante la preocupante mirada de Santa Lucía, quien desde un óleo muy renegrido nos miraba con sus inexplicables ojos de la cara y con los que lo habían sido y que ahora se mostraban desde una bandeja.

Recuerdo una intervención suya muy concreta. Nos habló de la traducción española reciente de un libro del alemán Hans Mayer, que Taurus publicó en 1977, muy poco después de la aparición del original alemán. El libro, que no dejaré de recomendar al lector, se tituló en español Historia maldita de la literatura cuando el original alemán era Aussenseiter, más fielmente vertido al inglés -a favor de la parte de su arquitectura que es común a ambas lenguas- como Outsiders. En francés fue, también razonablemente, Les marginaux. Los títulos de las tres traducciones se hicieron acompañar de perífrasis más extensas y analíticas. Todo esto último tuve ocasión de saberlo después, pues lo que nuestro segundo profesor universitario dijo del libro había despertado una curiosidad que, si no capaz de empresas más serias, al menos siempre se me ha activado recurrentemente ante las menciones más o menos aleatorias de Mayer, de los malditos, de los marginales y de los alemanes.



Your inner fish


Para Juan-Gandarias, el título español era una auténtica piedra de escándalo, recuerdo que esas mismas palabras utilizó para luego extenderse en otras precisiones biblícas, etimológicas y  de ingeniería civil que ahorraré al lector. A las once en punto, muy bruscamente, se levantó y se fue. Nosotros volvimos al aula, a las clases al uso, a lo que imaginábamos que eran las clases al uso y a lo que las semanas, meses y años subsiguientes comprobamos que efectivamente lo eran.

Al día siguiente, el segundo día de nuestra vida universitaria, otra persona apareció a la hora prevista en el aula, nos dio otro nombre, se disculpó por no haber podido acudir a nuestra primera cita, no supo contestar a las preguntas sobre el "auténtico profesor de la asignatura", y nos dio sus lecciones desde ese octubre hasta casi el final de la primavera.

Hace muchos años de esto y solo en una ocasión antes de hoy el recuerdo de este personaje me ha visitado. En 2007, tres de los cinco alumnos de aquella clase que no fue al uso, la de la cafetería en el semisótano, la que presidió vigilante Santa Lucía, nos reunimos -como hemos hecho unas cuantas veces a lo largo de los años- y en esa ocasión, tras algún recodo extraño de la conversación, dimos en recomponer nuestros recuerdos de Juan-Gandarias.

De hecho, fue ese día de hace unos quince años cuando supe el nombre completo del personaje y uno de nosotros reveló al resto otro elemento de la historia. Al parecer, en la primavera en que el primer curso estaba ya a punto de concluir, se encontró con el profesor que no fue.

-No sé muy bien por qué le saludé y hasta le pregunté por su súbita desaparición. Era en la calle Marcial y el hombre salía de un restaurante que había allí. No me dijo nada y me entregó una fotocopia con un poema y con su nombre, supongo.

Nuestro amigo, hombre formal se comprometió a remitirnos una copia del poema y así lo hizo a los pocos días. En cuanto a su autor, no sabemos nada de él, ni siquiera si ese nombre corresponde al bulto que apareció por clase, por la cafetería y por la calle del bilbilitano Marcial, y en esto último hay que confiar en nuestro compañero. No sabemos si el poema es suyo. Naturalmente, dedicamos parte de aquella amigable reunión, como hago yo ahora, a ponderar las hipótesis acerca del personaje y su aparición fugaz. En 2007, la idea de más éxito entre los gin tonics es que se trataría de un desequilibrado, de alguien al que su formación intelectual habría acentuado alguna inestabilidad mental, o como deba decirse esto último, un antiguo alumno que aún merodease por la facultad y fingiera, cuando podía hacerlo, ser un profesor. No fue esta, sin embargo, la única teoría razonable sobre el suceso y estoy en condiciones de asegurar al lector que hubo otras más o menos verosímiles y unas cuantas, más que radicales o ridículas, sencillamente insultantes.

La novedad del día de hoy es que el boletín nos garantiza que existe o ha existido un individuo de tal nombre, propietario de una finca rústica, según algún registro que no investigaremos, y que no ha dejado otra huella más que la firma del poema que transcribimos a continuación, eso si la historia de la calle Marcial no fue una ficción desinteresada y alegre de nuestro amigo.

Hay en el aire una polvareda de agua

que propende a lo opaco, a lo tangible

una mancha que nos toma por blanco

nos rodea y nos ahoga, que fragua

 

como sólida. Traza hora una pausa

y temo que enorme se demasíe,

nos inunde de espuma y de cerveza

en este ocio de vida sin más causa

 

que el dejar pasar las nubes, las lluvias,

los fríos y las nieblas, retornar

más crueles a sangrarnos con cinceles

 

mientras agua y polvo, este gris remojo

no nos dejan siquiera lamentar

que el tiempo, de la sangre arrastra el rojo.

domingo, noviembre 13, 2022

Dietario laboral: nuestros mutuos hombres de paja

La wikipedia inglesa adjudica el origen de la expresión a Lutero: Una somera inspección me lleva a pensar que debería atribuirse a una traducción inglesa de Lutero, pero es somera e ignorante mi inspección, así que lo dejo aquí. Lo cierto es que Lutero abre Von der babylonischen Gefangenschaft der Kirche con la valoración de un debate dizque teológico en que la expresión viene al pelo.

Lo que conviene anotar en esta breve entrega es la conveniencia de argumentar siempre de esta manera, laborando cuidadosamente un hombre de paja not too hard to kill, algo que en general no comporta mayor injusticia pues -sea quien sea quien primero incurra en la falacia- la polémica pronto será simétrica a este respecto.





Πάντων χρημάτων μέτρον Γκράουτσο Μαρξ

Y es que un pesimismo siempre aconsejable nos lleva a sospechar que nuestros argumentos nunca son tan buenos como nos lo parecen y que, despojados de su inefable y tornadiza lógica, encuentran su auténtica estructura y su valor preciso en justamente su peor versión. Y esto es algo que debemos a nuestros adversarios, a quien tanto hay siempre que agradecer, en particular si hacen uso de algún segmento de las injustamente motejadas de malas artes.

En consecuencia, cuando estemos solos, reduzcamos nuestros argumentos a su más extrema caricatura y así sabremos qué es lo que vamos a decir al día siguiente: en el foro, en la asamblea o en el cementerio.

sábado, noviembre 12, 2022

Dietario laboral: enseñanza basada en competencias

Supongo que los científicos e ingenieros de almas contarán entre sus preferidas Man's favorite sport?, la película en que Howard Hawks parece ilustrar, entre otras cosas, la diferencia entre saber y parecer que se sabe. No hay tal. Se saben cosas distintas y cada cual tiene su lugar propio.

Más inquietante resulta la novelita de Zweig conocida entre nosotros como Novela de ajedrez. ¿Sabe jugar o no sabe jugar al ajedrez el Dr. B.? -una pregunta que se ha repetido a propósito de los ordenadores: ¿saben estos lo que hacen? para desembocar en la de ¿qué es saber? o ¿a qué llamos saber?, y así.

Naturalmente, las situaciones que se dan entre humanos en los relatos mencionados y las que se refieren a máquinas en la literatura al respecto son muy distintas. Willoughby es perfectamente consciente de sus limitaciones y de que su trabajo habitual comporta un importante grado de impostura. El ajedrez para el Dr. B. fue un recurso clandestino e higiénico cuya aplicación supuso un peaje psíquico cuyas consecuencias son visibles en la escena culminante de la narración.

En ese sentido, ambos saben perfectamente lo que saben y lo que pueden y la trama de las obras tiene que ver más bien con la visión que los demás tienen de ellos. En cambio, es casi inmediato negar a los ordenadores un saber que no sea sintáctico, de mera ilación adecuada a un fin de operaciones, lo que equivale a pretender que nosotros, además de eso (montar una mosca ahogada, jugar la apertura Ponziani) sabemos algo que va más allá de eso.




Ὢ οἵα κεφαλή, καὶ ἔγκεφαλον ἔχει


Admitamos tal cosa, que sabemos algo que no se deja reducir a lo dicho. Pero si lo sabemos, podemos estar tentados de armar ese saber como una combinatoria de piezas que se parecerían demasiado a lo que sí que suponemos que saben las máquinas. Como este desarrollo se puede formular a varios niveles -como un juego que va creando sus propias reglas y apostando sobre las apuestas ya cerradas-, las posibilidades son inabarcables, pero siguen sin parecer esencialmente diferentes.

Lo cual solo lleva a concluir que en el saber no se halla la diferencia y, si no está ahí, solo queda una solución: el no saber. En mi opininón eso es lo que nos define: la potencialidad enorme, inaudita, del no saber. Además, ya aclaraba Ann Margret cuál era ese deporte favorito, que, desde luego, tiene que ver sobre todo con el no saber, aunque el lector solitario podrá encontrar abundante consejería en internet y otras autoayudas. Quizá para acabar diciendo, si lleva la práctica de tal deporte a sus extremos paraconsistentes, como el mismo Dr. B. (y lo ponemos en alemán para mayor misterio): "es war das letzte Mal, dass ich mich im Schach versucht habe."

viernes, noviembre 11, 2022

Dietario laboral: asuntos de trámite

Agotado el repertorio, de asuntos falto, facilito hoy un fragmento facilito de un libro que estoy leyendo:

Las vidas, las paralelas, las ortogonales y oblicuas, las que se cruzan y no se cortan: con ellas el noble ejercicio de la biografía con todos sus filosofemas de atrezzo, todo eso al fin que parece que concluye y que se resume en el penúltimo punto del orden del días: asuntos de trámite, lo indiferente de la mudanza o lo mudable de la indiferencia, que no sé qué puede ser,en particular esto último que lo acabo de escribir y ya estoy por borrarlo, que daría bastante igual.

Estos asuntos de trámite que nunca bajan del 99,993 por ciento del tiempo que vivimos y que, por tanto, contribuyen grandemente a la calidad pastosa que caracteriza no ya de ese 99,993%, sino a la del 100% .

Siendo así las cosas, solo podemos como modesta autoterapia cantar a los asuntos de trámite, al baño tibio en que flotamos sin remedio, a la espera de alguna corriente helada o de un mar de fondo que traiga noticias de lejanos temblores.



Luna en los charcos, canyengue en las caderas


Presenta el asunto, no obstante, el aire de una paradoja que no hemos sabido resolver y que paso a plantear: la nimiedad de los asuntos de trámite debe, en buena termodinámica, enumerar más maneras, modos oposibilidades que todos los demás puntos del orden del día reunidos y, sin embargo, son estos los que nos parecen variados, inesperados, desasosegantes.

Y aquí está el secreto de la vida, del levantamiento de actas y de la inauguración de lápidas conmemorativas: no es que solo se viva una vez, es que -y no sé quién decía esto- vivimos in medias res, eso sí de nada.


Tomado de Euphrase Fierce, The Floes of Kilimanjaro, Zanzibar City, Black Coast Editions, 1966.


jueves, noviembre 10, 2022

Dietario laboral: ejercicios espirituales

Los llamábamos así, pero ciertamente eran una práctica muy diluida que hace tiempo había dejado de hacer honor a ese nombre. No faltó pues, entre las autoridades, quien promoviese el denominar a aquellas tardes amenizadas por las penas del infierno como 'charlas cuaresmales'.

Confieso -aunque tal cosa era culminación de la que solíamos escaquearnos porque nadie nos obligaba- que he dudado en el género del primer pronombre más arriba. ¿Debería concordar con los ejercicios, con las tardes o con las charlas? De hecho, he dudado también con el número, por ahí estaba práctica en su pragmático singular. Como se ve, algunos elementos gramaticales ejercen una cierta capacidad de arrastre que obtiene variados éxitos incluso cuando se trata de digamos técnicamente dependencias de gran alcance.




The still sad music of humanity



Los, y empleemos con cierta licencia el término, ejercicios espirituales han sabido encontrar, bien es cierto que al precio de hacerse polimorfos y de menos efecto plástico en lo que toca a las postrimerías, considerable crédito en estos últimos años, incluso créditos por recurrir a la jerga de la administración académica. No ocultaré que estos novísimos seminarios, retiros, grupos de trabajo nos hacen añorar las antiguas enseñanzas con sus mitologías algo zafias, salteadas con sustos y castigos que quizá palidezcan ante los nuevos o las nuevas anatemas, que -aunque se recomienda usar esta voz en masculino- no vamos a perder esta transitiva ocasión.

Lo que importa no es el contenido probablemente, ni el poder. Sospecho que quienes promueven estas fáciles reuniones e imparten las sutiles doctrinas del día solo quieren retrasar ese otro en que solo vociferarán o susurrarán por inercia, espectros de sí mismos.

miércoles, noviembre 09, 2022

Dietario laboral: pecunia olet

Una reunión a media mañana en un lugar alejado del trabajo es una invitación a un desasosiego aún incierto a primera hora, qué hacer antes, qué después, desasosiego mitigado por un impulso logístico que le lleva a acercarse a la pescadería.

Del mercado al otro edifico público transita con la bolsa de plástico en la mano, pero poco antes de llegar la introduce en la mochila, no demasiado llena afortundadamente, donde acompañará a un cuaderno y dos bolígrafos, un lapicero y un frasco de líquido con gamuza adjunta  para limpiar las gafas, otras gafas, dos pinzas de tender la ropa; sí, dos tizas de tender la ropa, un llavero, una armónica en Do, tiritas y otros artículos de primera necesidad que, de pertenecer al reino mineral, representarían dignamente a las rocas sedimentarias y también a los terrenos de aluvión.

Inmerso en plena Operación Bacaladilla se introduce en la sala de reuniones, tras no pocas dudas insalvables y opciones inmanejables y desechadas, con su paquete clandestino, atento a las miradas delatoras, acompañadas con toda seguridad de alguna agitación de las aletas de la nariz, a la espera de la desaprobación preconciliar.



gefährlich leben!


Leemos en el manual que el olor es un principio que alcanza a toda materia y si no lo hace, ya está ahí el grosero agente sensible que confundirá lo que sea preciso confundir, odorare est odorari o como se diga. Así, la naturaleza metonímica de los olores incrementa la inane y vacua paranoia de quien se sabe a punto de captura en el renuncio que le alegrará el día al prójimo accidental de la mañana.

Ha dejado la mochila al pie de la silla, y luego la cambia de lado, comprueba la cremallera; ahora debe abrirla para utilizar el bolígrafo y subrayar algo en la fotocopia que le entregó al llegar una persona que parecía dotada de un agudo sentido del olfato y que acabará, a la salida, en la mochila junto a las tiritas, que tal vez se apliquen algún día a la piel magullada de un hombre pez.

Espía de cualquier vibración que estreche las narinas, profeta de alguna sinestesia de las que se mueven a través de las coanas, más favorables literariamente a las magdalenas o incluso a las croquetas de bacalao, ve avanzar el orden del día como avanza la infantería pesada el día después de la lluvia, cuando el petricor pasó y ya no queda sino el recuerdo chirle de las vacas.

Ha evitado los corrillos finales, sale sin respirar en lo que parece un silogismo reptiliano a cuya conclusión obedece como obedecía aquel fraile, plenamente convencido, a las de Zenón .

Y se va como quien ha pisado algo y teme que su zapato es manantial inagotable. 

martes, noviembre 08, 2022

Dietario laboral: que de lejos parecen tablas de la ley

Cuando una clasificación se presenta como una lista, el esfuerzo de estructurarla (si esto de estructurarla no parece algo prejuicioso) levantará suspicacias o nutrirá refutaciones, lo cual no quita para que la clasificación, una vez se presente con una arquitectura más compleja, nos siga resultando chocante o hilarante.

Se recordará que Lakoff -en su Women, Fire and Dangerous Things- entretiene al lector con la taxonomía famosa que Borges atribuye a una supuesta enciclopedia china; y añade el lingüista que un occidental puede sentir algo parecido a la ruidosa combinación de incomodidad y juego de prestidigitación que dicha enumeración procura, justo en el momento suavemente iniciático de enfrentarse, en salacot y gayumbos, a una lengua extraña que se basaría en un explosivo rol de categorías con el que los astutos nativos fiscalizan el mundo y sus alrededores. Advirtamos al cauto lector que todo esto último, George Lakoff lo dice con mucha mayor seriedad.

Sucede que lo que encontramos en no pocas lenguas es un recurso gramatical, el de los llamados clasificadores, que es funcional pese a organizarse según una ordenación fosilizada de, por decirlo mal y rápido, lo que un día hubo o estuvo a la mano. Es decir, las lenguas funcionan pese a que parezcan incluir clasificaciones por las que no daríamos un duro y funcionan precisamente porque son algo separado de cualquier clasificación: de otra manera, porque no hay un puente directo entre la semántica y las sintaxis. El mismo Wikins, al que no lee ni el espectro de Marcelino Menéndez Pelayo (las 600 páginas en cuarto mayor que atribuye Borges al Essay Towards a Real Character and a Philosophical Language son un mero abuso de la contabilidad: suman unas cuantas más si se incluyen las dedicadas a diccionario; bastantes menos si no se hace), ya lo sabe cuando dice "For the accurate effecting of this, it would be necessary, that the Theory it self, upon which such a design were to be founded should be exactly suted o the nature of things", y dejo las cosas y las palabras de la cita tal como tenían a bien escribirlas el deán de Ripon y su época.



dictum de omni, dictum de nullo, obiter dictum 


Foucault, otro autor que se remite a Borges y a su escrito sobre Wilkins, separa a su modo lenguaje de representación, me parece, y así evita alguna contaminación. Para él, si “l’analyse a pu montrer la cohérence qui a existe, tout au long de l’âge classique entre la théorie de la representation  et celle du langage, des ordres naturels, de la richesse et de la valeur”, en nuestro tiempo esa coherencia ya no se da. De otro modo, aquí Foucault incide más en la variación temporal que en la geográfica. Ya puestos, no faltará quien descubra en las clasificaciones, las imperceptibles, las sutiles, las familiares, las que parecen urbanizaciones diseñadas por una manada de arquitectos brutalistas, no otra cosa sino el ejercicio contundente y objetivo del poder.

Ahora bien, el poder consigue su mayor esplendor cuando es aleatorio, y por eso le conviene la lista más que la tabla o la clasificación convenientemente articulada. Añadamos que quienes no se enteran del todo bien, son fácil presa, por la prosodia propia de una enumeración, de todo el aura que sobrevuela a los juicios normativos y morales, siempre prontos a provocar paradojas y otras alucinaciones, o incluso a demostrar que ninguna lógica vale nada, así que esta tampoco.

Sucede sin embargo, que el poder así expuesto es pura metafísica. Los mismos efectos suelen conseguirlos unos cuantos burócratas que se recrean y se extienden en reglamentos, en mezclar el deber ser de las churras con el prohibir de las merinas y en mejorar a la especie humana en general y a los que, siempre según un ángulo agudamente categórico, se comportan como fachas.

lunes, noviembre 07, 2022

Dietario laboral: guardia de extramuros

Hubo un tiempo en que si se llegaba a una localidad de la Rioja Alavesa era de noche. Este prodigio estadístico tiene mucho que ver con lo que pueden las caballerías en una jornada.

Yo, por mi parte, rara vez anochezco por allí, lo que -no le quepa duda a nadie- dimanará de las virtudes que atesoran tan nobles invenciones como son el agua de motor y el motor de explosión, que hacen la vida se supone que más fácil, pero tampoco hay que exagerar. De hecho, que tampoco haya yo discutido de noche en un establecimiento público de Laguardia o de Elciego es motivo reseñable. Una excepción puntual, como se dice ahora, podría ser Labraza y otra casi general Oyón, mismo municipio pero ámbitos muy distintos.

En Oyón me ha anochecido muchas veces y, no lejos, lo mismo me ha sucedido en Viana, otro reino. Este asunto no tiene nada de extraño y bastarían unas leves consideraciones geográfico recreativas para aclararlo suficientemente. El solitario lector sabrá excusar mayor detalle.



heriotza, ez izan aspergarria

No se apresure este mismo lector a echar en saco roto estas observaciones sobre las peregrinas concomitancias circadianas que registra la literatura especializada y sin especializar. Repaso la geografía madrileña y hago una lista de barrios con marcada asimetría en la querencia del visitante. Nada extraño si uno piensa en lo que se hace de día, y lo que se hace de noche, cuando todos los gatos son pardos y las vacas grises. Compruebo más intrigado que hay calles más o menos céntricas donde nunca he puesto el pie. Es el caso de la del Tribulete, que sí sabemos que fue pisada por un alavés galdosiano y liviano, que nos dice en algún sitio:

Con marcha irregular llegué a la plazuela de Lavapiés, donde me detuve ante un grupo de hombres que disputaban en alta voz. Uno de ellos exclamó: «¡La República para los republicanos!». Al entrar en la calle del Tribulete pasé por una taberna a punto que salían de ella estas voces: «Para generales, Contreras. No hay otro como él».

Este Contreras no habrá de ser otro que Juan Contreras y Román, personaje que no sé si aparece en algún lugar de Baroja, pero que deja en poco lo que se dicen el uno al otro Aviraneta y Zurbano cuando se encuentran. Por mi parte, observo que cae la tarde o ya ha caído y no hemos llegado a ningún sitio y con todas las escobas en el inventario. Me reservo la continuación, que salga ciceroniana o gerundiana es otro cantar, para el día de los Inocentes.

domingo, noviembre 06, 2022

Dietario laboral: todos los reinos de la naturaleza

Con esta sequía, dicen, las setas. Ay, las setas. Pero el paseo nos confirma que podemos ir a tomates porque hay tomateras con tomates madurando en este noviembre habrá que decir que funerario a su manera.

Humanos y perros se reparten el campo, el monte y el poblado; más abajo nadie ha oído decir eso de las viñas y su paleta de ocres, rojos y amarillos. La sequía favorece la elegancia del estilo, pero la discusión ilustrada acerca de las setas -según nos confirnan nuestros corresponsales y nuestros oídos- provoca graves destrozos taxonómicos, así hay quien llama "hongo" a una seta en concreto con excepción de todas las demás. Viva la antonomasia, que es nombrar de otra manera y un poco nombrar flores.



potentia Eius non est numerus


En una esquina, el orate del pueblo de al lado, intenta explicar a las nubes que las setas son la parte visible de un gran ser invisible al que, cuando le toca ser el protagonista del documental, se le adjudica el gobierno del mundo; cuando no sale en el documental, el mundo lo dominan otros y Fu-Manchú (傅满洲 para los amigos) sigue a la espera en sus cuarteles y con sus coletas de entretiempo.

La conversación se aproxima, en consecuencia, a la geopolítica y a sus arcanos siempre ingenuos u oxenstiernos, la plaza se convierte en un festín de Sardanápalo en sesión vermú. El librero me ofrece algún álbum del Príncipe Valiente que guarda un lejano parecido con la plaza y con el fin de la monarquía asiria. Llegan otras turbulencias que no identificamos. Repasamos la huerta de las tomateras de otoño pues es sabido que es estación triste como los leñadores y recaemos en el eterno dilema: A qué estamos. A setas o a tomates.


sábado, noviembre 05, 2022

Dietario laboral: Και μετά ήρθαν οι Μπητλς

No me había percatado yo de que parte de la transliteración griega con la que el niño Bertrand Russell pretendía vedar su diario secreto a los ojos de su abuela aparece en el Logicomix de los autores griegos Doxiadis, Papadimitriou y Papadatos, y de la francesa Annie di Donna. El texto transcrito no lo he encontrado en esta tardezuela de sábado y desde luego no aparece en la Autobiografía ni en la Evolución de [su] pensamiento filosófico. En ambas obras, Russell retranscribe latine, según dice, algunos fragmentos de sus "Ejercicios griegos". En la edición de la Autobiografía de Routledge creo que hay un error en alguna fecha, pero no estoy seguro. Como digo, es sábado y me estoy preparando para un concierto. Así que todo esto lo digo con todas las reservas, incluidas las de las entradas del concierto.

El dígrafo "μπ " para representar la bilabial oclusiva sonora parece recurso más propio de un griego de nuestros días que de un niñato inglés al que le enseñasen griego como al menda este. Otros detalles son sorprendentemente similares a los usos habituales de adaptación de vocablos extranjeros a la escritura del griego. Insisto en que hablo un tanto a la ligera, pero no del todo.


voces graecas non sunt


A mí este asunto me ha amargado el día; me lo ha amargado un tanto sinestésicamente porque me ha afectado a varios sentidos y también a no pocos sinsentidos. Como se ve, la trasliteración no puede producirse de un modo biunívoco entre uno y otro alfabeto si el número de símbolos es diferente, pero sobre todo si el número de fonemas de una lengua y otra lo es. Y aquí tenemos la clave del asunto, a saber, que se trasliteran textos que corresponden a lenguas concretas y no solo cadenas de letras, como no dejarán de demostrar los señores Khrouchtchev y Jrushchov. Incluso, hay que decir que los criterios para la transliteración no se reducen a la esquemática fonología. Algunos se diría que son tradicionales o que vienen determinados por decisiones previas, y otros proceden de la misma materialidad acústica fonética (1).

En este terreno, pocas sorpresas de entidad nos llevaremos, pero observemos lo siguiente: Para que un lenguaje formal funcione deberá ser tal que admita siempre trasliteraciones perfectas. Ahora bien, esa trasliteración perfecta no significa otra cosa que el hecho de que su formalismo ha expulsado todas las materialidades concretas que en él puedan concurrir menos una, que es precisamente la que se encuentra a la base de su sintaxis, es decir, de las reglas para formar expresiones válidas a partir de unos pocos símbolos.

Si esto es un atrevimiento en el campo de las lenguas que hablamos, es -en cambio- un requisito imprescindible cuando se trata de hacer lógica, es su motor mismo, un motor que obliga a un peaje pagadero tarde o temprano. Análogamente, el funcionamiento de la semántica de una lengua como el mero inglés será negocio totalmente diferente al de la semántica de un sistema de lógica, pero en esto no entraremos. A la vista de la producción académica en este terreno, limitémonos a consignar que el lingüista deberá incluir recursos de la llamemos semántica formal en sus estudios, pero que habrá también de saber prescindir de ellos cuando se entusiasme demasiado.

Lo que obiter dictum imaginará el portentoso lector es que cualquier intento de derivar cualquier contenido ajeno a la lógica de la lógica misma, supuestamente sin nada más, podrá servir muy bien para aprender a hacer trampas al solitario, extremo este que damos por suficientemente probado en la historia de estas materias tan divertidas, al menos probado como se prueban las cosas en una disciplina con tanta tramoya como es la que fundaron Heródoto, Tucídides y el guionista del Capitán Trueno, el gran Víctor Mora.


(1) El mismo 'Papadimitrou' ejemplifica que en una publicación en español puede aparecer una transliteración que no corresponde a la escritura del español, resultado en que confluyen determinantes diversos. 


viernes, noviembre 04, 2022

Dietario laboral: sub rosa

Sobre la mesa, en el volumen las casi 37 páginas the "Under the Rose" encerradas en el volumen que lo une a otras narraciones; también "Sub rosa" con sus digamos 43, las que se cuentan en el que reposa junto al primero, que tal vez no lo fueran en el publicado por La gaya ciencia en 1973.

Señalemos tres principios: Acostumbrarse a no fiarse del narrador, que del lector nunca lo hemos hecho. El océano de la ignorancia y la jarrita de la verdad, y eso tan aristotélico y bueniano del individuo en la historia, o quizá más bien de qué narices está hecha esta última. Estar avisados del soplo que nos llega del desierto o del laberinto del mar (רוח leemos en otro lugar de Pynchon y quizá un aire en otro de Juan Benet).

Se trata de dos escritores cuya presencia es contundente -ya se me está hundiendo un poco la mesa, antes se me cayeron las baldas- como lo es su prosa, que no deja resquicio alguno a la contemporización, aunque lo hacen de manera diversa, habrá que decir que de acuerdo con masas específicas no coincidentes, pero que ambas tiran para arriba -o sea, para abajo- en la tabla periódica.



natura perficit saltus


Sin embargo, esas presencias complejas suelen condensarse en pequeños fragmentos o emblemas que cristalizan en sendos planetas, planetas con tantos ríos como caminos y que adquieren así un toque fractal por el que imaginamos en un pequeño garabato un mapa fiel que contiene esos mundos y sus órbitas keplerianas cuando no se escapan por la tangente.

A propósito de "Entropy", de 1960, escribe su autor en los 1980s "But do not underestimate the shallowness of my understanding. For instance, I chose 37 degrees Fahrenheit for an equilibrium point because 37 degrees Celsius is the temperature of the Human body. Cute, huh?" , lo que nos recuerda al famoso expediente que llevó, en nombre de no se sabe muy bien qué callada eufonía, a Bradbury a titular su obra famosa Fahrenheit 451, aunque este es asunto en que la polémica aún no se ha enfriado.

En cuanto a Benet cabe pensar que todas y cada una de las que consideramos sus obras no son sino los detalladísimos planos de esas mismas obras, con los cuales -como el mapa que antes decíamos y que, según nos han confesado, contiene todo el mundo mundial salvo al filósofo F. H. Bradley- debemos contentarnos hasta que un demiurgo las copie fielmente y, ahora ya por fin, las obras reales ocupen su posición preeminente. Tonterías todas estas que más que tratar del tema del territorio y del mapa, se ocupan de aquellas totalidades que se contienen a sí mismas, que se identifican con una parte propia, y que en consecuencia ya no es propia, como aquel diccionario cuyo texto completo se inscribe en una de sus entradas. Ustedes saben a qué me refiero, pero que todo esto quede entre nosotros.

jueves, noviembre 03, 2022

Dietario laboral: La otra vida del profesor Kripke

Esta misma mañana he sabido que el pasado mes de setiembre Saul Aaron Kripke dejó este mundo y no parece que la prensa española dijera mucho sobre él. La causalidad, que es el nombre que damos a un algoritmo o a Dios en horas de oficina, me lleva a un video en que aparece el filósofo junto con otros notables colegas en el 2009. No sé por qué, pues no hacia tanto que había visitado la página, voy a wikipedia y me entero del deceso por cáncer de páncreas. Puedo equivocarme, o vaya uno saber qué estaba haciendo yo en los días que siguieron al 15 del citado mes, pero creo que nada me llamó la atención en la prensa escrita y una búsqueda somera por internet solo me devuelve un artículo de Santiago Navajas en Libertad Digital y ninguna necrológica de las habituales, que bien pudo publicarse pero que ahora esquiva los primeros resultados que aportan los buscadores.

Casi cualquier bachiller de este mundo ignora las aportaciones de Kripke a la lógica e ignora también su semántica. Unos cuantos profesores piensan que esta se centra en la idea de mundo posible, pero no es este resumen lo más exacto que pueda ser dicho. Es cierto que Kripke eligió el término para designar (y aquí desde luego lo pudo designar porque, aun en abstracto, lo construyó primero) un componente de su teoría de la lógica modal y eso arrastró consigo no pocas adherencias. Después cada cual puede incurrir en una metafísica u otra y muchos coincidirán en que eso no deja de ser un resultado colateral más o menos molesto o un sí es no es poético, mitológico o que alegra la vida al aficionado a las narraciones contrafácticas o contrafactuales, que de los dos modos se encuentra en las prosas.

De hecho, en el prefacio a Naming and Necessity protesta Kripke acerca de la interpretación de sus "mundos posibles" como mundos posibles, digamos por paradoja, de los de verdad. Entre muchos lamentos, indica por ejemplo en una nota al pie:

Misleadingly, because the phrase suggests that there is a special problem of 'transworld identification', that we cannot trivially stipulate whom or what we are talking about when we imagine another possible world. The term 'possible world' may also mislead; perhaps it suggests the 'foreigll country' picture. 1 have sometimes used 'counterfactual situation' in the text; Michael Slote has suggested that 'possible state (or history) of the world' might be less misleading than 'possible world'. It is better still, to avoid confusion, not to say, 'In some possible world, Humphrey would have won' but rather, simply, 'Humphrey might have won'. The apparatus of possible words has (I hope) been very useful as far as the set-theoretic model-theory of quantified modal logic is concerned, but has encouraged philosophical pseudo-problems and misleading pictures.



designadores rígidos


Ahora bien, ¿se reduce solo a una elección de nombres el origen de todo el guirigay? Habría tal vez que recordar que la discusión se da en su propio territorio y tendrá una legitimidad, relevancia y pertinencia disciplinar que podrá justificarse dentro del mismo. Los pseudoproblemas serían en el planeta ontología problemas auténticos, quizá, o acaso trazas o indicios de algún problema auténtico.

Vayamos al grano. Los logros técnicos en lógica no demuestran nada constructivamente en ontología porque, entre otras causas, pueden desplazar un problema, el mismo problema que ahora parece de otra manera e incluso es más bien un nuevo problema.

Pero es también posible que haya una razón estructural, de fondo, para que el problema ontológico siga planteándose, y todavía más, se plantee con renovado vigor y no solo porque la manera antigua de en que la interpretación de una fórmula de un lenguaje dependa justamente de que podamos identificar ciertas cosas bajo una colección de circunstancias cambiantes, y ello aunque incluso todo el mundo al que pudiéramos consultar esté de acuerdo en que no son las mismas. Es decir, si dejamos los cómodos territorios de la lógica, nos damos de bruces con el esencialismo, pero ese esencialismo será uno de los posibles esencialismos, cada uno, por así decir, con sus propios compromisos ontológicos.

En el mismo libro citado, define Kripke qué es un designador rígido:

Let's call something a rigid designator if in every possible world it designates the same object, a nonrigid or accidental designator if that is not the case.

Ahora, contra la posición habitual en la tradición analítica (la llamada descripcionista), la tesis de que los nombres propios son designadores rígidos (y no digamos la tesis de que existen designadores rígidos) viene a ser la tesis de que no hay esencia que no pase por la referencia, pero una referencia que se extienda a una colección de mundos posibles es una operación bien rara. Y en cualquier caso, es la tesis de que hay predicaciones esenciales y otras accidentales.

Así las cosas, esta posición implica separar las operaciones semánticas de interpretación de ciertos enunciados (las descripciones) de la idea de esencia, la cual sigue dándose a un nivel diferente. Uno acaba teniendo la sensación de que, al pensar en designadores rígidos, está pensando sobre todo en concreciones corpóreas muy llamativas, pero este es rasgo común a la autoexplicación genética que se dan no pocas ontologías.

Poner nombre nos compromete con la realidad, pero si no somos descripcionistas nos descompromete de otros aspectos del lenguaje y sus conocidas cárceles. O eso se cree uno, porque lo que hace es comprometerse con otros compromisos y con los complementos de régimen internos.


miércoles, noviembre 02, 2022

Dietario laboral: desenfilada

Los años nos desubren algunos de los ángulos muertos de nuestra poliorcética biográfica, que decía el tratadista, un tratadista de tratados y de tratados. Aquello que no vimos y que tanto importaba o de tanto nos hubiera servido en una vida paralela, o algo esquinada, de mayor entendimiento, prudencia y fortuna.

Sin embargo, hay otras cegueras que no se nos habrán revelado ni se nos revelarán nunca, y habrá también revelaciones dudosas y fatas morganas. Quién sabe si lo fueron verdaderamente nuestros mayores éxitos, esos que nos hacían tan peores. Quién podrá negar nuestros fracasos tan  estrepitosos como irreversibles, que en nada nos mejoraban.



ultima ratio diurnus cibus


Un ni si ni no ni todo lo contrario que en su día oímos a castizos fusileros o a ilustrados artilleros nos conduce a la situación opuesta, cuando creímos entrar en eficacia, entre la admiración de la concurrencia y los observadores internacionales, y solo lanzábamos salvas y volutas de humo en el debate, en el claustro, en la reunión de vecinos, en la mera ceremonia del insulto y del escarnio. Y seguramente esto es peor porque ni siquiera merecimos que nos recordasen nuestro ser mortal, que nos lo recordase desde apenas un paso más atrás un esclavo todo sudado, que también decía alguno.

Consideraciones todas estas ante las que convendrá recordar a los soldados sabios, esa especie que superaba estoicismo, epicureísmo, cinismo y maragatería: O hacerse el muerto o hacerse el tonto.



martes, noviembre 01, 2022

Dietario laboral: de los ocios de un funcionario fúnebre


 WHICH NOT HAVING BEEN CAN NEVER BE




nec faenerator moram



Van quedando atrás, y tan lejos.

Y atrás quedó la juventud

Y sus tesoros que divinos

Llamó inspirado algún poeta.

 

La vida mancha de calima

La vida, como el tiempo mancha

De calima sutil las tumbas

a olvido cruel y a ley sujetas.

 

Van quedando atrás, si cercana

Aún la simpatía breve

Mudada ahora en extrañeza,

 

Que por paradoja nos une

A fieles amigos de entonces,

Espejo cierto a nuestro lado.

lunes, octubre 31, 2022

Dietario laboral: propergol para las ideas

Unos años de ejercicio de la enseñanza sirven para confirmar la tesis de que las dificultades intelectivas se esconden en los lugares más insospechados. Así, es posible haber aprendido incluso algo más que los rudimentos de una disciplina y haber llegado a conocer sus leyes y métodos básicos y haberse familiarizado con sus cuestiones elementales y, sin embargo, ser también el caso que al alumno -y a todo Cristo- le aguarden añagazas y emboscadas. Sirva de ejemplo, la teoría del cohete -la precisa para resolver los problemas iniciales-, la cual requiere de una iniciativa previa, de un salto que nos abra la puerta a esa familia de problemas.

Estas consideraciones y otras del mismo estilo nos ha expuesto esta misma mañana mi amigo José Luis Olmos, profesor jubilado y pintor al óleo. Nos las ha expuesto a Joaquín Almazán, notable maquetista jubilado que ha trabajado para muchos estudios de arquitectura, y a mí mismo. Diré que lo ha hecho de forma sintética, pero convincente.



Quos ego


Joaquín ha completado la teoría de José Luis con su propio desarrollo de la teoría de los problemas de la escalera mecánica, problemas que no requieren el dominio de ningún arcano del álgebra o de la mecánica, pero que causan un estupor inconmensurable en el alumno y, cómo no, en el docente confianzudo y patanesco. El lector sabrá probablemente de la peculiar dilatación y contracción del espacio recorrido que supone una escalera mecánica, incluso en el más antediluviano de los grandes almacenes. No entraré aquí en el arduo asunto de estas contrapartes discretas del ascensor, un vehículo no inusitado en el género de terror.

Por no ser menos, yo he hablado de otra familia de problemas que me he inventado para la ocasión, la de aquellos que estudian la relación entre la tinta gastada en la impresión de una partitura y los armónicos producidos en la ejecución de la música que representa, un territorio interseccional de la ingeniería gráfica y el análisis de Fourier apenas explorado y que abunda en paradojas salvajes.

Cuando me han solicitado detalles, he silbado.