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jueves, noviembre 03, 2022

Dietario laboral: La otra vida del profesor Kripke

Esta misma mañana he sabido que el pasado mes de setiembre Saul Aaron Kripke dejó este mundo y no parece que la prensa española dijera mucho sobre él. La causalidad, que es el nombre que damos a un algoritmo o a Dios en horas de oficina, me lleva a un video en que aparece el filósofo junto con otros notables colegas en el 2009. No sé por qué, pues no hacia tanto que había visitado la página, voy a wikipedia y me entero del deceso por cáncer de páncreas. Puedo equivocarme, o vaya uno saber qué estaba haciendo yo en los días que siguieron al 15 del citado mes, pero creo que nada me llamó la atención en la prensa escrita y una búsqueda somera por internet solo me devuelve un artículo de Santiago Navajas en Libertad Digital y ninguna necrológica de las habituales, que bien pudo publicarse pero que ahora esquiva los primeros resultados que aportan los buscadores.

Casi cualquier bachiller de este mundo ignora las aportaciones de Kripke a la lógica e ignora también su semántica. Unos cuantos profesores piensan que esta se centra en la idea de mundo posible, pero no es este resumen lo más exacto que pueda ser dicho. Es cierto que Kripke eligió el término para designar (y aquí desde luego lo pudo designar porque, aun en abstracto, lo construyó primero) un componente de su teoría de la lógica modal y eso arrastró consigo no pocas adherencias. Después cada cual puede incurrir en una metafísica u otra y muchos coincidirán en que eso no deja de ser un resultado colateral más o menos molesto o un sí es no es poético, mitológico o que alegra la vida al aficionado a las narraciones contrafácticas o contrafactuales, que de los dos modos se encuentra en las prosas.

De hecho, en el prefacio a Naming and Necessity protesta Kripke acerca de la interpretación de sus "mundos posibles" como mundos posibles, digamos por paradoja, de los de verdad. Entre muchos lamentos, indica por ejemplo en una nota al pie:

Misleadingly, because the phrase suggests that there is a special problem of 'transworld identification', that we cannot trivially stipulate whom or what we are talking about when we imagine another possible world. The term 'possible world' may also mislead; perhaps it suggests the 'foreigll country' picture. 1 have sometimes used 'counterfactual situation' in the text; Michael Slote has suggested that 'possible state (or history) of the world' might be less misleading than 'possible world'. It is better still, to avoid confusion, not to say, 'In some possible world, Humphrey would have won' but rather, simply, 'Humphrey might have won'. The apparatus of possible words has (I hope) been very useful as far as the set-theoretic model-theory of quantified modal logic is concerned, but has encouraged philosophical pseudo-problems and misleading pictures.



designadores rígidos


Ahora bien, ¿se reduce solo a una elección de nombres el origen de todo el guirigay? Habría tal vez que recordar que la discusión se da en su propio territorio y tendrá una legitimidad, relevancia y pertinencia disciplinar que podrá justificarse dentro del mismo. Los pseudoproblemas serían en el planeta ontología problemas auténticos, quizá, o acaso trazas o indicios de algún problema auténtico.

Vayamos al grano. Los logros técnicos en lógica no demuestran nada constructivamente en ontología porque, entre otras causas, pueden desplazar un problema, el mismo problema que ahora parece de otra manera e incluso es más bien un nuevo problema.

Pero es también posible que haya una razón estructural, de fondo, para que el problema ontológico siga planteándose, y todavía más, se plantee con renovado vigor y no solo porque la manera antigua de en que la interpretación de una fórmula de un lenguaje dependa justamente de que podamos identificar ciertas cosas bajo una colección de circunstancias cambiantes, y ello aunque incluso todo el mundo al que pudiéramos consultar esté de acuerdo en que no son las mismas. Es decir, si dejamos los cómodos territorios de la lógica, nos damos de bruces con el esencialismo, pero ese esencialismo será uno de los posibles esencialismos, cada uno, por así decir, con sus propios compromisos ontológicos.

En el mismo libro citado, define Kripke qué es un designador rígido:

Let's call something a rigid designator if in every possible world it designates the same object, a nonrigid or accidental designator if that is not the case.

Ahora, contra la posición habitual en la tradición analítica (la llamada descripcionista), la tesis de que los nombres propios son designadores rígidos (y no digamos la tesis de que existen designadores rígidos) viene a ser la tesis de que no hay esencia que no pase por la referencia, pero una referencia que se extienda a una colección de mundos posibles es una operación bien rara. Y en cualquier caso, es la tesis de que hay predicaciones esenciales y otras accidentales.

Así las cosas, esta posición implica separar las operaciones semánticas de interpretación de ciertos enunciados (las descripciones) de la idea de esencia, la cual sigue dándose a un nivel diferente. Uno acaba teniendo la sensación de que, al pensar en designadores rígidos, está pensando sobre todo en concreciones corpóreas muy llamativas, pero este es rasgo común a la autoexplicación genética que se dan no pocas ontologías.

Poner nombre nos compromete con la realidad, pero si no somos descripcionistas nos descompromete de otros aspectos del lenguaje y sus conocidas cárceles. O eso se cree uno, porque lo que hace es comprometerse con otros compromisos y con los complementos de régimen internos.


1 comentario:

Luis Martinez de Mingo dijo...

Me quedo con los "pseud problems and misleading pictures" y, de lo que no me cabe duda ninguna, es de que le habría interesado mucho a don Gustavo.