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miércoles, octubre 31, 2007

El escéptico deíctico

Asistimos a menudo al encanecido espectáculo del falso escepticismo (como pretendido disfraz intelectual) de los paranormalistas y otros conspirativos. Se trata de birlar en la letra una tesis que al interlocutor y al público ganado para la causa no se le oculta en el espíritu. Para ello se pone en solfa a los adversarios y en cuestión a los siempre imperfectos y arduos saberes que no convienen. Así, en lugar de la afirmación de una tesis que es ridícula y dado que quien puede difundirla es también consciente de esa ridiculez, el traje que éste se reviste es el del escéptico pretendidamente elegante y aliñado con un punto (bien es cierto que anticuado) de misterio.
Pero todos estamos seguros de que están señalando algo bien concreto y no se nos escapa qué es. Ni por qué lo hace.

martes, octubre 30, 2007

Inevitabilidad material

En El país de hoy, el escritor Manuel Rico habla de “La derecha y la memoria del franqusimo”, de la reacción del Partido Popular ante la Ley de Memoria Histórica. El autor ofrece distintas hipótesis no excluyentes acerca de tal reacción, pero no es tal asunto lo que nos interesa aquí, ni tampoco lo es -pues no faltará quien lo discuta- si la descripción de los hechos, de la reacción como tal reacción, es ajustada. Lo que sí nos interesa es el final del primer párrafo del artículo de Rico:

Los dirigentes del PP, ante la Ley de Memoria Histórica, que mañana se debate en el Congreso, preconizan el olvido afirmando que en la Guerra Civil hubo excesos en ambos bandos. Con ello, ocultan la raíz del drama: un golpe de Estado contra un gobierno legítimo. Pero siendo inadmisible ese argumento, que justifica y "comprende" la dictadura, lo es aún más cuando la ley se evalúa a la luz de la persistencia del régimen de Franco durante cuarenta años.

Pues lo que nos llamó la atención en nuestra lectura es que, para Rico, la inadmisibilidad del argumento formulado se incrementa porque el franquismo duró lo que duró. Y es sensato que así lo considere por lo que hace al argumento, a su “legitimidad formal”, que no nos importa aquí y que -en cualquier caso- se escuda en una retórica oportunista y curiosamente irenista. Lo que sí nos importa es posiblemente la clave de todo este asunto y tal clave y lo que queremos destacar es que el régimen franquista no fue un régimen pasajero. En otros términos, un argumento no es una serie de enunciados en el vacío: si hay quien utiliza el argumento que Rico menciona, será por la misma pervivencia del régimen franquista y tanto por su acomodo a la sociedad española como por la impregnación que dejó en la misma.
Y no nos referimos a lo que haya dejado en las ideas y en los hechos de -sobre todo- unos, sino al hecho mismo de que un régimen como el franquista fue indudablemente exitoso, por así decir, para él mismo, porque se mantuvo durante muchos años y, también por así decir, sólo acabó como acabó.
Es voluntarismo negarlo y podría igualmente decirse que lo olvidado -como lo reprimido- acaba por regresar y salir a la superficie, lo que para bastantes señalará la debilidad del argumento popular, su debilidad, otra vez ¡ay!, formal.
Así pues, una cosa es que una ley sea un instrumento -y muchos dudan de la eficacia y la necesidad de éste- y otra que el sujeto que haya de usar ese instrumento sea el que suponemos que es tras nunca haber supuestamente sido otra cosa. En cualquier caso, lo más probable es que la ley, este instrumento sin mano que lo maneje tras la engorrosa forja legislativa, se transmute en una serie de engorros administrativos y en algún consuelo, y que la derecha olvide sus ardores, lo que nos revelaría que aquella impregnación y aquel acomodo se han diluido. Mientras tanto, esperemos que no se compare sesgadamente a la democracia coronada con los dos regímenes que la precedieron, y a los que ha mejorado. Al menos, hasta ahora.

lunes, octubre 29, 2007

El denunciador

Denunciar al débil ante el poderoso es lo lógico porque si no, no funciona. Si juzgamos por nuestros tiempos y nuestras sociedades, el escritor que denuncia en sus escritos suele saber bien elegir al débil para cumplir con tan lógica lógica. Y si escoge bien a sus poderosos y a sus débiles podrá hacerlo desde la libertad del poderoso y contra la libertad del débil, podrá fingir que débil denuncia al poderoso y nunca denunciará a éste, porque para los escritores se inventó aquello de a moro muerto, gran lanzada. Por eso, hay quien sigue denunciando a los fantasmas, que nunca se van del todo, y es especialista en llegar tarde al campo de batalla.

domingo, octubre 28, 2007

Las gorras inclinadas

Los rasgos que se extienden como la pólvora y son fuente de reconocimiento y de auto-reconocimiento. Recordamos las gorras de plato inclinadas, quizá una señal adolescente y boba de rebeldía dentro de las obligadas estructuras jerárquicas y contra un sistema de signos que la fantasía pretendía abolir. La autonomía como rasgo de la inclinación se prueba cuando el tocado es otro:



Frente a esos rasgos tangibles, otros rasgos. De un lado y de otro, resistencias invencibles que el trabajo lejano de la épica agrandará y engrandecerá.
También está la resistencia frente al rasgo mismo, una suerte de revelación de la impostura fundante, pero tal vez inocente. del ser humano y de sus reuniones, recordatorio de un fenómeno demasiado humano, la común alegría ante las empresas sangrientas que una justicia abstracta vendrá a justificar (por si acaso la ambición o el desenfreno asesino son visitados por un transitorio momento de debilidad, and so he goes to heaven).

sábado, octubre 27, 2007

Amanecer

El amanecer crea pequeños reductos en el horizonte, tal vez luces tenues e inexplicadas, y somete a nuestra vista a esfuerzos que suelen ser recompensados. Nuestra imaginación también trabaja aunque presidida por algún temor innominado o por un temblor propio de la hora y sus destemplados exploradores. La Tierra da vueltas y nos proporciona los mundos dioscuros de la noche y el día, los feroces del atardecer, el escalofrío del alba.

viernes, octubre 26, 2007

La parábola de los talentos

El criado que había recibido un talento lo desenterró para enseñárselo, como es sabido con fingida torpeza y torpemente ufano a su amo, regresado al fin de sus viajes interestelares. No le dijo que entre tanto ese talento había viajado también lo suyo, que se había multiplicado, que si su progenie metálica había decrecido ligeramente de vez en cuando, más bien podía y debía decirse que sus intereses habían henchido el mundo y la propia bolsa del siervo.
¿O alguien había comprobado regularmente que allí, en un secreto aposento, ese talento tan promisorio había dormido ininterrumpidamente, como los siete santos de la cueva?

El pack

Mientras las coaliciones son siempre móviles y parciales, las ideologías se han aglutinado en unos pocos packs que hay que tomar o dejar. El menú es rígido y uno no puede saltarse platos. Una coincidencia parcial nos supone varias ruedas de molino y así nos van quedando los esófagos.
Encontrar un aliado en el patinillo de la confrontación ideológica es firmar un albarán de querencias y execraciones digno de las tertulias más ignorantes, si se permite que a la redundancia la module el adverbio “más”.
Será éste un tiempo de filas prietas y banderines de enganche compactos, lo cual -según quiero recordar- es propio de cacúmenes cerrados y acotados.

jueves, octubre 25, 2007

Operaciones no conmutables

Lo que hacemos suele descomponerse en secuencias de operaciones simples que a veces conmutan con resultados parejos y a veces no, que a veces se pueden permutar con sentido y otras no: introducimos la llave en la cerradura y luego la giramos; no la giramos y luego la introducimos.
Algunas operaciones tienen inversa y la inversión de una operación compleja es la esperable:
Lo inverso de meter - girar - sacar es meter (= lo contrario de sacar) - girar al contrario - sacar (= lo contrario de meter)
Hay, sin embargo, operaciones que no tiene inversa por una cuestión entrópica, podíamos decir: le ponemos la sal al huevo, pero quitársela es complicado. Y si se la quitamos no es a través de la secuencia inversa de operaciones inversas.
Estaríamos tentados de postular que estas operaciones sin inversa son la esencia del relato. Sin embargo, tal vez los relatos se basen más bien en errores, que serían permutaciones sin sentido de operaciones, por lo demás, perfectamente insulsas: el aficionado verá, pongo por caso, que el crimen perfecto suele estropearse en alguna permutación que lo imperfecciona.
Lo que nos lleva a sintetizar y concluir que los relatos surgen de la facilidad con que una secuencia ordenada de operaciones se pierde en alguna de sus numerosas permutaciones erróneas, insensatas o inimaginables. La vida misma.

miércoles, octubre 24, 2007

I've got rhythm

En la plaza, una mujer impulsa una y otra vez el columpio en que uno de sus hijos se balancea. Bosteza. Yo bostezo. Me digo que es el primer bostezo por simpatía que experimento que haya sido iniciado por una mujer negra.
Un bostezo y otro se superponen y abarcan casi tres oscilaciones del columpio. Algún pelmazo prehistórico diría que la fisiología es ecuménica y de rara transcendencia empática. A su modo, llevará razón, pero su tesis es cierta sólo si nos limitamos a bostezos, catarros y cosas por el estilo.
Mi compañera de bostezos, por su lado, habla español en su modulación subsahariana, que si no se dice todavía, no se preocupe, que el mismo pelmazo de antes ya lo dirá.
A algunos se nos contagian también los acentos que oímos durante algún tiempo, siempre sobre el bajo continuo de este blog, escrito con las prisas que dan el contrapunto tembloroso a los bostezos de más arriba.

martes, octubre 23, 2007

Desconversión

Agradezcamos a los que, sin duda advertidos –pues de algún modo están en el secreto genéricamente a voces, esto es, en la estafa– se descuelgan discretos de la pirámide.
No suele ser ése el caso con los que han abandonado otras empresas. Lo pregonan con entusiasmo pentecostal y renacido. Así, por caso, los revolucionarios sedicentes de antaño, que gustan de poblar sus comedias del arte con los ridículos preciosos que aún siguen dando la tabarra y, lo que es más significativo, desaguando en el tablado y en la sentina lo que debiéramos haber recuperado de la bañera.

lunes, octubre 22, 2007

Migraña

La migraña introduce una serie de asimetrías de las que las más notables son la que separa una mitad del cráneo de la otra mitad y la que separa nuestro interior inescapable del resto del mundo, de otro lugar o de otro tiempo donde no duele la cabeza.
Y la migraña desaparece con la vaga amenaza de lo que no ha sido explicado y que nos hace pensar en una voluntad y un antojo para los que no tenemos modelo que valga. Volverá cuando quiera y distinguirá un ojo con una sombra suave o la amenaza de un estallido. Mientras, podemos teorizar sobre los logros innegables de estos dolores íntimos, que hacen que creamos conocernos a nosotros mismos, como si su fidelidad fuera prueba de buena voluntad.

domingo, octubre 21, 2007

Domingo. Dos

Quienes se dedican a la enseñanza como funcionarios deben realizar numerosos cursos y cursillos, lo que tiene lugar bajo coartadas de lo más convencional y que se erigen como simulacro ante la inexorable contabilidad de los escalafones.
Existe, sin embargo, una poderosa razón para obligar a tales funcionarios -y a todos los docentes- a seguir estudios, no cursitos y cursillitos de materias más o menos convencionales, sino estudios que les obliguen a recordar algo que deben recordar todos los días.
Han de ser estudios serios-difíciles, exigentes, aquellos que uno evitó en cuanto tuvo edad para hacerlo- y elegidos por ello para cada caso particular.
Y han de mostrar a cada cuál lo torpe que se puede ser y que uno se puede sentir, porque de lo que se trata es de no olvidar que el alumno torpe que sufre ahí delante es cualquiera en una situación bien escogida, un alumno torpe que puede no superar su torpeza particular o que probablemente podrá hacerlo, un mentecato que puede ser sólo un espejo de quien tiene delante o que se halla a un paso de superar su desventaja en los extraños laberintos de nuestras capacidades y nuestros miedos.

Domingo. Uno

Recordemos que en este 2007 Félix de Azúa ha publicado en Bruguera Última sangre (Poesía 1968-2007). De los últimos casi veinticinco años hay más bien poco y ese poco, inesperado.
En efecto, durante este tiempo Azúa ha presumido de haber dejado la poesía, de que la poesía le dejó a él y puede que de algunas cosas más.
Movimientos tácticos que se encuadran en una una empresa notable: Convencernos de que no era (como suele decirse en expresión más valorativa que métrica) el mejor poeta español de su generación.

sábado, octubre 20, 2007

In fossa ossa

Mucho tiempo atrás, fueron gladiolos sobre el pecho del dormido, pero en una zanja encharcada no hay dormidos que formen un montón junto a otros dormidos.
La mandíbula separada, sumisa a un dentista póstumo, pues ése es el destino del cráneo humano, allí bajo el foco y aunque la sien haya estallado o sólo un limpio agujero corrobore este habitual recordatorio de nuestro breve lapso temporal o haya fijado por siempre el forzadamente breve de quien animaba o de quien era el blanco cráneo que ya han cepillado para el fotógrafo y que destaca de la tierra, de los otros huesos aún pardos, en lo que ahora es un mapa en relieve. De dudosa eficacia didáctica.

viernes, octubre 19, 2007

Continuo, salchichones, gelatinas

En su día presentamos el libro de harina, que es la versión en formato pdf del borgiano libro de arena: la infinitud, incontable e inordenable se compadece mejor en la ficción de un libro manejable con las manos que en la de un archivo que se pierda en una malla infinita de ordenadores. En último término, la malla infinita de ordenadores seguiría dando resultados contables porque las mallas, el común de los mortales sólo podemos imaginarlas recorribles.
Y es que de la realidad física corpórea (y lo que se va a decir puede aplicarse con seguridad a la incorpórea) sabemos que es discreta, pero nos la imaginamos más capaz asiento del continuo que el ordenador cuyos efectos se basan sobre la discreta sucesión de símbolos. El ordenador se marida con el infinito bajo la metáfora del mar: la malla como tela de araña cuya infinitud está jalonada: puede haber un incredible shrinking man, pero nos cuesta con unos incredible shrinking knots.
Puede apuntarse que las ficciones que apuntan si quiera por aproximación a la fractalidad son milenarias, pero por ellas no se las ingenia el mitógrafo para llegar al continuo, o si se las ingenia, pitagóricamente, no lo dice.

jueves, octubre 18, 2007

Geneces y memeces

El Premio Nobel James D. Watson dice que los negros no tienen la inteligencia de los blancos. Se entiende que tienen menos. En las réplicas se comenta el poco sentido científico que tiene hablar de los negros en bloque, de la inteligencia en bloque, del forzado carácter genético de este supuesto atributo. Se discute también la habitual asunción de que un científico prestigioso está autorizado para hablar de cualquier cosa. También de que desde una ciencia dada se pueda hablar de cualquier aspecto de la realidad. O incluso que pueda hacerse desde una fracción de esa misma ciencia. Se critica, en fin, desde la ciencia biológica misma, el mecanicismo watsonita o watsoniano.
Lo interesante es que esta menor inteligencia africana de carácter genético la toma Watson como un hecho y este hecho vendría a explicar el también supuesto fracaso político de los países africanos, el intrínseco y el de las ayudas que los países más ricos otorgan a aquéllos.
Pues lo que supone Watson es que el éxito de una sociedad política depende de la inteligencia de los individuos que la integran. Más bien, en cambio, habría de suponerse que tal cosa fuese a la inversa (y no sólo en el sentido de que los demasiado listos, los demasiado pícaros, estuviesen sujetos a peores resultados colectivos, según la tesis –que nunca fue famosa- de Madariaga). Y este es un supuesto muy fuerte. Así, aceptando todos los supuestos que pueblan las posiciones de Watson, o que las sostienen, la evidencia histórica, social, económica, más bien nos llevaría a concluir lo contrario de lo que el científico cree corrobado, es decir, señalaríamos como tesis poderosa que el éxito relativo de una sociedad política probaría la menor inteligencia de los sujetos individuales que la incorporan.
Señalemos que podría, tal vez, argumentarse que una sociedad perdedora comprendería individuos triunfadores entre una mayoría de individuos de más escasas facultades. La superioridad de unos pocos daría lugar a que los mismos se aprovechasen en detrimento del conjunto. Por el contrario, una menor dispersión de las dotes individuales en la población daría lugar a sociedades mejores. Ahora bien, a la inteligencia –sea ésta lo que sea o no sea nada- no le pasaría como a los récords deportivos en deportes colectivos (en los cuales un récord supone una baja capacidad por parte de muchos antagonistas), en los que -a mayor nivel medio de los intervinientes- menos destacados son aquéllos.
De ahí que no pueda pensarse en el caso que nos ocupa que una media más alta lleve a una mayor o a una menor varianza. Lo interesante es, de todas maneras, que el mantenimiento de unos pocos privilegiados entre el común de la población, el que esos pocos sigan siendo pocos, indicaría una paradójicamente escasa capacidad reproductiva, lo que negaría el valor del atributo del que hemos partido y contradice además los datos de que disponemos.
Por todo lo cual, desde supuestos no más erráticos que los del Dr. Watson, hemos de suponer que un rasgo como la inteligencia no podría difundirse nunca en una población. Incluso, que si hay una "mutación capitalista", un Calvino de los genes, ésta daría lugar a fenotipos adaptados al medio que ellos mismos irían construyendo y que serían justamente menos inteligentes, por decirlo de este modo tan poco certero.

NOTA: Si la sociedad política se establece sobre el conflicto, los individuos dotados de un atributo con un valor adaptativo cuyo valor se debiera a su propia escasez evitarían su difusión, pues esto llevaría a la pérdida de su valor. En otras palabras, de existir tales atributos adaptativos globales, absolutos, todo se habría solucionado (neutralizado) hace mucho tiempo. O no habría sucedido.

miércoles, octubre 17, 2007

Coronita de espinas

Hacer preguntas a un irresponsable es, cuando menos, una perdida de tiempo. Y el último refugio de un irresponsable es lo sublime. Lo sublime nazi, aquí y en China.
O de manera conversa, si se ha dado con la clave de lo sublime, uno se ha capacitado ya para la irresponsabilidad absoluta, para camuflar de respuestas y honores heridos las viejas mitologías oligofrénicas y los sofismas que no admitiríamos ni al clown, ni al augusto, ni al vendedor de refrescos.
El diálogo es un trampantojo y los diálogos asimétricos, ese catecismo colectivo, una inquisición más bien tonta y puesta del revés. Nótese que Zapatero, Rajoy, Llamazares, en mayor o menor grado, sabían que contestaban a sus electores y hacían como que obraban en consecuencia. Adviértase que Carod quería lucirse delante de los suyos y para ello había aceptado enfrentarse a unas fieras extranjeras, torpes, ignorantes y que podía despreciar para mayor gloria de su imaginada patria. O sea, para mayor gloria suya.

martes, octubre 16, 2007

Gone with the Wine

Publica Bernardo Sánchez Salas su El cine del vino (Fundación Dinastía Vivanco). Aventuremos que Bernardo Sánchez Salas suele escribir -entre otras cosas que también son sus escritos y como escriben todos- su propia autobiografía, de lector o de espectador. Al escribirla, ésta se hace y se rehace. Una vida bien leída es buen material y buena prensa para sacar el mejor partido de sí misma. Por otro lado, nuestras vidas son laberintos que a veces nos devuelven al mismo encuadre y siempre acaban en la misma casilla, que no es la de salida aunque pasemos por la cárcel.
El vino es sangre, concluye el autor. Es posible también que la sangre sea vino (1), con lo que obtendríamos un verdadero cinema de terroir, que es el terror del terruño transilvano y del ruritano equívoco.
Pero lejos de esas geografías y sus correspondientes cinematografías y líneas de ferrocarril, felicitémonos de la otoñal publicación de este, repito, El cine del vino, que éstos son días de tierra y granos de uva en el cielo del paladar.
Son días de vino y rosas bajo la lluvia púrpura, un color que siempre se traduce mal. Volvemos a Johnny Mercer y a Ernest Dowson. El título que puse arriba es también suyo, pero lo cierto es que no pensaba en el autor de Vitae Summa Brevis y sí en Margaret Mitchell y en Victor O. Selznick (¿o era Victoria?).

(1) P.S.: Vienesa o no vienesa. No le va a la zaga, recuérdese, Un vampiro para dos.

lunes, octubre 15, 2007

Riqueza

Habla Ignacio Suárez-Zuloaga del partido UPyD y sus dirigentes, a los que moteja de jacobinos. Cuenta quiénes eran los jacobinos (que no eran de la O.P.) y en el balance señala que:

En su demérito está la reducción a su mínima expresión de la rica variedad lingüística, jurídica e institucional; en muchos casos, en contra de la voluntad de la población y a costa de ríos de sangre.

No diré nada de la riqueza lingüística e institucional, que no apetece. Me quedo, en esta noche teresiana, con la "rica variedad jurídica": moi et mon droit y nos preguntamos qué se esconderá tras esas palabras tan suaves como la leche hidratante.
Debe de ser que yo hago los balances con las dos columnas cambiadas. Da ut dem.

domingo, octubre 14, 2007

El vino y yo

El vino y sus perturbadoras paradojas (entre ellas la del podemos con un poco más de vino, el infinitésimo que lo cambia todo) y el vino y todas sus metonimias. Y sin contar el vino lenguaraz o deslenguado.
También están las fotos en que aparecemos con pinta de vinateros o de algo parecido y que nos cuesta datar y que han perdido la facultad de reconciliarnos con nuestra juventud ociosa.
En el vino no está la verdad. Están más bien –y como también en otras sustancias- el derecho constitucional y la teología política. El vino facilita un discurso legitimador que, como todos los discursos legitimadores, convoca a sus interesados actores a una comedia al tiempo galante y pueblerina.
Y el sonido del vino y el sonido del vidrio. Jalones para la memoria, donde habita, como en el vino, el olvido.

sábado, octubre 13, 2007

El perro

El perro es un compañero paradójico, como rectilíneas o parabólicas son -salvo la del estadio- las paradojas eléatas y las paradojas polacas. Un perro es un compañero si nos acompaña, pero ahora viene la paradoja: ¿Cómo podemos encontrar compañía en un animal al que no llamamos hombre y, en cambio, llamamos perro? –Nótese que el asunto no es otro que el de la contradictoria esencia de la compañía: No la queremos ininterrumpida y perenne, porque la compañía del compañero ha de ser cualquier cosa menos una presencia obligada.
Podemos concluir, entonces -y descolgándonos de nuestras primeras y supuestas precisiones-, que la buena compañía del perro procede de su otredad, como dicen o decían unos y otros. Por más que nos empeñemos, no somos un perro y podemos coincidir usted y yo en que, por más que lo intente, el perro no es un hombre. De ahí su valor: no hay miedo de que nos confundan, o de que nos confundamos nosotros, ya vayamos por el mundo como un perro. Además, a ése, al que iba por el mundo como un perro, el suyo, y eso que andaba mal de la vista, no lo confundió con el resto de los pretendientes.

viernes, octubre 12, 2007

Caro Diario

Anotemos minucias para contrastarlas con la deslumbrante y sangrienta épica, o con los trabajos de un Papiersoldat o de algún otro funcionario menos sombrío. La tercera vía entre la Stoa y el huerto de Epicuro. Los autores fijan en las páginas nada secretas la cerca de su reducto, enclave mínimo en el imperio al que dedican los días como probos funcionarios, como filósofos de lógica directa y apolínea.
La sociedad política y su contraparte nocturna , tierna u oxenstierna..

jueves, octubre 11, 2007

Operetas

El más torpe de la opereta toca a llamada. ¿Qué lucirá en la bocamanga, qué prestigios balcánicos, qué plumas, a qué especie linneana tendrá a bien compararle Irenäus? Una tropa para no ir más allá de la esquina – así les luzcan los dormanes y así modulen los pitidos-, el tambor del Bruch a golpes de pecho.

miércoles, octubre 10, 2007

Memoria

Recuerda o se dice que recuerda. Tal vez está llamando memoria a sus trabajosas fantasías. Tal vez sólo esté imprimiendo la pátina del pasado a una mecánica obsesión. Algo que le puede pasar a cualquiera. Si por un momento intenta ser crítico, sólo consigue mostrar un anhelo -agudo como un dolor- por un gran relato, sostenido a hombros de la verdad cósmica.
Pero la memoria sólo está para rectificar uno y otro relato. La memoria ha de trabajar sobre un relato dado, o sobre la incesante continuidad de nuestro stream of forgotten times.

martes, octubre 09, 2007

Che nel buio

Jorge Castañeda escribe en El país a propósito de Ernesto Guevara de la Serna y señala o tal vez repite:

La historia avanza enmascarada, pero no siempre del buen lado.

En la quintacolumnesca edición impresa, la palabra enmascarada (el verbo que camina) queda partida en dos: “…en- / mascarada…”. Y así nos puede danzar ante los ojos el calambur de una historia nocturna que marcha en mascarada, agitados y solanescos o multiculturales sus fantoches de carnaval postatómico, como farsa brumaria que mucho y bien condice con los que se quedaron o con los que están en la higuera.

lunes, octubre 08, 2007

Conexionismo

La ilusión de la autoconciencia y la idea de Dios como consecuencias prácticamente necesarias de la complejidad de un sistema cuya eficacia proviene de la simplicidad de sus componentes atómicos.
No diremos nada de la autoconciencia, pero la ilusión de Dios puede no excluir que exista un Dios indiferente que no tiene nada que ver con todo lo demás, que nos desconoce y que no es ni acto puro, por ponernos aristotélicos y seguir medianamente estupendos. Y no olvidemos aquí que la argucia de hacernos creer en una inexistencia ha de venir precedida de la argucia objetiva de que lleguemos a creer en la correspondiente existencia.
Incluso la necesaria conclusión (y pensemos que las conclusiones y su necesidad lógica son mero espejismo del alocado y ciego trabajo de las neuronas) de que nos engañamos, que somos ilusión, no deja de ser otro trampantojo y nos convierte así en una sospecha dilapidada, difuminado penúltimo tal vez de aquella autoconciencia.
El paradójico individuo que edifica otras sobre su propia ilusión está condenado a algo peor que a no saber nada. Pongamos que a acertar a veces y sin saber nunca cuándo. Y ello tras construir necesariamente la idea de necesidad, que casualmente se precede a sí misma porque se postula que el sistema ha de llegar a ella, en el raro azar del solipsismo de la pluralidad.