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jueves, enero 31, 2008

Las operaciones imposibles

Muchas clases hay de operaciones imposibles y de pseudooperaciones: Desde las que sólo son una apariencia: 5 + * 8; hasta los experimentos mentales para los que hace falta más energía que para enfriar la mitad de siete universos. Y pasando por casos ya más cabales: la historia de aquél al que se le encomienda colocar un grano de arroz (o de trigo) sobre el primer escaque del tablero de ajedrez, dos sobre el segundo, cuatro sobre el tercero y así en la conocida progresión geométrica. El graneador no tiene otro remedio que escaquearse y es que la operación es imposible de varias imposibilidades, si bien no infinita. Lo interesante del caso es que la operación es perfectamente representable, como lo son las operaciones que llevan al cálculo inacabable de las infinitas cifras decimales de, por ejemplo, pi.
Estas operaciones imposibles (ya finitas y físicas, ya matemáticas: ¡oh, cielos, esta distinción es la de los sublimes kantianos, mutatis mutandis!) se construyen sobre una representación sencilla de la operación o serie de operaciones (su computabilidad a fin de cuentas) y con un límite que hace a nuestras capacidades como sujetos operantes y a nuestros medios y herramientas, o que hace a la naturaleza misma del resultado que se espera (y que se puede representar... de otro modo) de las operaciones, que a veces es como decir que se espera de nosotros.
Es también interesante comprobar cómo representación y operaciones dan lugar a verdades que no exigen la realización de éstas, sino sólo la representación de una parte de las mismas: las pruebas diagonales pueden interpretarse en ese sentido. En ocasiones también sucede que objetos con los que se opera de cierta manera nos hacen pensar en operaciones que son inaplicables, que son imposibles o ilegítimas y cuya sola consideración destruye aquel objeto: p.e., no podemos representar el punto mayor de un intervalo abierto en R: pensar que existe es destruir el concepto de partida.
Estas operaciones y apariencias de operaciones destructivas son habituales en todos los ámbitos. Incluso, pueden ser esenciales para una teoría. Por ejemplo, podemos pensar que nada en una gramática impide que la misma genere (verbo éste un sí es no es tramposo) oraciones de longitud infinita. Si A = "Juan cree ", 0 = "que vio al ratón", y 1 = "que vio al gato", el lector de carácter industrioso puede concluir lo debido sobre oraciones de tipo A1000110..., esto es, Ax^n, donde x =1,2 y n no está acotado. Naturalmente, esta gramática contiene (como todas las interesantes) oraciones inefables, física y matemáticamente, pero al llegar aquí la gramática ve cómo a su potencia empírica se une un elemento absolutamente fantástico y no del todo irrelevante: por ejemplo, el conjunto de las oraciones no es numerable. El lector recordará que por el estilo fueron algunas de las especulaciones de Langendoen y Postal.
El lingüista (que no es un matemático) trabaja, pues, con un objeto que contiene la semilla (arroz o trigo) de su propia destrucción.

miércoles, enero 30, 2008

Avis aux navigants

Los comentaristas políticos de la derecha han aprovechado la iniciativa de Gordon Brown de convocar a sus homólogos alemán, francés e italiano en funciones (o dimitido o en volandas, que no sabemos) para afear la supuesta inepcia de Zapatero, al que no invitan a tan prestigiosos saraos. Como es sabido, tal es el trabajo de aquéllos, para el cual no se requiere mayores dotes intelectuales ni mayor habilidad que la de saber para donde apunta el fonógrafo.
Por desgracia, no es una cuestión de los alcances de Zapatero. España está condenada a estar emparedada en casi cualquier contexto internacional y las opciones planteadas –incluida la portentosa e imaginaria “nueva Europa”– parecen hijas de un arbitrio descabalado y del sueño.
Si no, véase el último artículo de Timothy o Timoteo Garton Ash en El país, publicado el pasado domingo y que llevaba por título inspirado el de “Convertir el G-8 en el G-14”
Los seis de la fama son potencias demográficas y algunas puede que democráticas (en el artículo, el tal vez futuro Sir Tim O'Theo no se muestra nada estrecho), a saber: China, India, Brasil, México, Sudáfrica, Indonesia. Nótese, de paso, la brecha en Iberoamérica. Triste destino de las impotencias intermedias.

martes, enero 29, 2008

La era del exhibicionismo

Como el asesino de masas que guarda sin destruirla la prueba de sus crímenes –y no entraremos ahora en las razones de este proceder que no es infrecuente en la ficción–, algunos delincuentes contemporáneos parecen menos interesados en la comisión del delito y la compensación directa que les procure que en la publicidad global del mismo.
Por más que ellos mismos proporcionen la prueba incriminatoria indudable, su objetivo no parece otro que el de protagonizar, pongamos por caso, una violación filmada y accesible libremente en Internet. Ahora bien, sucedería aquí que se actúa como si la máxima transparencia fuera la máxima opacidad. En este sentido, el exhibicionismo presente lo es sólo en apariencia, porque el sujeto ya no se exhibe: más bien se encuentra, fruto de su propia construcción en la representación videográfica, pero pretende hacerlo en un mundo alternativo que no deja ninguna responsabilidad personal para éste. Pretende que su acción ya no es de este mundo.
Tal cosa se correspondería con una igualación de realidad factual y ficción, porque la idea de mundo posible y la consiguiente metafísica lo que hace es desdibujar la idea de verdad. O mejor, se correspondería con una relativización de lo real, que no sería ya ni siquiera el primero entre pares: un avatar –si se nos permite la broma– de la idea de los mundos posibles puesta al alcance de las clases populares y también del lumpen.
Tal vez paradójicamente, nuestro tiempo es también el que mejor recompensa una inversión que siempre ha sido muy rentable: la calumnia. Parecería que con la calumnia opera la superstición según la cual, ella no puede por menos que ser efecto de alguna verdad. Se olvida que para un relato verdadero puede haber infinitos relatos falsos. Que a un hecho verdadero le podamos enfrentar diez mil hechos falsos construidos con retales de apariencia similar.
Si se disculpa la trivialidad, el video que presenta o representa de modo realista individuos, cuerpos, interacciones entre humanos, el que verosímilmente es una filmación –y no sólo éste–, se concibe siempre como contraparte de una realidad filmada: puede ser ésta la de un mundo alternativo, pero el video se refiere siempre a algo exterior, ya sea lo filmado o lo fabricado virtualmente.
Como se sabe, la edición y el montaje nos puede llevar al relleno de las elipsis y a la construcción de una contraparte, de una realidad falsa (por no mencionar una realidad virtual) perfectamente falsa. Sin embargo, esto suele olvidarse y el resultado es que el video y su reproducción masiva han multiplicado la supuesta carga de verdad de toda representación. Desdibujada verdad, ya lo dijimos, pero que lleva a la conclusión de que ya no hay mentiras.
Quizá, por tanto, los delincuentes exhibicionistas piensen que tampoco hay verdades y que todo está permitido.

lunes, enero 28, 2008

A lo lejos

El anticiclón, desde esta altura, nos concede horizontes que abarcan a varias provincias. Y, por tanto, este invierno nos visita cada mañana como una amenaza sorda y soleada. A esta altura, el termómetro marca más de diez grados centígrados y nos hacen sudar jersey y anorak, lo que incluye la latitud latitudinal de ambas denominaciones.
Más arriba, a los mil ochocientos metros sí que notamos un poco de fresco, pero nada especial. Aquí mismo y más abajo hemos visto de todo: cámaras de video que no funcionan por el frío y amarillos carámbanos de narices, esto es, de las narices. Y ya no lo vemos.
A las cuatro, el Sol nos dice que se está ocultando detrás de una peña y que se acaba el recreo. Nos miran los piornos como les miramos a ellos nosotros, con la extrañeza del anticiclón. Con algo de sol sobre la lana, nos ignoran las ovejas, que desde su olimpo mordisquean los hierbajos de la cuneta.

domingo, enero 27, 2008

Lenguas de niebla

Al salir de la ciudad, soleado; pero nos damos cuenta en seguida de que hoy la niebla es caprichosa y se alternarán valles cubiertos y alturas despejadas con lugares donde el patrón será el inverso. En la gasolinera todavía vemos el sol, pero nos espera una etapa de opacidad. Desde algún punto, elevado y despejado, vemos cómo un dios de ignorancia y olvido ha distribuido sus lenguas de niebla para desconcierto de los mortales. Es mucho ver porque desde aquí hemos sabido a quién sí y a quién no, ambos grupos igualados en su ignorancia mutua y en el desconocimiento de la situación general.
Sin embargo, lo dicho es pretensión vacía porque es cierto que dominamos el terreno durante unos quinientos metros y sabemos que la niebla es un mosaico entre lo aleatorio y lo determinado por el relieve, pero mañana estaremos en otro lugar, habremos olvidado y habrá que conducir despacio.

sábado, enero 26, 2008

Contabilidad doméstica

La contabilidad es el arte de apuntar puntualmente, una disciplina que se acompasa a los períodos más breves, si bien es parcialmente recuperable: Los libros mal llevados se pueden poner al día. Con la música no pasa lo mismo: si te retrasas, ahí te has quedado. No sabemos si la vida y nuestras contriciones y nuestras atriciones encuentran mejor espejo en la contabilidad o en la música. Tendemos a pensar, pesimistas, que el tiempo perdido es perdido, aunque tal vez podemos pensar en una posible recuperación. Una tercera posibilidad es que la vida sea una ilusión. Y tan banal que no merezca el menor esfuerzo del contable, del tasador, que sea una música silbada por un necio, las manos en los bolsillos, rumbo al desastre.

viernes, enero 25, 2008

Día del cursi literario y día del cursi fatigado

I

Este día, viernes, he mirado el correo electrónico. Alguna basura. He asistido a un seminario. He hecho algún trabajo de oficina. Algo he trasteado con un par de ordenadores. He buscado un rotulador con el que escribir en un CD. He tomado una cerveza. Como. He ido a clase. Había caminado hasta el lugar donde recibo la clase. Camino después. Tomo un café. Camino más y me siento a escribir. Eso es todo, Viernes.

II

Me levanto o casi no. Con sueño. Por la calle, comento a alguien que llego al viernes cansado. Es que completar la semana laboral cuesta. Disimulo unos bostezos en el trabajo o no los disimulo. No cojo el coche ni el autobús y me paso la tarde caminando. El café no me reanima. Viernes, estar cansado tiene plumas, recuerdan en los documentales de la dos.

jueves, enero 24, 2008

La bolsa

La bolsa y la totalización virtual de la riqueza, virtual en el sentido antiguo y teatral. Lo que se ha perdido, nos dicen cuando se producen bajadas inusuales. A los ajenos a ese templo (o mercado, que de los dos modos puede y debe decirse), nos cuentan que es una máquina de amplificar pequeños impulsos, pero no al modo de un amplificador electrónico, sino de un modo más aleatorio y vagamente fatídico. Un templo que produce suicidas no puede responder mecánicamente a un catálogo de estímulos más o menos restringido, pero tampoco es la flor de los fenómenos inesperados. Sospechamos, no obstante, que en lo que a escenografía se refiere, la bolsa es el simulacro de un simulacro, que una gran calculadora dice a unos funcionarios cuáles deben ser los resultados del día. ¿O es que la economía no es una ciencia?

miércoles, enero 23, 2008

Perplejidades montunas

A la colina que tantas veces había ascendido decidió aquel día subir por otro camino, más escarpado. Y tanto que llegó a un lugar por donde no podía seguir y hubo de volver sobre sus pasos.
Años después, le toca una revisión o una corrección de su ruta, pero bajando. La diferencia es notable porque no se trata sólo de bajar y subir, sino también de ir y volver. Conque una dificultad en el descenso es una dificultad al final del día y no a su principio.
Cuando uno no puede seguir ni retroceder, ello se debe tanto a una situación objetiva como a que sólo resta lo que resta de sus capacidades a renovar circadianamente o mediante una fiesta entre semana (que decía el poeta).
La analogía, pues la excursión nos habla del día, nos acerca también al día de la vida del hombre y es exacta: las dificultades en el regreso no son las que hubo en el progreso, aunque también es cierto que uno puede estar de vuelta de todo e incluso sin haber ido (que también decía el poeta).

martes, enero 22, 2008

Política artística

La derecha española está mal diagnosticada. Y es que para entenderla cabalmente hay que apuntar que es resultado del romanticismo o, al menos, correlato o análogo suyo. Antes de Frankestein, como se sabe, artista era el que fabricaba objetos artísticos. Después, arte es ni más ni menos lo que hace (facit) o incluso lo que hace (agit) el artista, categoría en la que se ingresa con el descaro con el que se recuerda un axioma. Pues bien, la derecha es un artista moderno.
Porque observamos que el discurso de la derecha concentra la virtud política en lo propio de sus propias acciones, las cuales, si ejecutadas por otro, pierden toda su potencia y, antes bien, se convierte en viciosa, inconveniente o inane, torpeza.
No faltará quien señale que esta preeminencia del ejecutante –que calificaría de por sí la calidad de la acción ejecutada– no es sola de la derecha y que es incluso rasgo que mejor distingue o caracteriza a la izquierda. Aquí no discutiremos tal, pero habráse de concluir (porque no parece errada la acotación) que lo que predomina a uno y otro lado, antes que el juicio por los frutos, es el sujeto como núcleo de acreción de partidarios y que las razones para la existencia de uno y otro núcleo enfrentados son oscuras, impermeables y, sobre todo, confusas. Y más en este país de todos los artistas.

lunes, enero 21, 2008

La búsqueda de señales

La que luego será bifurcación era un punto anónimo del camino. Cuando volvimos sobre nuestros pasos -porque estaba claro que por allí no íbamos a ningún sitio, si no era a la paridera en el claro del hayal-, dimos por llamar a ese punto la bifurcación. Nosotros habíamos seguido por lo que parecía el camino más pisado(1) o, digamos, la línea continua más libre de vegetación.
Ese camino más pisado había sido una señal de naturaleza causal, que se había revelado como equívoca o falsa. Tomamos entonces por el otro lado y agudizamos nuestra vista para descubrir señales convencionales (pintura sobre árboles, un apilamiento de piedras,...), pero es de temer que imagináramos a un sujeto intencional y semiótico demasiado amante de la pareidolia y sus mentiras.
Al poco, el segundo camino cruzaba, supusimos, un prado y al otro lado se debían encontrar nuevamente las señales que habrían de corroborar que era el bueno. Sin embargo, no quedaba claro en qué dirección precisa habríamos de cubrir el trayecto indiferente del prado. Debíamos apuntar, por así decir, de acuerdo con nuestra previsión, con nuestro rumbo a gran escala, para lo que era indispensable la capacidad de disponer de señales más elaboradas y de la capacidad de interpretarlas.
Lo que, además de no ser el caso, nos hacía preguntarnos por la utilidad de las señales de los dos primeros tipos referidos, convertidos en código cartográfico (más o menos icónico) o en un hábito para el que ninguna metáfora, y menos la del mapa, es recomendable.

(1) Y que simplemente había parecido el camino, sin solución de continuidad, cuando pasamos la primera vez.

jueves, enero 17, 2008

Sillita

Me siento en la sillita y me paso la hora larga moviéndome y removiéndome. A los demás les pasa lo mismo y la conclusión se sigue sin dificultad. Más tarde, en casa, hallo la formulación -si no feliz- precisa: Volvemos el lunes día 21.

miércoles, enero 16, 2008

El arquetipo móvil

El arquetipo muta según las copias se multiplican con sus notables y crecientes defectos y lejanías. Y es que como las copias van modelando el molde, en él se concentra toda la variabilidad y la clave de esa variabilidad. Una copia sola es perfecta en su monotonía, pero el arquetipo de la rosa reúne todas las imperfecciones habidas y alguna que, sin duda, está por venir pero que la rosa eterna toma del arquetipo del ladrillo.
Así, la realidad está hecha de arquetipos inacabados, mudables y movientes, que se acercan y se alejan entre sí.
Ahora bien, concedido esto, se distinguen varias escuelas de pensamiento. Hay quien, a la vista de las convergencias imborrables, sostiene que la realidad es un solo arquetipo que es todos sus bailes y retrancas. Hay quien, al contrario, sostiene que cada copia es un arquetipo y que con esta voz solemos referirnos a unas familias más bien fingidas de arquetipos cuya similitud se nos antoja sin mayor fundamento.
No podemos olvidar a quienes mantienen que no hay copias y que imaginamos a éstas asombrados ante la contemplación incesante de los arquetipos y todas sus inevitables facetas.

martes, enero 15, 2008

Ensayo

El ensayo está muchos pasos más allá de la lección, aunque léxicamente esté permitido elevar el tiro y decir que se ensaya para la lección.
El ensayo lo es también de quien ensaya. Así el sujeto es objeto del mismo, aunque la situación no sea necesariamente reflexiva. El ensayo nos ensaya para descubrir nuestra ley metálica.
Quizá el ensayo como género literario haga lo mismo, lo cual es especialmente meritorio porque -junto con el blog- es éste el género de la ocurrencia y lo es más que la lírica, que ya es decir, aunque sin alcanzar a otras variedades del género didáctico en sus diversas modalidades delictivas.
Si regresamos al ensayo del actor, del músico o del bailarín, reconocemos que no hay aquí lugar para bromas y que para poder ensayar hay que haber aprendido mucho, lo que se hace a través de otros formatos y otras ejercitaciones. Porque la espontaneidad es difícil. Y más a mis años.

lunes, enero 14, 2008

En el autobús

En el autobús le llega una voz suave amortiguada o barrida por el mucho ruido. El acento es exótico, que quiere decir inusual para él. Lengua de algunos inmigrantes. No puede reconocer el idioma o aventurar alguna hipótesis, pero poco a poco empieza a reconocer o a creer que reconoce alguna palabra suelta en español. ¿Es un español de rara prosodia y entonación sutil? ¿O es una ilusión el reconocer palabras? ¿Un modo de imaginar algún orden en lo que para él era poco menos que caos? ¿Se trata quizá de alguna variedad transoceánica, tal vez índica o indonesia, de portugués? Deja el autobús con una mirada que no puede ser furtiva y que no le permite llegar a conclusión alguna. Ha bajado por la puerta trasera y un instante de indecisión le impide alcanzar la delantera, la de entrada, antes de que el autobús parta.
Al menos no fueron los ignorados hablantes los que le abandonaron a él en el autobús, porque entonces su lengua tal vez fuera el lenguaje de los pájaros: El lenguaje de los pájaros cuando ven la carabina (que tal vez escribió Ángel María Fernández).

domingo, enero 13, 2008

Preguntas

El grupo ahora juega al juego de las veinte preguntas. Como se conocen, las mejores estrategias no son las mejores estrategias a priori (dividir porfirios el universo del discurso al cincuenta por ciento).
Parten todos de las inercias y querencias propias, las que el grupo conoce del cada uno y las que el grupo comparte. Esto incluye los engaños y las fintas, es decir, el hacer lo contrario de lo que se espera de uno. Por ello, es de prever que se vuelva a la situación de equilibrio y que las probadas mejores estrategias a priori sean las que triunfen en un largo plazo alopécico. Algunos dirán que el equilibrio del que se habla es dinámico y se trata de controlar, para adelantarse, el ritmo de las fintas del contrario.
Cabe pensar más bien que el acoplamiento del grupo es inevitable y que una partida especialmente larga es sólo una excursión en grupo por un terreno equivocado, seducidos todos por algún espejismo epistémico y colectivo. Por alguna onda que marca el paso de los jugadores, un, dos, un, dos.

sábado, enero 12, 2008

Elogio y primor de la banderilla

Las banderillas y su vinagre admiraban a nuestra niñez desde su altar de flor de todos los caprichos. Sobre el cinc o sobre la madera desgastada, anfractuosa a los dedos y a la vista, contra los toneles o delante de los calendarios taurinos, en el seno del olor a vino, en platos ovalados, en la hojalata brillante y amarilla, allí las anchoas, cebolletas, pepinillos o huevos cocidos y rebozados, rejoneados todos del palillo polimorfo y postprandial, su gran abstractor minimalista y tusquetsí. Banderillas en el polvo y polvo en las banderillas, siempre atentas a las conversaciones de los, a estas alturas de este escrito, inevitablemente denominados parroquianos.
Banderilla es voz que se va perdiendo como se pierden ciertas vinagretas primitivas e industriales, licores que procedían de bajeras frescas e insondables, que se distribuían a horarios secretos y clandestinos, que se anunciaban con una leve contracción gutural que era como un saludo sutil. Las banderillas se perdieron como se perdieron las rosas y se fueron al otro barrio todos los poetas vinosos de la antología.

viernes, enero 11, 2008

Para sanar escrófulas

En las sociedades políticas contemporáneas los procedimientos han alcanzado una posición ontológica notabilísima y que excede con mucho la habitual vindicación de la naturaleza y la legitimación procedimentales de nuestras instituciones: como se sabe, hay que dar de comer a juristas; no siempre se añade que aparte.
Sucede que procedimientos desarrollados para la consecución de un fin atinente a determinada categoría o calidad de objetos se independizan de éstos y adquieren una tal virtud o potencia que, aplicados a otros objetos, comunican a éstos aquella categoría o cualidad, la cual se considera, en general positiva.
Es un proceso análogo al que tiene lugar, cuando median determinadas ideas, con algunas ciencias. Así, disciplinas como el folklore o la etnografía no pueden entenderse por muchos como simplemente referidas a un campo de objetos que, digámoslo impresionistamente, carecen de aura. La atención y los métodos de la etnografía o del folklore contaminan a sus objetos del prestigio que poseen supuestamente los de otras disciplinas (por ejemplo, la historia del arte). Nótese que el valor aparece ahora como resultado de la aplicación de procedimientos en un terreno académico, pero lo mismo sucede con las metodologías políticas. Un fin político que se defiende según unas técnicas desarrolladas y probadas para fines aceptados y deseables desde las coordenadas del bien público, se ve justificado y ensalzado por el hecho mismo del uso de esas técnicas. El medio santifica los fines, que son más que justos y ya sublimes, excelsos.
No hará falta decir que lo que sucede en muchas sociedades actuales es algo que puede definirse perfectamente como colusión entre lo académico y lo político, pero dejaremos la ilustración de tal cosa para otro momento.
En cualquier caso, no se trata de prejuzgar el valor (estético, histórico, funcional, …) que puedan tener por ejemplo una reliquia arquitectónica o una institución. Lo importante es que el juicio sobre este valor no se ha de fundamentar en la misma atención o en las mismas atenciones que le han deparado académicos, políticos y demás comunicantes profesionales con el reino de lo sublime.

jueves, enero 10, 2008

Recuperación. Mantenimiento

La recuperación exige una continuidad y una discontinuidad. Así la del llamado patrimonio histórico o artístico, pues algo se debe haber perdido para poder recuperarlo. El mantenimiento no exigiría, opinará el lexicógrafo, discontinuidad alguna.
Pese a las precauciones a las que ese lexicógrafo es más bien ciego, aceptemos que, por lo que hace a la recuperación de bienes de valor histórico o artístico, éstos deben haberse perdido o arruinado, aunque no del todo, claro.
Naturalmente, no todo lo que se tiene se ha de mantener ni todo lo que se ha perdido, recuperar. De hecho, sucede que la popularización y extensión demagógica de los mantenimientos y las recuperaciones lleva a la vindicación de bienes de los que nos separa poco o nada: patrimonio de escaso o nulo valor y cuya presencia imposibilita una razonable reforma o sustitución, tradiciones que hemos visto aparecer de la nada incluso en nuestra edad adulta y que son instrumentos para la política identitaria, por llamarla de algún modo, de nuestros pecados.
El fenómeno es genéricamente el de la disminución de la distancia mínima necesaria entre sujeto y objeto para la consideración de éste como perteneciente a una categoría determinada. Si se quiere: en otro tiempo el antropólogo debía realizar su trabajo de campo en lejanas colonias o partes del imperio; en la actualidad, lo puede llevar a cabo, y cómodamente, en su propia comunidad autónoma. Más en serio para algunos: Marvin Harris concluye con dudoso acierto y menor éxito su carrera académica aplicando las categorías de la antropología al capitalismo americano. La historia (y la prehistoria) es ya lo de ayer.
Y lo de ayer, muchas veces producto de ínfima calidad, es ya vindicadísmo bien u objeto histórico-artístico. La discontinuidad es mera microscopía. O puede ser que nuestro lexicógrafo sea más superficial todavía de lo que imaginamos y recuperar algo sea siempre recuperar o mantener otra cosa distinta.

miércoles, enero 09, 2008

Apólogo

Subió por la escalera. O comenzó a subir por la escalera porque se arrepintió a la altura de la segunda planta y pulsó el timbre del ascensor. Ya se abría la doble puerta metálica cuando recuperó su voluntad de treinta y seis escalones más abajo y emprendió de nuevo, y de dos en dos, la subida por la escalera.
Llegó al piso donde se encontraba la consulta del dentista, dio su nombre a la recepcionista y esperó su turno. Treinta minutos más tarde recogió de manos de ésta una tarjeta con los datos de la nueva cita, se despidió y llamó al ascensor. Pulsó el botón con la letra B y con el leve respingo de costumbre la máquina se puso en marcha.
El arrepentimiento le llegó a mitad del camino. Pulsó el stop cerca del tercer piso. Por un momento temió algún incidente o contratiempo, pero tras oprimir luego el botón con el número tres, el ascensor le dejó en ese piso.
Ya había bajado un par de escalones cuando volvió sobre sus pasos y pulsó el botón de llamada (el ascensor, bastante anticuado por cierto, seguía allí) y éste le transportó obediente y leal hasta el punto más bajo de su recorrido.
Salió a la calle. El día seguía con un aire de indiferencia plena y comenzó a preguntarse sobre la peculiar simetría de sus caprichos.
(Al poco, cambió de pregunta, pero no le costó mucho darse cuenta de que seguía siendo la misma pregunta.)

martes, enero 08, 2008

Mi paseo solitario en invierno

No estamos acostumbrados a la temperatura suave y a la noche cuando no hace tanto que nos hemos levantado. Quiero decir que son las siete de la tarde y los termómetros marcan doce grados. Estoy en una ciudad desconocida, concluyo, y sigo por rutas que he frecuentado.
Es una facultad propia y bien conocida del flâneur, la capacidad de auto-extrañarse, de oscilar entre la consideración del lugar como extraño y la de la propia extrañeza. Al menos, eso indican los manuales más prestigiosos y a ellos nos atenemos.
Las calles, que es de lo que se trata, están llenas (se trata de un fenómeno muy conocido para los psicólogos) de individuos jóvenes que han venido de otras, variadas y lejanas tierras.
No sabemos qué heredarán estos chavas, se pregunta un caballero con el que me cruzo. La ciudad parece darle siempre algo que admirar y dejo su interrogante a la violeta como un epigrama al margen de la Gran Vía.

lunes, enero 07, 2008

Fase del antiespejo

No soy yo el viandante que veo reflejado en el escaparate cuando, de noche, casi he acabado de cruzar la plaza. O lo soy por un momento y me extraña y confieso que me disgusta. No puedo ser yo y confirmo que es otro viandante que quizá ve mi reflejo en otro espejo, etc. Lo que apunto for the sake of a fearful symmetry.
A todo esto puede sumarse que "no es yo el viandante, etc." o que yo es otro, o todas esas cosas. Pero considero más importante mi experiencia (si semejante cosa es una experiencia), que es la de refutar una falsa identificación y haber desconfiado de la vista y sus datos. De un espejo velado. Según caminas a esa hora rara de la noche en que casi todos se han recogido, etc.

domingo, enero 06, 2008

País catódico

9, 9, 7 y 6. Tras la comida han elegido un DVD. La película es conocida. Una de las de nueve la ha visto y adelanta algunas situaciones y diálogos a los demás. Atento regocijo. La película es Cantando bajo la lluvia.
Mientras, las televisiones públicas y privadas (con la excepción de la 2 y algunas de menor calibre) manifiestan una notabilísima querencia por la basura cinematográfica, favoreciendo de paso el mercado de la televisión de cuota, y por la programación oligofrénica y delincuencial.
Y sólo me refiero a las porquerías emitidas en las tardes de los sábados y la mayoría de los días festivos, a las películas que los niños van a los cines a ver y que las televisiones programan a las diez de la noche.
Han conseguido una televisión peor que la de Franco. Populorum progressio, que se dice.

sábado, enero 05, 2008

Across the universe (que suena en la Cabagalta, hay que joderse)

Es ésta una entrega que tiene detrás a más de setecientas y a la que le gustaría estar fabricada con trozos de otras, y eso aunque estuviera suturada con enlaces y no con los remiendos directamente.
Como las setecientas tienen detrás todas las traiciones de la tradición y la traducción que me ha sido dado vislumbrar, que decía algún trozo famoso, es como si estuviera zurcida de telas alguna vez doradas.
Sin embargo, no es otra cosa lo que ocurre con la llamada creación. La nada es un almacen de remiendos remendados. Lo que no es remiendo es plagio.
Y tanto si Dios no existe como si existe, Su creación también hubo de comenzar con una visita a ese almacén. Allí también se hallaron algunos trastos viejos que muchas generaciones después se abrocharían unos a otros para que alguien comenzara a hablar de la Divinidad y otras aparentes ideas sublimes, aparentes por lo ideas y aparentes por lo sublimes.

viernes, enero 04, 2008

Les enfants moléculaires

C.C. advierte:
- Los niños están equidistribuidos.
Se refiere, como él mismo aclarará y mediante aquí jocosa terminología, a que hay un niño, para un total de cuatro, en cada una de las habitaciones de la casa.
Con cuatro habitaciones, y tenemos cuatro niños, se llega de esta forma a 16 microestados infantiles, porque los niños son distinguibles por el momento y según creemos.
Si todos en la misma y dada habitación, sólo hay un microestado, muy poco vaticano por cierto. En cualquier caso, se nos antoja que la situación que C.C. ha denunciado entre alarmado y divertido es más desordenada que esta otra con la que la hemos comparado, y más probable.
Sin embargo, los niños no son moléculas y más bien se dedican a mostrarnos los inimaginables estados del desorden en que todos los otros objetos pueden incurrir. No podemos asegurar, en cambio, si esto se dará con mayor entusiasmo, diligencia y explosividad en una situación de equidistribución o en una de concentración que, desde la unidad, difunda su húnico resultado por toda la casa. Y es que los niños no son moléculas.

jueves, enero 03, 2008

Cosmos

En una cadena aparece Carl Sagan, devuelto por obra y gracia del zapeo y de los costes de producción. Cómo han cambiado de entonces acá los agujeros negros, los púlsares, las meras gigantes rojas. Hidrogeno, deuterio, tritio ya no son lo que eran; por no hablar de helio, litio o tecnecio.
Sin embargo, la vida humana y la época tienen estas cosas: hemos visto como se marchitan hasta las metáforas y las imágenes de los divulgadores científicos. Hay que decir, no obstante, que la serie de Sagan se mantiene -salvadas las apariencias aludidas y salvados los fenómenos que hayan podido incrementar el elenco- con un interés que pocos después han sabido alcanzar.
Además nos entretiene por un rato la melancolía televisiva, una nonada si se piensa en la magnitud de la nostalgia fetal de un psicoanalista majareta que sostuviera que añoramos aquel estado feliz de antes del Big Bang, cuando no había tiempo, ni espacio, ni ocasión para decir chorradas.

miércoles, enero 02, 2008

Aire de familia

Llamo a R. por la mañana y está en Huesca. Luego, detrás del nutrido pelotón de fusilamiento reparo en La Leyenda del Rey Monje. Nos vamos a Huesca. Campanudo, está enfrente y casado con La rendición de Bailén.
Por la tarde visito la exposición de J. y A. y me paseo por ella como la bola de la ruleta entre los números rojos y los números negros. Su abuelo, al que mencionan, era probablemente de Huesca y cerramos círculos en las conversaciones y también en el metro.
Tan cerca y tan lejos, juego a no equivocarme distinguiendo los cuadros de un hermano y otro. A la entrada, dos cabezas de las respectivas manos nos resumen a uno y otro, y nos los resumen con el exhaustivo resumen de un símbolo.
En estos cuadros de Ángel Compairé -de Jaime cabría decir algo parecido- está Ángel Compairé, pero también hay una modulación que los diferencia de otra buena parte -y conocida- de su obra. O que no los diferencia, porque cada uno es un símbolo que contiene a todos los demás, sin que por eso cada nuevo cuadro deje de ser radicalmente un cuadro que no podemos resumir ni que pudimos prever, porque de eso se trata, de que el pintor nos muestre algo que antes no estaba.

martes, enero 01, 2008

Entre las brumas

Alguien comenta sobre lo francés del programa. Hay quien no se abstiene de señalar que así siempre, que todos los años el concierto comienza con Charpentier. Sobre la mesa se aburre un plato de turrones. El mundo gira y nos devuelve al punto de partida. Supuestamente, porque de partida y de llegada lo pueden ser todos. El emperador se ha caído de su cabalgadura.