C.C. advierte:
- Los niños están equidistribuidos.
Se refiere, como él mismo aclarará y mediante aquí jocosa terminología, a que hay un niño, para un total de cuatro, en cada una de las habitaciones de la casa.
Con cuatro habitaciones, y tenemos cuatro niños, se llega de esta forma a 16 microestados infantiles, porque los niños son distinguibles por el momento y según creemos.
Si todos en la misma y dada habitación, sólo hay un microestado, muy poco vaticano por cierto. En cualquier caso, se nos antoja que la situación que C.C. ha denunciado entre alarmado y divertido es más desordenada que esta otra con la que la hemos comparado, y más probable.
Sin embargo, los niños no son moléculas y más bien se dedican a mostrarnos los inimaginables estados del desorden en que todos los otros objetos pueden incurrir. No podemos asegurar, en cambio, si esto se dará con mayor entusiasmo, diligencia y explosividad en una situación de equidistribución o en una de concentración que, desde la unidad, difunda su húnico resultado por toda la casa. Y es que los niños no son moléculas.
- Los niños están equidistribuidos.
Se refiere, como él mismo aclarará y mediante aquí jocosa terminología, a que hay un niño, para un total de cuatro, en cada una de las habitaciones de la casa.
Con cuatro habitaciones, y tenemos cuatro niños, se llega de esta forma a 16 microestados infantiles, porque los niños son distinguibles por el momento y según creemos.
Si todos en la misma y dada habitación, sólo hay un microestado, muy poco vaticano por cierto. En cualquier caso, se nos antoja que la situación que C.C. ha denunciado entre alarmado y divertido es más desordenada que esta otra con la que la hemos comparado, y más probable.
Sin embargo, los niños no son moléculas y más bien se dedican a mostrarnos los inimaginables estados del desorden en que todos los otros objetos pueden incurrir. No podemos asegurar, en cambio, si esto se dará con mayor entusiasmo, diligencia y explosividad en una situación de equidistribución o en una de concentración que, desde la unidad, difunda su húnico resultado por toda la casa. Y es que los niños no son moléculas.
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