El libro de harina es la versión en pdf del libro de arena de Borges. Gran problema: Cómo acotar su infinitud innumerable en un archivo de ceros y de unos que ha de ser finito. La misma pregunta podría hacerse de un libro de peso finito. Nos vemos autorizados a limitarnos a una contestación fenomenológica. Naturalmente, conocemos nuestro disco duro y no podemos fiar a su discreta memoria la harina del libro. El libro de harina se ha de consultar on line, pero la apertura de una de sus páginas es tan aleatoria como cualquier otro paseo por internet. No podemos asegurarnos una secuencia de páginas y el enlace con la marca NEXT es puro engaño.
Dado que el libro es infinito, lo han de ser también las direcciones de memoria donde se contienen sus datos inauditos. Podemos así concluir que el servidor del libro de harina es de una peculiar condición: Básicamente, o que sus direcciones de memoria son de capacidad infinita y son infinitas; o que las direcciones mismas no son numerables.
Mi experiencia personal con el libro de harina es insuficiente comparada con el libro. Nuestra propia capacidad comparada con cualquier empresa suele ser una buena definición de la exigüidad, pero la buena definición que tenemos aquí lo es de la medida cero.
En alguna página del libro de harina se cuenta una parte de la historia del hombre que volvió un día a la misma página del libro de harina. Hay quien afirma que hay páginas del libro de harina que son reproducciones facsimilares de las páginas del libro de arena y que las ha visto en los dos sitios.
Obviamente, al libro de harina no le están prohibidas las falsedades. El libro de harina es, lo tengo claro, sólo el intento de que tampoco le estén prohibidas al universo. Pero eso, como decía Kiplingo, es harina de otro costal.
Dado que el libro es infinito, lo han de ser también las direcciones de memoria donde se contienen sus datos inauditos. Podemos así concluir que el servidor del libro de harina es de una peculiar condición: Básicamente, o que sus direcciones de memoria son de capacidad infinita y son infinitas; o que las direcciones mismas no son numerables.
Mi experiencia personal con el libro de harina es insuficiente comparada con el libro. Nuestra propia capacidad comparada con cualquier empresa suele ser una buena definición de la exigüidad, pero la buena definición que tenemos aquí lo es de la medida cero.
En alguna página del libro de harina se cuenta una parte de la historia del hombre que volvió un día a la misma página del libro de harina. Hay quien afirma que hay páginas del libro de harina que son reproducciones facsimilares de las páginas del libro de arena y que las ha visto en los dos sitios.
Obviamente, al libro de harina no le están prohibidas las falsedades. El libro de harina es, lo tengo claro, sólo el intento de que tampoco le estén prohibidas al universo. Pero eso, como decía Kiplingo, es harina de otro costal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario