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martes, junio 13, 2006

Cosmonautas

Los cosmonautas con sus salidas y llegadas al cosmódromo, estampadas ambas de viriles besos. Los cosmonautas con sus caras uraloaltaicas y sus paseos por la estepa exterior, impulsados por el mágico propergol de los prestigios comunistas y sus trigales de atrezzo. Los risueños cosmonautas de patria catalana, ahora con rostros uraloaltaicos y layetanos con algunos rictus del samoyedo y sus signos secretos, signos ahora convertidos en basura del espacio radioeléctrico para su mayor regocijo de artistas fabuladores. De fabuladores que utilizan los formatos y los géneros con la señal “esto es falso” progresivamente administrada o para perspicaces.
Los otros, los fabuladores encelados utilizan los formatos y los géneros sin ninguna de tales etiquetas. Sorprendentemente no abundan los perspicaces; o mejor, abundan los escasamente perspicaces. Creo recordar que Roberta Bosco lo explicó por aquel entonces. El espacio exterior y unos ataques que mostraban cómo la fotografía contribuía a la ficción que quiere pasar por historia, o algo así. Pero admiremos también a los burlados, quizá a sabiendas, pero capaces de alabar la nada si los nihilistas y otros misticoides la bendicen: son la máquina choricera perfecta, el perpetuum mobile de la revelación y del secreto; mas notemos que sus deposiciones, ahora semanales en las noches de la televisión cuatro, se pueden prolongar ad infinitum, y pueden porque no aportan ninguna información, quizá tan sólo masajeen el hemisferio de los aficionados: todos los misterios, el misterio, indistinción. O pueden también, según apunta Mari Cruz Gutiérrez, porque el fotografo Fontcuberta ha pasado a ser un man in black procesable por la máquina de los chorizos. O nos pueden contar que era broma y que sólo tocaban con ala de golondrina una supuesta sed de misterio.Ese es el truco: ser iniciados por nada a la única gran verdad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que yo daría por haber visto a Íker ese gesto suyo de estreñimiento mientras se preguntaba ¿qué más nos ocultan?

Cuando quieras bajas a mi casa para que te enseñe el catálogo de "Sputnik", porque tu gozo no tendrá límites. Tanto el catálogo como la exposición se cerraban con una gran fotografía de un mensaje encerrado en una botella de vodka, flotando en el espacio.

Anónimo dijo...

Yo también disfruté mucho con "Sputnik" pero lo daría todo por ver al maestro gozar off limits.