O el compás simétrico o un aperiódico apoyo. En la bicicleta un rodar redondo o todo lo contrario, que se dice y pedalea de muchas maneras. Ni más, ni menos, una pierna y la otra. O al revés. Todo es cuestión de que acabamos volviendo y no deberíamos. Debería ser echar a caminar y no volver. Siempre el mismo rumbo, salvo si existe riesgo loxodrómico de volver sobre nuestros pasos.
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