La migraña introduce una serie de asimetrías de las que las más notables son la que separa una mitad del cráneo de la otra mitad y la que separa nuestro interior inescapable del resto del mundo, de otro lugar o de otro tiempo donde no duele la cabeza.
Y la migraña desaparece con la vaga amenaza de lo que no ha sido explicado y que nos hace pensar en una voluntad y un antojo para los que no tenemos modelo que valga. Volverá cuando quiera y distinguirá un ojo con una sombra suave o la amenaza de un estallido. Mientras, podemos teorizar sobre los logros innegables de estos dolores íntimos, que hacen que creamos conocernos a nosotros mismos, como si su fidelidad fuera prueba de buena voluntad.
Y la migraña desaparece con la vaga amenaza de lo que no ha sido explicado y que nos hace pensar en una voluntad y un antojo para los que no tenemos modelo que valga. Volverá cuando quiera y distinguirá un ojo con una sombra suave o la amenaza de un estallido. Mientras, podemos teorizar sobre los logros innegables de estos dolores íntimos, que hacen que creamos conocernos a nosotros mismos, como si su fidelidad fuera prueba de buena voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario