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miércoles, noviembre 16, 2022

Dietario laboral: ideastesia

Por una razón que ignoro he venido a preferir las alcachofas en no necesariamente tan finas láminas a la plancha con una poca de aceite. Entre otros resultados colaterales de la minimalista elaboración, compruebo que el agua del vaso ya no tiene sabor azul, arriesgándome a contradecir a RGDLS, quien también dejó aquello del mordisco del ladrido, tan simpático que nos desgarra a distancia y nos contagia de una rabia venida a menos y siempre pasteurizada.



of splenius in the grass, of glanders in the flower


Curiosos males estos en que las categorías acusan cierta permeabilidad o contaminación mutua. Un compañero que tuve sostenía que él padecía de un desorden entre lo léxico y lo somático, por el cual algunas palabras le producían un malestar frecuentemente generalizado, a veces vago y otras localizado.  Siempre se apresuraba el hombre a aclarar que habitualmente no le molestaba ni el significado por sí solo, ni el significante o sonido por el otro, sino que era "la conjunción de ambas cosas, inseparables como en la conocida imagen de las dos caras de la hoja de papel, o más inseparables todavía como se plantearía en la única cara de la banda de Moebius". Con tales palabras o con otras parecidas, concluía su ponencia perpetua sobre su singular condición. Por mi parte y en mi turno de apresuramientos, me apresuro a aclarar que se trataba y se trata de un buen tipo. Si fuera yo persona más generosa, no habría dudado en proclamar que se trata de un tipo estupendo. Como la perfección es condición aun más rara que la que acabamos de referir, hace unos años el hombre escribió una parodia del conocido epigrama de Bartrina en que intentaba explicar su mal. Aquí lo tiene el lector:


Oyendo hablar al mundo fácil es

Saber dónde es que me va a doler.

Si dice maridaje, en la piel

Si dice empoderar, en la sien

Si repite identidad... he muerto ya.


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