canis canem non est
Sobre el libro de hoy escribí y publiqué una reseña hace cuarenta años exactos. El otro día apareció por algún lado y me puse a leerlo. Lo cierto es que mi publicacioncita era una pseudo-reseña de tres libros a la vez, todos delgaditos. Se ve que yo pasaba también por fases estrechas en mi lejana pseudo-juventud. Esta mañana he dejado el libro y he bajado al pueblo.
parturient montes
De un camino a otro paralelo, he sido testigo de una escena extraña y un tanto ambigua, muy poco interesante y posiblemente escatológica, y me he puesto, como no podía ser menos, en modo Rashomon. Como parece que no había delito implicado, he tenido que buscarme otro entretenimiento andarín y así he vuelto a Berkeley. La historia de la filosofía nos recuerda a Kurosawa y a Akutagawa, por lo que no resultará inverosímil que solo unos metros más abajo, nos figuremos al mismo Berkeley sometido a perspectivas dañosas.
nascetur ridiculus mus
Nos imaginamos a su mismo trabajoso y matricial Dios llevando la contabilidad de las esencias y de las cualidades primarias y secundarias que llegan a cada cual, mientras incongruente se lamenta “¿por qué no habré creado yo la materia y me dejaba de tantas hostias?”
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