La tanqueta (la avioneta, la camioneta, la bicicleta) y su aroma mussoliniano y de capitalismo de baja estofa, como una genialidad condenada no antes de que el interesado haya huido con el dinero. La tanqueta como el hombre de flores de la infantería mecanizada y de la caballería de caballitos de madera. La tanqueta y los motores gripados y que no suben la cuesta si van municionadas, las tanquetas se entiende. O una guerra de juguete en un país en el que se muere con igual eficacia y afición.
Giovanni Sordo, Animo sordo, Ancona, Edizioni monarchice, ma non troppo, 2009.
Giovanni Sordo, Animo sordo, Ancona, Edizioni monarchice, ma non troppo, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario