Destino de todos los juegos y de todos los jugadores: convertirse en un juego solitario o en un juego contra el mundo, que es nada y te deja solo. Confabulación en la que cooperan los periódicos, Internet y sus jugadores anónimos, los ordenadores y el tipo que tenemos enfrente en el café.
Y así es que bien puede afirmarse que lo que nos une es lo que nos separa y para siempre, un arcano que a decir verdad no sé cómo lo he descubierto.
Tomado de Jorge Valls, Contra el reloj, Valencia, Ediciones de la Torre Solitaria, 2009.
Y así es que bien puede afirmarse que lo que nos une es lo que nos separa y para siempre, un arcano que a decir verdad no sé cómo lo he descubierto.
Tomado de Jorge Valls, Contra el reloj, Valencia, Ediciones de la Torre Solitaria, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario