El bochorno, el bochornazo. Y lo vencemos poniéndonos mitológicos , variedad escalas intermedias. Pero la impedimenta no está hecha de los consabidos elementos botánicos y sí de la llamada sobremesa televisiva y de un ordenador que abunda en ventanas y pestañas múltiples. Y ésta que llamamos impedimenta ve sus partes, que son las dichas, conectadas del mismo modo que los sueños y su lógica, que –como se sabe, como se sabe, que es decirlo todo– es apolínea y no dionisíaca. Con lo que se nos jode la siesta y el tocar la flauta, por no decir la lira.
Tomado de Federiquito Noche, Apósitos y aforismos, Turin IA, Books of the Whispered Horse, 2001.
Tomado de Federiquito Noche, Apósitos y aforismos, Turin IA, Books of the Whispered Horse, 2001.
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