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viernes, mayo 25, 2007

Prerreflexión

Mañana celebramos algo tan irreal como la jornada de reflexión. Algo que se nos dio a entender bajo la imagen de cada uno de los cavilosos ciudadanos especialmente caviloso, el puño sin cerrar en la barbilla.
Si las campañas electorales se basan en el tremendo valor marginal de los escasos votos variables, valor y escaso número que vienen dados por las circunstancias -usualmente prolongadas en el tiempo- y los sistemas electorales, las jornadas de reflexión no tienen otro precio que el de los órganos fósiles, más tardoaptivos que adaptativos o exaptativos.
Mañana, yo no reflexionaré. Por no hacer mudanza. Por no sostenella tampoco. Aunque, pensándolo bien, le daré vueltas a lo de tardoaptivo, porque me parece que he dicho lo contrario de lo que quería decir.

1 comentario:

pdro dijo...

Jejejejjje