Se hace la oscuridad para que sus rostros, se diría, o una parte de sus rostros, dibujen las tinieblas de alrededor, una sala poblada súbitamente de crepúsculos y contraventanas. ¿O es la memoria falsamente poblada? ¿Son los ecos y no las voces? Las voces, las palabras, las interpretaciones de los discursos, en clave de algún interés ahogado tiempo atrás:
- La exclusividad o la competencia exclusiva. Me recuerda al descriptor individual, por sonar estupendo como de costumbre.
Inserte aquí el lector los silencios que quiera, o el silencio, el gran silencio que espera la siguiente palabra como en la paradoja del ahorcado, inserte el vacío.
- Es el que entiende de esto, de esto y de esto. Se supone que nadie más entiende. La ley se separa de los usos ordinarios del lenguaje en que el dominio presupuesto es el más amplio posible. Allí donde llegue la fuerza, por ser exactos. Algo que no es necesario avisar y no advertiremos de nuestras limitaciones.
Esfuércese el lector de nuevo. Imagine los silencios, las que parecen dudas o cansancios. Espere y luego retome el monólogo:
- La presuposición es haber eliminado a todos los demás, no de un modelo donde se interpreta la teoría, no del universo del discurso, sino del universo, nada menos. ¿No recuerdan ustedes la seguidilla:
- La exclusividad o la competencia exclusiva. Me recuerda al descriptor individual, por sonar estupendo como de costumbre.
Inserte aquí el lector los silencios que quiera, o el silencio, el gran silencio que espera la siguiente palabra como en la paradoja del ahorcado, inserte el vacío.
- Es el que entiende de esto, de esto y de esto. Se supone que nadie más entiende. La ley se separa de los usos ordinarios del lenguaje en que el dominio presupuesto es el más amplio posible. Allí donde llegue la fuerza, por ser exactos. Algo que no es necesario avisar y no advertiremos de nuestras limitaciones.
Esfuércese el lector de nuevo. Imagine los silencios, las que parecen dudas o cansancios. Espere y luego retome el monólogo:
- La presuposición es haber eliminado a todos los demás, no de un modelo donde se interpreta la teoría, no del universo del discurso, sino del universo, nada menos. ¿No recuerdan ustedes la seguidilla:
Que ignore mi saber
nada tú sabes,
que vos he de prohibir
ojos y llaves?
- Pues algo así, en su rapsodia numerada de atributos y competencias -carraspeo casi imperceptible, como de un pajarito, en analogía de resonancias fisiológicas particulares.
Ahora silencio. La rapsodia sin numerar en la oscuridad. Alguien volverá a rearmar los periódicos desvencijados. Government and binding. Un ujier se acerca y comprueba los interruptores. Sólo mira y se va. Uno de los casi recién llegados lo mira, como se mira al único ujier del universo, de la provincia negra, o del centro del mundo.
Alguien cree que de la calle llegan los sonidos de otra época. Duda de la tapicería: ¿de los cuarenta, de los setenta? No recuerda la seguidilla o lo que sea. El péndulo quieto ha dejado de batir. Horas ociosas que se internan en la noche.
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