Vistas de página en total

lunes, septiembre 05, 2022

Dietario laboral: los de mantenimiento

En su conversación, teorizan sobre algunos trucos técnicos, sobre los registros eléctricos, sobre el problema de la condensación, y sobre algunos sucedidos, más o menos terribles, que esperan a quienes ignoren el manual de procedimientos. Uno dice que hay cosas que no sabe y otro, que hay cosas que no sabe nadie e, incluso, cosas que nunca se sabrán. De esto último, dice un tercero que, aunque hay cosas que se acabarán sabiendo, de momento parecen habitar un territorio ignoto que -señala- está poblado por cosas que son posibles, ellas o sus contrarias, pero de las que no podemos decir nada concreto. “Nada positivo” corrige otro.





- ¿Y cómo llegamos a saber algo nuevo? El manual es ahora más gordo que cuando yo empecé a trabajar aquí. Será porque de lo que no sabemos nada, algo tendrá que ver con lo que ya sabemos.

- Sí, pero no sabemos qué ni cómo, replica el más escéptico de todos, perfectamente congruente en su mono gris con el logo y el nombre de la empresa concesionaria.

El jefe seguía sin decir nada. Y no fue él quien dijo: “Y si desaparecemos nosotros no habría condensación en las tuberías del semisótano. Nadie miraría, ni habría nadie que supiera de que hablamos. Si palmásemos todos, vamos”.

El jefe tampoco fue quien añadió: “Si planteáis el fin de la humanidad y el de nuestro gremio, en particular, ya os habéis subido a la plataforma esa desde la que se puede saber todo. Que luego digáis que habrá condensación es perfectamente sensato si habéis empezado po decir que todos la habíamos cascado”.

El jefe sí que dijo: “Venga, que son y media. Al tajo”. Yo, por mi parte, volví a mis tareas y dejé de espiarlos.

No hay comentarios: