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miércoles, septiembre 14, 2022

Dietario laboral: inauguraciones, aperturas, celadas

Los augures reúnen a su modo pasado y futuro. Al suyo, quienes dan en abrir los años fiados al renvalse del dios Jano y al suyo, por último, quienes preven cómo emboscar a otros y llevan a cabo su plan. Todos ellos trabajan en sus suaves trabajos con la materia elástica de los relojes y los calendarios atque in se sua per vestigia volvitur annus. Mientras transitamos por la tierra de nadie de las ceremonias, figuramos ese sujeto que vuelve sobre sus huellas y siempre nos encuentra en cada momento agachados sobre el mismo terrón o sobre el mismo pupitre. Apenas sí levantamos la vista del quehacer y ya ha huido como huyen los que no necesitan hacerlo. Campos y papeles se deslizan bajo nubes que se deslizan, pero también retornan como la noche y el día, que se acercan siempre por el mismo sitio, disfrazados de atardecer o de alba, dando esperanza o anunciando, quién sabe, al verdugo o  a alguien que vuelve también tras muchos años y construye así un círculo más amplio que nos proporciona un cierto desasosiego geométrico porque no vemos cómo encaja un tiempo y otro tiempo.



Inter verba et actus, magnus quidam mons est


Y seguramente no tienen por qué, porque lo que hay no encaja con lo que hay, el ser se dice de muchas maneras, me están sonando las tripas y (a juzgar por algún otro signo para arúspices) ya están acabando los discursos.

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