Ya dijo el poeta que la amistad son los chopos y los chopos nos retratan la lluvia esta mañana junto al río. Levantamos paréntesis pero ya no contra el tiempo, sino a su favor, en una reconciliación con la tierra y con el agua. Con el sol. La celebramos con vino. El vino nos permite alguna broma de bebedores fronterizos. La emoción se remansa como si sus vierteaguas fueran los más sabios y, por seguir con las bromas, como si fueran shoe-friendly.
Los paréntesis se cierran también a favor del tiempo (es otro paréntesis que se abre: \((\) y seguramente el río sigue innumerable como la vida, que no es ajena a estas reuniones donde nos reunimos y seguimos reunidos, de algún modo, según sentencia dulce de la amistad.
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