JUVENTUD ESTUDIOSA
Sobre la tosca mesa los libros pocos y uno abierto
En plano inclinado. Al lado
Con aire débil de bujía una bombilla
De verano invierno y siempre.
La fácil vida sin objetos que no habían aún llegado
(un filósofo falso los llamaría inauténticas herramientas
y yo me río condenado a revivirlas)
Y yo lo sé ahora que vuelvo a esta línea
Y recuerdo la taza y el cuaderno exiguo.
Entonces, creedme, eran tan fáciles los días
Y todo era un verano que bajaba hacía las calles del río
Paseos en noches sin relojes y nostalgias
Infantiles de tormentas
Y trochas como monedas derramadas.
En la habitación la tosca mesa con la ventana mira
Hacia el río abierta y los brillos
Que el marco desconchado contradicen.
Era verano y era noche. Lo es siempre
En esa memoria que vuelve
Como vuelven las memorias y las luces.
Qué fácil aprender los pocos libros que todo contenían
Y la vida afuera que se abría como
Una ventana derramada de todas las promesas.
Qué sensato era el mundo y sus otros callejones
También que la noche a veces descubría.
Explicación entonces simple, y ahora:
Cuánta mentira permanece, qué risa.
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