Del estudio del pintor sale con ganas de pintar o de hacer las cosas que hacen los pintores: básicamente, tener contacto con la materia, solitaria y deleitable. No sale así de la consulta del médico. Pero en la consulta del médico es paciente. ¿Cómo se sale del estudio del pintor retratista? Tampoco es muy buena la analogía. Y es que se trata de oficios distintos. Por emplear un idioma antiguo, el pintor produce una representación. El médico finge que tiene una.
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