Muy simplemente. él se levanta platónico y dice: "Vale, metáforas, pero así Dios y el Demiurgo".
Pero, por lo que hace al primero ¿Cuáles son sus dominios familiares (sic)?¿Cómo idea las realidades complicadas si para Él (flexione cada cuál a su gusto) no hay nada complicado ni mediato? Tate, se dice. Antes de volverme a la cama, ya habré acabado con la ciencia cognitiva. Descendemos ahora por la escala, dejamos atrás y arriba humano y ángel y nos paramos, por caso, en la ameba. Para ésta el paramecio es una pseudozapatilla de su pseudópodo. Vale y tate, más refutada todavía. La realidad es ante estas monsergas como un piedra para mi zapato, Boswell, a saber, tirando a tenaz y dura.
Después de la siesta piensa que el truco, puesto que no es cuestión de plantearse cómo se escoba la génesis, es fijarse en la potencia de las operaciones de transyección o como se llamen (una metáfora del haz de flechas, Apolo a hostias con los aqueos). Como sirve lo mismo para un roto que para un descosido, la ciencia cognitiva se desinfla a soplidos bastante desordenados.
Se toma un café con leche y se eterniza dándole vueltas a la cuchara. Si conocíamos el azucarillo y el líquido, ¿dónde anda ahora cada uno ("This realm unknown which with delight / some forgers ready are to map", Jones, Rolls on Royce, ll. 53421-53422) de los componentes?
De ahí que el truco sea siempre apuntarse a la metáfora de una técnica prestigiosa (aplicación, función, ...) y suponer que se utiliza una de ellas con todo lo que hay que echarle. La metáfora global de su ciencia parte del hacer ajeno. En lugar de rigor, morro.
Se va a la cama muy tranquilo.
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