Piedra de rayo deja atrás su número 22. Veintidós mil novecientos es Joyce, el plasta de Ludovico Wittgenstein, las Elegías de Duino (Higueras, hace tiempo que comprendo tu significación, recitábase a un famoso profesor) , La piedra va al día (The Waste Land) y el mejor de todos, La rama dorada. No tanto (me acuerdo de muchas otras que me callo y que incluye -dejándose no pocas- Wikipedia Pérez), porque Richmal Crompton inició la publicación de su Tractatus Guillerminus. Dejo esta pesadez porque uno puede acabar pareciendo un híbrido moscatel de Fernando Savater y José María Valverde. Todo muy bonito, pero hay una aventura que ya ha cubierto el trayecto entre 2000 y 2006. Y no para.
El caso es que Piedra de rayo persevera en su ser mientras otros intentan aseverar ese mismo ser. O no ser.
El caso es que Piedra de rayo persevera en su ser mientras otros intentan aseverar ese mismo ser. O no ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario