Recuerdo los tiempos en que oíamos asombrados e incrédulos las explicaciones que seguían al uso de la misteriosa expresión: "semana inglesa".
En una semana como ésta, la semana española de democracia coronada y dogma de la Inmaculada Concepción, vuelve la ridícula nostalgia de la pobreza, cuando no consumíamos y cualquier alivio era una promesa inabarcable.
En una semana como ésta, la semana española de democracia coronada y dogma de la Inmaculada Concepción, vuelve la ridícula nostalgia de la pobreza, cuando no consumíamos y cualquier alivio era una promesa inabarcable.
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