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miércoles, enero 16, 2008

El arquetipo móvil

El arquetipo muta según las copias se multiplican con sus notables y crecientes defectos y lejanías. Y es que como las copias van modelando el molde, en él se concentra toda la variabilidad y la clave de esa variabilidad. Una copia sola es perfecta en su monotonía, pero el arquetipo de la rosa reúne todas las imperfecciones habidas y alguna que, sin duda, está por venir pero que la rosa eterna toma del arquetipo del ladrillo.
Así, la realidad está hecha de arquetipos inacabados, mudables y movientes, que se acercan y se alejan entre sí.
Ahora bien, concedido esto, se distinguen varias escuelas de pensamiento. Hay quien, a la vista de las convergencias imborrables, sostiene que la realidad es un solo arquetipo que es todos sus bailes y retrancas. Hay quien, al contrario, sostiene que cada copia es un arquetipo y que con esta voz solemos referirnos a unas familias más bien fingidas de arquetipos cuya similitud se nos antoja sin mayor fundamento.
No podemos olvidar a quienes mantienen que no hay copias y que imaginamos a éstas asombrados ante la contemplación incesante de los arquetipos y todas sus inevitables facetas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El arquetipo, !oh cielos¡, ese modelo insuperable creado por el imaginario colectivo.
Qué hostias de copias y recopias... No se puede evitar. La retranca me puede. Mañana te leeré , no puedo vivir sin tus misteriosos problemas de lógica lingüística. My God!. El gran futuro de los presentes. El tren sigue su camino y no cambiará su sitio. ¿Y por qué el nombre si me conoces tan bien?