Las conspiraciones aspiran a ocupar todo el espacio disponible y eso las convierte en particularmente vulnerables a la realidad. Lo que vale tanto para las conspiraciones como para las teorías conspirativas. No debe pensarse, sin embargo, que desaparecen éstas y aquéllas en un estallido o en un deleznable pedo. Renacen desde algún rincón, alimentadas por alguna energía que logra reunirse y, aunque, suelen crecer menos que sus madres, de vez en cuando observan singulares florecimientos ayudadas por alguna corriente favorable. Lo que puede pensarse más cierto de las teorías que de las conspiraciones, pero que no es ajeno a éstas. Al menos, conspirativamente hablando.
1 comentario:
Uno de estos días los que tienen Prisa se soltaron un neologismo de quita y pon que no suena mal y apunta a cierta verdad -esa cosa-. La palabreja es: "conspiranoicos".
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