Los perros. El perro. Todos los perros, el perro. Salvo algún caniche o similar que nos muestra el lado que algún demiurgo somnoliento aportó al arquetipo. Los perros y el ladrido, que es una gran dificultad para la teoría de la evolución en su versión adhocista. El ladrido como un arquetipo etológico que se recrea en nuestra especie como la más literal de las metáforas (o la menos metáfora de las metáforas) y es convecino del rebuzno y puede que del grajido.
El perro, ese lobo abducido que von Lorenz quería a medias chacal, y cómo nos ve el perro a sus abductores para él secretos. La pluralidad de los perros y los sentidos agudísimos de los criadores, sus agencias matrimoniales y sus libros de registro. Perros que burlan al dueño de la perrera en un vodevil perruno, perras con mucho carácter y perras coraje.
El perro, ese lobo abducido que von Lorenz quería a medias chacal, y cómo nos ve el perro a sus abductores para él secretos. La pluralidad de los perros y los sentidos agudísimos de los criadores, sus agencias matrimoniales y sus libros de registro. Perros que burlan al dueño de la perrera en un vodevil perruno, perras con mucho carácter y perras coraje.
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