El empleado de la funeraria explica: “Primero se quema la caja y luego se … crema… el difunto". Que sepamos, ambos, caja y cuerpo, se incineran, pero el difunto no es una caja como la referida, merece un tratamiento verbal diferenciado, quizá ennoblecedor o que destaque su nobleza.
La operación, por otro lado, es perfectamente invisible y despierta en algunos suspicacias. Las cenizas duermen como el humo, en un duermevela dialogado y recurrente.
La operación, por otro lado, es perfectamente invisible y despierta en algunos suspicacias. Las cenizas duermen como el humo, en un duermevela dialogado y recurrente.
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