LOS GINTÓNICOS DE LA VOLUNTAD
El mundo ahí delante
Y la vastedad empequeñecida de mañana
O de esta misma tarde
Nuestros granos de arena que minutos son
Un atardecer polvoriento
O un lugar sin nadie
De nadie es esta tierra
Ni el río crecido por la presa abierta
De nadie que viniera
como viene un batallón en la tarde
de julio polvorienta
ruidoso y sucio, torpe, inevitable
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