¿Qué fue de la mariconera? ¿Qué fue de los hombres que doblaban su muñeca para sostener mariconera entra mano y antebrazo, como un libro típicamente middlebrow y que combinase las guerras médicas, pongamos por caso, y la parapsicología. Pues es claro que la mariconera no podía llevarse colgando ni por hacer antediluviano honor a su nombre, sancionado como ahora lo está por la RAE. Ni podía esconderse. La mariconera fue un acto afirmativo de una subraza de varones que se ha escondido entre la población y entre los usos polimorfos de nuestros días.
La mariconera fue una apuesta fallida por descubrir o inventar varones con una capacidad diogénica -de síndrome de Diógenes ambulante-, a saber, la de llenar y necesitar el contenido de ese saquito que venía a sustituir al bolsillo sin ser un bolso ni una cartera de trabajo.
Ahora es mucho más fácil. Sólo tenemos que llenar de mierdas el disco duro. Y para eso, para hacerlo con el mínimo esfuerzo de la necesidad sobrevenida, se inventó Internet. Al día de hoy, una búsqueda en google sólo da 668 resultados para "mariconera". Extinción. Y, además, la mariconera ya no es lo que una vez fue y que se llevaba en la mano.
La mariconera fue una apuesta fallida por descubrir o inventar varones con una capacidad diogénica -de síndrome de Diógenes ambulante-, a saber, la de llenar y necesitar el contenido de ese saquito que venía a sustituir al bolsillo sin ser un bolso ni una cartera de trabajo.
Ahora es mucho más fácil. Sólo tenemos que llenar de mierdas el disco duro. Y para eso, para hacerlo con el mínimo esfuerzo de la necesidad sobrevenida, se inventó Internet. Al día de hoy, una búsqueda en google sólo da 668 resultados para "mariconera". Extinción. Y, además, la mariconera ya no es lo que una vez fue y que se llevaba en la mano.
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