Por la calle, estoy a punto de llegar a un cruce. Durante una fracción de segundo veo a una Gloria que se acerca de frente a mí y que inmediatamente desecho pues es más joven que Gloria y el pelo largo y suelto está teñido de un rojo menos armónico que pantónico. Me paro a quince metros de ella, separados por el semáforo no tan rojo como el pelo. Entonces, en una segunda fila de transeúntes detenidos veo a Gloria detenida, el pelo recogido, con dos de sus hijos de la mano y que me ha visto. Etcétera, etcétera.
La interpretación es que poco antes he visto a Gloria, pero no he llegado a reconocerla conscientemente. O mejor, he asignado el nombre y las propiedades de Gloria a un individuo no demasiado alejado en sus características y que ha aparecido en el lugar y momento propicio. La identificación no ha tardado en fallar, pero esa identificación no ha sido consecuencia de los parecidos por los que virtualmente se podría abogar. Ha sido disparada por la identificación previa de Gloria entre una masa de individuos, una masa que no permitía una individuación eficaz. De otro modo, algo en mí andaba buscando un cuerpo para Gloria porque ya había visto a Gloria.
En fin, a ver si inconscientemente me viene a la cabeza alguna teoría para explicar estas trivialidades. Entonces, podré tomar de la estantería un libro de filatelia, que me parecerá el de una disciplina prometedora y patentemente aggiornata.
La interpretación es que poco antes he visto a Gloria, pero no he llegado a reconocerla conscientemente. O mejor, he asignado el nombre y las propiedades de Gloria a un individuo no demasiado alejado en sus características y que ha aparecido en el lugar y momento propicio. La identificación no ha tardado en fallar, pero esa identificación no ha sido consecuencia de los parecidos por los que virtualmente se podría abogar. Ha sido disparada por la identificación previa de Gloria entre una masa de individuos, una masa que no permitía una individuación eficaz. De otro modo, algo en mí andaba buscando un cuerpo para Gloria porque ya había visto a Gloria.
En fin, a ver si inconscientemente me viene a la cabeza alguna teoría para explicar estas trivialidades. Entonces, podré tomar de la estantería un libro de filatelia, que me parecerá el de una disciplina prometedora y patentemente aggiornata.
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