No puedo decir que mi padre fuera un gran lector, un gran lector de literatura o sistemático de alguna disciplina bien asentada; pero sí era un gran lector diario de Wikipedia, la antigua wikipedia de la que proceden otras i-pedias que en nuestros días, y para decirlo de un modo que no quiere ser del todo paródico, fatigan los servidores.
De hecho, mi padre era un hombre de la generación de los conflictos con lel Islam; las que ahora nos sumían en la incertidumbre y el desasosiego -y en no pocas ocasiones en la pasión melancólica de estrategas de tertulia virtual- ya no eran batallas que a él le pudieran redimir de un desengaño antiguo o algo que él no creyera poder explicar con las analogías que siempre encontraba en su relato -cada vez más fosilizado y, volviendo al párrafo anterior, autoparódico sin quererlo- de aquellas lejanas guerras por el petróleo y por todo lo demás.
Josep Maria Casavelles, De pronto la paz, Barcelona, 2051.
De hecho, mi padre era un hombre de la generación de los conflictos con lel Islam; las que ahora nos sumían en la incertidumbre y el desasosiego -y en no pocas ocasiones en la pasión melancólica de estrategas de tertulia virtual- ya no eran batallas que a él le pudieran redimir de un desengaño antiguo o algo que él no creyera poder explicar con las analogías que siempre encontraba en su relato -cada vez más fosilizado y, volviendo al párrafo anterior, autoparódico sin quererlo- de aquellas lejanas guerras por el petróleo y por todo lo demás.
Josep Maria Casavelles, De pronto la paz, Barcelona, 2051.
No hay comentarios:
Publicar un comentario