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jueves, agosto 14, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XVI

El libro de hoy no es delgado. Numeradas son 363 páginas, Incurramos en la facecia de que solo se cuentan las páginas impares. Podíamos haber acudido a volúmenes más magros, a Tres fábulas y media y Fábula decimocuarta, que aun con esta se mantiene dentro de los límites razonables. O al jovialmente autobiográfico Otoño en Madrid hacia 1950, que es donde su autor es menos el rey del plomo, que  era otro mérito que sumaba a los muchos otros que le reconocía creo recordar que José María Vaz de Soto.


defluit incerto lapidosus rumore rivus


La densidad de la prosa de Benet se atempera en estos artículos periodísticos reunidos y publicados en 1996, tres años tras su muerte (muchos de página impar, la que da al ojo, en los periódicos, de ahí el título). En ellos nos encontramos con asuntos para todos los gustos, especialmente para los suyos propios, se muestra más sutil que atento en ocasiones; en ocasiones también, más despistado que metódico. No falta la nota autobiográfica, así en “Región”, de 1980 en que relata como de su trabajo en León surgió esa región suya por antonomasia, descrita tiempo atrás y de la que acompañamos aquí carta que algo contradice en mi opinión alguna de las informaciones aportadas en su primera novela regionata.

No sé si la tesis que paso a exponer habrá sido ya formulada bajo las aguas, sobre las aguas o en algún desaguadero. Tengo para mí que la coartada frazeriana tan mentada a propósito de la mitología benetiana, el guardián del bosque sagrado, o sacerdote verdugo o verdugo por sacerdote, fue el motor entre retórico y gripado que permitió a Benet enlazar la peripecia a escala de los individuos con la visión histórica a escala secular, la ofensiva de gran estilo con la escaramuza no ajena al coñac de la más ínfima categoría.



si mucho poco mapa les despliega

En su biografía, J. Benito Fernández recoge y detalla la anécdota de un Benet mareando la perdiz en una discusión sobre un problema aparecido en el hormigonado de una presa. Ante sus colegas y otras partes interesadas, Benet propuso formular el problema “desde un punto de vista teórico más general”. Recurrió para ello (recurrió emic podría decirse, que nos tememos que no etic, según la distinción del profesor americano Pike) a las teorías del profesor soviético Vinográdov, con gran éxito pues al rato se dio por bueno el criterio de nuestro escritor y todos se fueron a celebrar una comida, cuyo segundo plato o sobremesa aprovechó este para confesar la completa ficción a que les había sometido con su Vinográdov y sus asombrosas teorías (el vibrado del hormigón se solucionó con un vacile de las ecuaciones diferenciales).

Naturalmente, el lector recordará a Иван Матвеевич Виноградов (que exista un importante matemático Vinográdov, que pudiera sonar -editorial Mir mediante- a algunos de los oyentes fue el elemento de verosimilitud que el engaño o la maniobra de distracción precisaba).

También recordará el sagaz lector que el teorema de Vinográdov afirma que todo número impar suficientemente grande puede ser expresado como suma de tres primos, lo que pudo demostrar en un año tan estaliniano como el de 1937, impar, compuesto y muy por debajo de la constante de Vinográdov, pero, como mayor que 5 y estamos en 2025, suma de tres primos. Este es ciertamente un asunto de los más impar, como las páginas de todos estos volúmenes aquí concitados.

miércoles, agosto 13, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XV

El libro de hoy es otro librito. De todas las biografías del gran hombre, se trata de volver a una más bien sutil, documentalmente hablando, unas paginillas para mis ocios estivales, hoy un tanto templados y renuentes.



such extreme sensitiveness

De mis años de estudiante creo recordar que Newton es el hombre que sabía demasiado y, por eso, escribió el Scholium Generale, lo reescribió y además no perdía ocasión de denunciar las insuficiencias y los vacíos o límites de su sistema, que precisaba de un Dios que hubiera dispuesto las cosas adecuadamente desde un principio, que algo tuviese que ver con el modo en que la gravedad opera, y que ya puestos corrigiese las inestabilidades a las que el sistema arrojado a sí mismo, podría conducir, sin perjuicio de que ya estuviesen previstas, pero vaya a saber como Dios puede echar cuentas que no se pueden echar. Como no hay Newton que pueda absolvernos de nuestros opera quotidiana, dejamos el académico desayuno y nos lanzamos más allá de los montes.

Al llegar al otro pueblo, otro valle aunque no del todo, aunque este se cierra por unas elevadas mesetas de altura media superior a los dos mil metros, caigo en la cuenta de que los fugitivos suelen ser alcanzados más bien en las divisorias, pero esto no tiene mucho que ver con el librito de hoy. Comienzan allí las fiestas, en attendant Saint Roch, y la mañana que finge tormentas nos regala con algo de eléctrico y esto sí tiene que ver. Nos vamos y no hay lugar a más fenómenos sabiamente reglados por los experimentos que bocetan la realidad para que esta aprenda cómo viene siendo ella misma, solo a un café y a un pincho de tortilla.

En el coche reparo en ese final del final (1) de los Principia, en la mera constatación de que faltan experimentos para convertir lo sutil y lo fluido en partículas como las de la lluvia que puntea el parabrisas como si intentara manifestar no sé qué fenómeno ajeno y que acabaran disueltas en una muchedumbre que se ha hecho otra vez fluida y así hasta que pare usted de contar, o tristemente advierta el desgaste de la goma del limpia.


(1) Adjicere jam liceret nonnulla de Spiritu quodam subtilissimo corpora crassa pervadente, & in iisdem latente; cujus vi & actionibus particulæ corporum ad minimas distantias se mutuo attrahunt, & contiquæ factæ cohærent; & corpora Electrica agunt ad distantias majores, tam repellendo quam attrahendo corpuscula vicina; & Lux emittitur, reflectitur, refringitur, inflectitur, & corpora calefacit; & Sensatio omnis excitatur, & membra Animalium ad voluntatem moventur, vibrationibus scilicet hujus Spiritus per solida nervorum capillamenta ab externis sensuum organis ad cerebrum & a cerebro in musculos propagatis. Sed hæc paucis exponi non possunt; neque adest sufficiens copia Experimentorum, quibus leges actionum hujus Spiritus accurate determinari & monstrari debent.


martes, agosto 12, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XIV



canis canem non est

Sobre el libro de hoy escribí y publiqué una reseña hace cuarenta años exactos. El otro día apareció por algún lado y me puse a leerlo. Lo cierto es que mi publicacioncita era una pseudo-reseña de tres libros a la vez, todos delgaditos. Se ve que yo pasaba también por fases estrechas en mi lejana pseudo-juventud. Esta mañana he dejado el libro y he bajado al pueblo.


parturient montes

De un camino a otro paralelo, he sido testigo de una escena extraña y un tanto ambigua, muy poco interesante y posiblemente escatológica, y me he puesto, como no podía ser menos, en modo Rashomon. Como parece que no había delito implicado, he tenido que buscarme otro entretenimiento andarín y así he vuelto a Berkeley. La historia de la filosofía nos recuerda a Kurosawa y a Akutagawa, por lo que no resultará inverosímil que solo unos metros más abajo, nos figuremos al mismo Berkeley sometido a perspectivas dañosas.


nascetur ridiculus mus

Nos imaginamos a su mismo trabajoso y matricial Dios llevando la contabilidad de las esencias y de las cualidades primarias y secundarias que llegan a cada cual, mientras incongruente se lamenta “¿por qué no habré creado yo la materia y me dejaba de tantas hostias?”

Pero lo que sucede en realidad es que muchas imaginaciones son pseudo-imaginaciones y pensamos que tenemos representaciones de aquel infinito que es todas sus operaciones, la mismas que negamos a las mentes finitas. Curiosa paradoja a la que llega quien reparte la potencia de las operaciones humanas de modo poco meditado.

Como he llegado a una vaguada, es hora de ponerse en modo analista e imaginar una carrera cuesta arriba entre Berkeley y Hobbes. Que Hobbes quisiera hacer una matemática materialista en el sentido que él daba a la palabra no nos deberá extrañar. Que algo parecido planteara después Berkeley, comenzar con una imagen mínima perceptible, átomo de toda la geometría y luego, y no será por extensión, del álgebra y el cálculo, nos sume en cierta perplejidad justo al entrar en las calles del pueblo. En la panadería compro unas magdalenas integrales y la tendera me recuerda no sé si las de Wallis, sin venir desde luego a cuento, o la mala leche de este otro clérigo.

lunes, agosto 11, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XIII

Me he ido del mar y ahora estoy en la montaña, dos opuestos tantas veces y que forman una unidad superior gastronómica por ejemplo. Mar i muntanya dicen a este conjunto de yuxtaposiciones por algún lado. En previsión de una dietética más simple y por reunir a complementarios tan geológicos, me doy un paseo y me veo de pronto en el bosque, justo donde empiezan las hayas a sustituir a los robles.

No puedo menos que pensar en el libro delgado de esta mañana y evidentemente es cuando comienzo a poder estar equivocado. Consciente de que el error habita científicamente, se me pasa por la cabeza que de un lado del camino va a surgir un terrible guardia forestal que me va a obsequiar con un discurso como el del bañista alemán de ayer, uno de esos personajes de ficción -valga la redundancia- que, de vez en cuando, nos surten de alguna relajada tranquilidad preterexplicativa.



cum eam vellent ostendere


No es el caso, no hay guardia ni hay caminante esta mañana, incluso cuando he dejado la pista y, tras un ataque de tontería artrítica, me he puesto a bajar por el cortafuego, que es el lugar donde pueden revivirse las operaciones de la maquinaria pesada y uno puede verse acelerado de manera imprevista al descuido de los alegres tobillos.

Al otro lado de la sierra, cuesta abajo hace unos días giraban los danzantes sobre zancos. Los etnógrafos regionales erigen hipótesis de mayor o menor verosimilitud. Pero las faldas funcionalmente estabilizadoras de los danzantes entran en el juego de los significados de una manera perfectamente autónoma y si alguien en el pasado jugó este juego de lo contiguo y lo semejante podrá coincidir con nosotros solo por la conexión histórica entre ese alguien y nosotros, que es el tipo de contigüidad y discontigüidad mediata o inmediata más completa, eso en el caso de que la conozcamos. De cualquier modo, los ritos se nos aparecen como árboles bailarines que solo pueden ser reemplazados por una explicación sin pérdida solo si jugamos al juego de las explicaciones.

Así que lo que hay se nos aparece como histórico -con sus condiciones de principio y de contorno, para decirlo como un estudiante de segundo de ingeniería aeronáutica-, o se nos aparece como inescrutable, porque cualquier escrutinio rebaja su marchamo ecológico. Abajo del cortafuego, como al final del torrente, habita la deyección.

domingo, agosto 10, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XII

Si solo leemos libros delgados, pese a los esfuerzos de García Morente y la colección Austral, debemos dedicarle un rato a Kant, a lo bello, a lo sublime y a la ola de calor, tal como aparecen en las famosas Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime; no nos dejan llevar la Crítica del Juicio a la playa, como ya dejó claro el interesado (1).

Y allí en la numerosa arena, uno se las ve con casos y casitos de lo que es bello o resulta sublime, así en general, o para el bilioso, o para las mujeres o para los italianos. Las personas más leídas se acordarán del comentario cruel de Arturo: "Es ist daher, als ob er es ganz und gar nur von Hörensagen, nicht unmittelbar kennte." Se comprende que si uno prevé que en el futuro puedan decir esto de él, se apresure a abandonar cortes y salones con pasos milimetrados y escasamente copernicanos.



Multi pertransibunt et augebitur scientia


Ahora, en el agua y haciendo pie, mientras atiendo a las aguas más cercanas, medroso de alguna hipotética carabela portuguesa (Portugiesische Galeere, según mis informantes germánicos, quienes me desvelan que ellos auguran otro navío en tan singular y flotante colonia), se me acerca chapoteando un individuo antes acomodado sobre una tumbona cercana a mi toalla y que me había visto concentrado en la lectura. En un español excelente, me hace saber lo que expongo a continuación y que he conservado en mi memoria con mínimas alteraciones, supongo:

Veo que ha cambiado las gafas de sol por las de bucear con tubo y todo, Schnorchel le decimos nosotros. Ha de saber que no comparto las apreciaciones que el gran filósofo hacía de ustedes los españoles, aunque ciertamente su bañador, si me permite, algo de extravagante tiene. Afirmo que todas sus ilustraciones se me antojan abstractas, con aquella abstracción propia del individuo, ese pobre don nadie al que se intenta agotar como si significase algo en su abstracción. En cambio, las clasificaciones de la tercera crítica (que ha hecho bien en no aventurarse a leer en esta playa sometida a diversas plagas)  son concretas a fuer de hallar su lugar exacto según una clasificación necesaria, necesaria al menos si se aceptan canicularmente otras clasificaciones previas del, si una vez más me permite una expresión sentimental, señorito de Königsberg.

Tras unos segundos entre dos aguas, se dio la vuelta como si nunca hubiera estado allí. He de añadir que fuese y no hubo nada, que lo hizo nadando a braza, con un aire a lo Fritz Lang de su época interatlántica y desapareció como dicen que los veleros desaparecen sobre el inalcanzable horizonte. Más tarde, ya en tierra, no supe hallarle ni a él ni a su tumbona. Por mi parte, decidí -una vez concluido el magro librillo- dedicarme a asuntos menos arduos en lo que queda de este mes augusto.

(1) So viel ist klar: daß, wenn man diese als Zweck der Natur annimmt, man jenen Sand auch, aber nur als relativen Zweck einräumen müsse, wozu wiederum der alte Meeresstrand und dessen Zurückziehen das Mittel war; denn in der Reihe der einander subordinirten Glieder einer Zweckverbindung muß ein jedes Mittelglied als Zweck (obgleich eben nicht als Endzweck) betrachtet werden, wozu seine nächste Ursache das Mittel ist.

sábado, agosto 09, 2025

Lecturas veraniegas 2025 XI

 Algunos clásicos pueden ser razonablemente magros volúmenes (un libro de bolsillo puede ser grueso si el bolsillo es capaz o es mera forma de hablar) y aparecer también en ediciones suntuarias y con su aquel de búsqueda de lo colosal y lo tirando a ciclópeo.

Por tal cosa, la Poética de Aristóteles puede aparecer en esta nómina. No puede aparecer, por ejemplo, la edición trilingüe de Valentín García-Yebra en Gredos, pero sí la de Antonio López Eire en Istmo. La exigüidad del texto permite que dentro de un número pequeño de páginas y contando con fuentes tipográficas tendentes a la garrapatea, quepan prólogo, notas y texto en griego y en español más un epílogo de James M. Murphy, como es el caso.



risum teneatis


Umberto Eco a su modo y Richard Janko al suyo amenazaron esta economía editorial con sus más o menos fabulosos segundos libros perdidos y encontrados en algún templo del saber o de la infamia. Mejor así, imaginemos a Averroes preguntándose qué es un vodevil y dejándose vencer por un desentendimiento impaciente.

Cuando Aristóteles da ejemplos, el lector puede tener la sensación de que se mueve en la vecindad de lo que se llamarían trucos del oficio, del oficio de poeta en este caso, trucos que no son dones del dios ni de los entusiasmos recreativos. Cabe considerar, y más que muy seriamente, la posibilidad de que la esencia de todo arte se halle precisamente allí, en lo pequeño, en la artesanía de las horas y de los años, que la poesía sea más católica y más exacta que la historia porque los trucos del historiador se someten a una gramática de menores volatines y, aun así, a veces alza este el vuelo, no siempre porque lo que hay sea algo de tan reconocido prestigio como lo que debería haber. Por eso, el mayor fallo de las epopeyas y de las tragedias es la falta de unidad, que hay que saber alcanzar en medio de muchas cosas pequeñas, pero ni una más.

viernes, agosto 08, 2025

Lecturas veraniegas 2025 X

En un libro de 2008, publicado en España en 2010 con el título 50 cosas que hay que saber sobre genética y en una reedición de 2016, podemos leer que "El ser humano moderno no parece tener nada del ADN del hombre de Neandertal. Si alguno de nuestros ancestros se apareó con neandertales su descendencia no sobrevivió lo suficiente como para contribuir al genoma humano, tal como lo conocemos hoy día." (pág. 107 de la edición en Ariel - 50 cosas).Ya sabemos todos qué se sabe ahora al respecto y en qué queda lo dicho por Henderson, quien acertó al añadir la última frase del pasaje citado. No sabremos qué se sabrá en el futuro.

Sujetos a las mutaciones de nuestro conocimiento, hay razonamientos que perviven inmejorablemente, ejemplo mejor no hay que los de Nicolas Léonad Sadi Carnot, válidos pese a todo lo que aún arrastraban.



pulvis et stramina sumus


El magro volumen de hoy es el de la imagen, que acompaña en Tusquets a otros, uno muy famoso ¿Qué es la vida?, del mismo y ondulante autor.

Se me ocurre que la validez en la que pensamos es una validez categorial, que se mueve dentro de los límites de una disciplina científica, ya sea en su fase fundacional, como en el caso citado. Esa validez o ese interés son los del libro sobre la vida, cuyos lineamientos principales sobreviven a los nuevos conocimientos sobre el asunto, es decir, son igual de verdaderos o igual de falsos après la révolution: han conseguido cierta autonomía con respecto a los nuevos teoremas de la biología,  no importa que los rechacemos, tienen una sustancia propia de la que la  disciplina no logrará despegarse. Paradójicamente, es fortaleza se la aporta su conexión con los conceptos científicos.

En el caso del libro fotografiado, la cosa es diferente. El autor se mueve entre ideas, que conecta muy débilmente con el estado de las ciencias y la validez que encuentra es una validez de otro cuño, dependiente a su modo de las verdades científicas, pero que resulta mucho más frágil y también más vulgar.


jueves, agosto 07, 2025

Lecturas veraniegas 2025 IX

Este no es un libro de pocas páginas y así quizá no quede clara su presencia en esta nómina veraniega y caprichosa. Tira a grueso, digamos mejor que es robusto y sólido, pero asendereado. Así que ha merecido y precisado los honores de una nueva encuadernación. Fíjense, unos razonamientos bien vertebrados ahora con un exoesqueleto que les mantiene erectos entre las conformaciones de mesas, pupitres, divergentes estanterías.

Las páginas que nos ocupan quizá tracen las coordenadas del mundo, pero nos indican sobre todo que ese mundo, tan prestigioso, tan luminoso o tan sombrío, funge de superficie, cobertura, tal vez como un destilado de una realidad un tanto ajena, que habitamos ese mundo y también en una invencible ignorancia, que las formas que nos tocan son una fracción infinitesimal de esa realidad inagotable.




Liber manet

Nos enseña también que hemos de ordenar, o que nos vienen ordenadas, de algún modo esas referencias cuyas formas alcanzamos y nos alcanzan, pero ahí volvemos a la tentación de que ese orden sea una partición exclusiva o de que algunas de esas formas sean sombras de las otras. Lo que hay se despliega en géneros, en proyecciones cuyo foco es inasible, crece según gramáticas que se desconocen unas a otras.

Releo lo escrito y veo que varias veces he escrito 'forma' o alguna forma gramatical de esa palabra y no he escrito 'materia', ni siquiera para decir algo como "la materia de este libro es...", quizá porque la materia sea al fin y simplemente otro nombre para la inagotabilidad de las formas. Releo lo escrito y decido no borrarlo, pues agosto bien aguanta su ración diaria de disparates.

miércoles, agosto 06, 2025

Lecturas veraniegas 2025 VIII

Empeñado en la búsqueda de volúmenes magros, alcanzo el tenue tomillo de Tecnos cuya fotografía se acompaña. Leemos en sus páginas 18 y 19:



animula propendula vagula
nec, ut soles, hypotheses dabis


En aquellos días, Carnap y yo habíamos llegado a algo así como un acuerdo en relación con un programa común de investigación sobre la probabilidad basado en mi Logik der Forschung. Coincidíamos en distinguir netamente entre, por un lado, la probabilidad tal y como es empleada en las hipótesis probabilísticas de la física, en particular en teoría cuántica, la cual satisface el cálculo matemático de probabilidades, y, por otro, la denominada probabilidad de las hipótesis o, como prefiero ahora llamarla, su grado de corroboración; y coincidíamos en no dar por sentado, en ausencia de buenos argumentos, que el grado de confirmación o corroboración de una hipótesis satisface el cálculo de probabilidades, sino que, a la vista de mis argumentos en Logik, decidimos dejar abierto la cuestión: considerarla, en realidad como el problema central.
Tal era el estado de nuestra discusión en 1934-1935. Quince años después, Carnap me envió su nuevo y voluminoso libro Logical Foundations of Probability, y, al abrirlo, vi que su punto de partida explícito era precisamente el opuesto; la pura suposición inexplicable de que el grado de confirmación es una probabilidad en el sentido del cálculo de probabilidades. Me sentí tal como debe sentirse un padre cuyo hijo se ha unido a la secta Moon, aunque ésta no existía en aquellos días, claro.

Hasta aquí Popper, quien cuenta esto a finales de los 1980s. Como solo persigo los libros delgados, me dirijo a la Autobiografía intelectual de Carnap, publicada en inglés en 1965, en claro desprecio a los volúmenes de referencia. Sé que R.C. dedica unas páginas de aquella al asunto, pero no voy a leerlas.
Solo me pregunto cuál es la probabilidad de que mencione a Popper en la sección 12 del capítulo II, que es la que va sobre esto. Y de ahí paso a interrogarme acerca de mi pesquisa, ¿no hurto al lector y a mí mismo una teoría que quiero corroborar?
Con todo, el criterio de Popper parece serio a primera vista. Nos salen las cosas si echamos las cuentas que hay que echar según el cálculo de probabilidades. Claro, el contexto que interesa a Carnap es más bien inductivo y habrá que ver por qué el filósofo de la ciencia se ha de apuntar a uno u otro. Al final, es posible que veamos aquí una cuestión de nombres: es probabilidad si seguimos la axiomática de Kolmogorov, etc. etc.
En cualquier caso, la probabilidad de que esto no interese a nadie es uno, y eso hasta según los cálculos más desacreditados, pero seguimos dejando que este verano de agosto haga su trabajo. Seguiremos informando.

martes, agosto 05, 2025

Lecturas veraniegas 2025 VII

El verano regresa también en nuestro otoño despintado. Tomo un librito cuya delgadez me llama la atención entre los otros lomos, más gruesos y vitandos a estas horas de agosto. David Hume, tan breve en su propia vida, en alguna carta y en un apéndice con vocación de Umstülpung.

Borges se esfuerza en algún lugar por conectar a Hume con el eterno retorno. Es más, cualquier día de estos se vuelve a esforzar.  Si en el poema “La noche cíclica”, que me viene a las mientes en esta siesta oblonga, la alusión presenta algunas serias dificultades de procesamiento, en “El tiempo circular”, el autor de Historia de la Eternidad declara un pasaje justificatorio:

Muy anterior es un lacónico pero suficiente pasaje de David Hume; consta en los Dialogues concerning natural religión (1779) que se propuso traducir Schopenhauer; que yo sepa, nadie lo ha destacado hasta ahora. Lo traduzco literalmente: "No imaginemos la materia infinita, como lo hizo Epicuro; imaginémosla finita. Un número finito de partículas no es susceptible de infinitas trasposiciones; en una duración eterna, todos los órdenes y colocaciones posibles ocurrirán un número infinito de veces. Este mundo, con todos sus detalles, hasta los más minúsculos, ha sido elaborado y aniquilado, y será elaborado y aniquilado: infinitamente" (Dialogues, VIII).

Vamos al original expandido:

Instead of supposing matter to be infinite, as Epicurus did, let us suppose it to be finite ·and also suppose space to be finite, while still supposing time to be infinite·. A finite number of particles ·in a finite space· can have only a finite number of transpositions; and in an infinitely long period of time every possible order or position of particles must occur an infinite number of times. So this world, with all its events right down to the tiniest details, has already been produced and destroyed and will again be produced and destroyed an unlimited number of times. No-one who properly grasps the difference between infinite and finite will have any trouble with this conclusion.




       unde haec est nobis innata potestas, 

de nilo quoniam fieri nil posse uidemus.

Yo tomo la cuestión del eterno retorno como muestra de un desapego profundo a la vida. Ya verás como esto me tenía que seguir pasando a mí. Así, una vez más el optimismo del que abraza la vida, el instante con todos sus alrededores se sustituye con ventaja por el pesimismo del que la mira con precaución, y  ambos se reúnen en una cifra que encierra el universo y parte de la luz de ese mes que decíamos antes. No vale tampoco decir algo así como que todas las veces son esta vez. Nos comemos nuestra mazmorra ergódica con patatas.

En cuanto a Hume, lo interesante aquí son las premisas que utiliza: finitud del espacio y de la materia en un tiempo infinito. Para alguien que lo de causa y efecto lo veía con alguna distancia no está mal pasar de una transposición de partículas a un evento que supone una serie ordenada de transposiciones (Bueno, es un diálogo, no adscribamos al autor todo lo que se dice, aunque lo diga el personaje que se le supone más próximo)

Por cierto, más interesante es lo que Philo dice a continuación, puesto a expulsar todo agente y todo agente preciso para mantener la estabilidad del mundo finito y que dejamos para otro eón. Estaría pensando en algún amigo de los relojeros. Y no me refiero solo a William, sino también a Isaac.

Se antoja materialismo después de casi todo en ese razonamiento, un materialismo que ama y tiene puestas todas sus complacencias en las partículas, que son capaces ellas solitas de conformaciones que nadie imaginó ni imaginará, imaginador incluido. El truco va a ser, ese. Un materialista de los de toda la vida es alguien que confía en las pequeñas cosas. O que esconde cómo funciona todo el asunto, pero sobre esto habrá que hilar más fino y aclarar las cosas.

lunes, agosto 04, 2025

Lecturas veraniegas 2025 VI

Yo fui lector sobre todo en los años de mi adolescencia y primera juventud. Ingenuo y crédulo, era capaz de aceptar como indiscutibles los logros que la trompetería anunciaba en las aulas o en la prensa. Paradoja de tener buenos profesores de literatura, pues así escuchábamos a un oráculo funcional que nos comunicaba unos arcanos no demasiado alejados de los habituales sancta sanctorum de las disciplinas más trabajosas y más aptas para la cohetería y la exclusión de los no iniciados, menesterosos ajenos a los cultos más prestigiosos en su siempre difícil equilibrio entre el secreto y la admiración pública.

Aquellos eran tiempos en que se hablaba bastante de, pare decirlo pronto y mal, la novela experimental, en referencia -me quedo en España- a autores como los Goytisolos o Benet, tal vez García Hortelano. No faltará quien corrija esta nómina extensional o intensionalmente, pero aseguro que hubo un tiempo en que por escritores de ese tipo de literatura se les tenía. De los cenáculos de provincias llegaban noticias acerca de la exigencia que autores venidos de las América suponían y, como era de suponer, no faltaba la esperanza de algún nuevo paraíso científico al que unos pocos y exquisitos representantes de la humanidad entera -rústicos también- accediéramos para después enviar una delegación de nosotros mismos a los retablos y las hornacinas de la fama. No pasaba algo muy distinto en la época con una pretendida ciencia de la literatura o de lo que hiciera falta, siempre dispuesta en extenderse en gráficos, diagramas y aspavientos generalizados.




 lupus est homo lupo, non lupus, quom qualis sit non novit


Reparo esta mañana en un libro de Alfonso Grosso. Como a otros, América les hizo virar de algún matiz del realismo social a una escritura que en este caso alguno se animó a describir, a favor de alguna brisa sevillana, como barroca. El lector recordará de aquellos años que eran muy de brisas a favor y así hasta nos llegaron curiosidades como La parábola del náufrago de Delibes, quien en 1969 pareció entregarse a la experimentación de segunda residencia.

Cuando uno escribe algo como lo que se acaba de leer, puede pensar que su resumen está a la altura, no sin bajeza, de los habituales inventarios, pero puede también estar seguro de que la falsedad histórica y crítica ha permeado con su inevitable inevitabilidad la breve noticia, que lo nuevo se disuelve hacia un tiempo pasado y se extiende también a lo ancho hacia otros autores que no hacen gala tan fácilmente de sus juegos.

Por lo que se refiere a Grosso, campeón de una prosa sin descanso y que aúna períodos que nos dejan sin resuello con las argucias propias de las vanguardias y los flanqueos, lo cierto es que nos hemos olvidado de él, pero la suerte de los Goytisolo o incluso de Benet no es muy distinta. Habent sua fata mythistoriae. El verano es época propicia a la épica lectora, a los planes de gran estilo que nos permitirán releer incluso lo que no leímos nunca, pero agosto nos mece en el abandono de los sudokus y su vocación inconclusa. En agosto, parece que nos movemos en la Cuba que retrató el mismo Grosso cuando le dio por ahí o que sobrevolamos Marruecos y entonces va y anochece. 

domingo, agosto 03, 2025

Lecturas veraniegas 2025 V

Es un lugar común, subgénero batallitas del estudiante de letras, aquel que perjura lo probabilísimo que resultaba, si no inevitable, pasar en los años de más o menos figurada juventud y lozanía por una etapa de seducción antropológica, años en número variable de los que no todos pudieron desasirse, estaciones sin historia en que la verdad era cosa de Boas, Malinowski, Lévi-Strauss, los otros jefes de escuadra que aquí  no se nombra y sus secuaces respectivos.

A mí esto me dio de refilón (mas recibí la flecha que me asignó Pausanias) en la época en que se tradujo y se publicó a Marvin Harris en España; y Marvin Harris era algo así como un materialista anti-dialéctico (en la antropología francesa no lévi-straussiana de aquel entonces, esto es, Godelier o Meillassoux, lo de dialéctica habría que mirarlo bien), y un materialista anti estructuralista o anti-lévi-straussiano.

Sin embargo, el materialismo cultural de Harris donde menos materia veía era precisamente en la cultura la de Urtasun y la de Taylor. Cuál fuera el caso con Leslie White o Julian Steward, no me pararé a considerarlo. Sucede entonces que la aparición de algún volumen en los estantes del verano me hace retornar a antiguas cuitas. Me detengo en la polémica allá por  1976 (revista L'Homme, 16, uno y dos) entre Marvin y don Claudio. Harris se refiere a ella apenas tres años después en su El materialismo cultural, que Alianza publicó otros tres años más tarde, aquel 1982 del Mundial, de todos los países vienen a jugar, y algunos otros pecados.



Λωτοφάγοι, οἳ τὸν καρπὸν μοῦνον τοῦ λωτοῦ τρώγοντες ζώουσι


La polémica se construye en torno a la crítica que el norteamericano hace del análisis que el francés hizo de unas narraciones de los bella bella, a los que seguramente se referirá más bien el lector cuando habla de estas cosas en el bar con el cristalino etnónimo de 'heiltsuk'.

La estrategia de Harris es la de minar las límpidas, si bien siempre elementales, estructuras que Lévi-Strauss desvela, o eso se dice, en los relatos, y hacerlo señalando precisamente allá donde se han forzado los datos que podrían (paradigmáticamente en este caso) sustituir con la ventaja de la mera fuerza de la realidad externa, la coherencia que prestaría al relato la ilusión de que este ilustrase una verdad profunda relativa a la mente humana, al arriba los corazones, al ayuso los pantalones o vaya usted a saber qué otro arcano.

Sin embargo, si cabe desde luego conceder cierto éxito crítico a Harris, es también cierto que no podemos enredarnos en una suerte de empirismo absoluto, de total caos o de complejidad infinita de las referencias del etnógrafo, y que ese empirismo, necesario y bien traído, en su caso reposa sobre la austeridad teórica de las explicaciones propias del materialismo cultural.

Paradoja extraña la del idealista para quien el hombre es una breve cadena de oposiciones binarias y el materialista que deja los contenidos mentales, o lo que sean extra capita, en las afueras de su disciplina, en lo que siempre persevera, salvo cuando la polémica lo aconseje.

O no tanto ni tanta paradoja. Quizá lo que tengamos aquí sea la necesidad sentida por quien quiere ser científico, aunque sea de mentirijillas, de acotar su territorio: Homo sum, fere omnia aliena puto.



sábado, agosto 02, 2025

Lecturas veraniegas 2025 IV (de papeles viejos)

Sobre mi mesa se espabila poco a poco un librito que RIALP publicó en 1965 y que recupero -o deberé decir que recupero para su dueño, que me lo prestó no sabría decir cuándo ni apenas dónde- del trastero, donde ha dormido décadas. Se trata de Problemas cruciales de la filosofía moderna de D. J. B. Hawkins, sacerdote católico y filósofo, fallecido al poco de publicar esta obrita y relativamente joven.


Entre sus páginas 210 y 211 encuentro una cuartilla algo que transparentada y garrapateada con unas líneas de cuya fuente una nota al pie del mismo Hawkins ya nos da alguna indicación:

 

Accordingly, I felt that it would be pleasant to revisit my old associates, whom I had previously left behind, and whom dialectic still detained at the Mont. I wanted to conf er with them concerning matters that had previously appeared ambiguous to us, and to estímate our progress by mutual comparison. I found them just as, and where, they were when I had left them. They did not seem to have progressed as much as a hand's span. Not a single tiny [ new] proposition had they added toward the solution of the old problems. They themselves remained involved in and occupied with the same questions whereby they used to stir their students. They had changed in but one regard: they had unlearned moderation: they no longer knew restraint. And this to such an extent that their recovery was a matter of despair. I was accordingly convinced by experience of something which can easily be inferred [by reason]: that just as dialectic expedites other studies, so, if left alone by itself, it lies powerless and sterile. For if it is to fecundate the soul to bear the fruits of philosophy, logic must conceive from an external source.


Como sin duda habrá averiguado el ágil metalector, son líneas a las que se refiere, que no cita y si comenta, Hawkins en ese lugar y que pertenecen al Metalogicon de Juan de Salisbury. Así pues el magro volumen tuvo un lector diligente y curioso que se molestó en buscar y encontrar una edición traducida de tal obra, e hizo tal cosa en tiempos que demandaban a este objeto mayores industrias. La misma mano tras un breve hiato había transcrito otro texto, véase al final, no menos parisino, cuya sencilla identificación dejamos como ejercicio para casa. No fui yo, desde luego, el escribano y el libro seguramente me lo prestaron ya con el billete pasajero. Detendré aquí mis pesquisas hasta que Guillermo Brown y sus proscritos agoten sus siempre exhaustibles vacaciones.

 

 


realitas cognosci potest quia existit, quia existimus et perfecte desinere existere possumus


Chez certains même les cheveux n’avaient pas blanchi. Ainsi je reconnus quand il vint dire un mot à son maître le vieux valet de chambre du prince de Guermantes. Les poils bourrus qui hérissaient ses joues tout autant que son crâne étaient restés d’un roux tirant sur le rose et on ne pouvait le soupçonner de se teindre comme la duchesse de Guermantes. Mais il n’en paraissait pas moins vieux. On sentait seulement qu’il existe chez les hommes, comme dans le règne végétal les mousses, les lichens et tant d’autres, des espèces qui ne changent pas à l’approche de l’hiver.


viernes, agosto 01, 2025

Lecturas veraniegas 2025 III (de papeles viejos)

Encuentro dos folios escritos a mano por una sola cara en una vieja carpeta olvidada durante muchos años. El L.T.C. al final del segundo folio me deja claro quién fue el autor de las líneas que transcribo a continuación.

Luis Tomás Cabezón compartió vivienda conmigo y con otros individuos a finales de los 1980s. Se había propuesto licenciarse en Filosofía y recuerdo que leía y escribía bastante., aunque luego la vida le llevó por oros caminos.

Supongo que Cabezón quería que yo leyese los papeles y en algún momento me los pasó. No recuerdo haberlos recibido ni recuerdo haberlos leído Bien, lo hago ahora, solo 36 o 37 años después, y los transcribo aquí para otros lectores pues no carecen de mérito. Unas palabras del texto me hacen pensar que el texto no es anterior a mayo de 1988. Me refiero a lo que podría entenderse como una alusión al fallecimiento de Chet Baker. Que esa supuesta alusión vaya seguida de una mención en francés de Deleuze (de La Logique du Sens) nos parece una coincidencia realmente aérea y una muestra de la escasa parsimonia intelectual de mi amigo. No creo, a juzgar por el hecho de que los papeles se hallen en mi posesión, que el escrito sea mucho más tardío. Sin embargo, es posible adivinar una alusión a la película Amanece que no es poco, unas palabras que nada costará descubrir al improbabilísimo lector y que convierten tal alusión en verosímil.


.ארור הדוד קרמפ שנתן את דמו למען בריאותי לכל הדורות

Al comienzo de los dos folios, nos encontramos con el siguiente encabezamiento críptico, ma non assai:

V. Peña, Sp Ét pro pág. 7 Segunda mitad,

No me ha sido difícil concluir que Cabezón está hablando de la traducción que Vidal Peña hizo de la Ética de Spinoza y que se refiere a la introducción. El número de página hace pensar en la edición de Alianza de 1987, pues todo adquiere así sentido a la vista del pasaje que transcribo más abajo, aunque es cierto que no he manejado el volumen publicado por Editora Nacional en 1975 del que aquel es reedición. Los folios de Cabezón serían pues un comentario, más o menos excéntrico, a lo que dice Peña.

El lector verá también que Cabezón cita la Ética en latín, por lo que hubo de manejar alguna otra edición que incluyera el texto original. Urgimos al lector y a su tenue improbabilidad a que lea la nota al pie de Peña en la página 254 de la edición de Alianza, página donde aparece en español la frase inserta por Cabezón en latín, pues no sería caprichoso relacionarla con lo dicho en el fragmento que, creemos, inspiró a nuestro amigo. En cualquier caso, es obligado declarar que, más allá de estos descubrimientos de filología recreativa con que entretenemos nuestro veraneo, Vidal Peña es un autor cuya lucidez, precisión y rigor filosófico se muestran en cualquier formato, como sucede en este caso de lo que algún inadvertido podría pensar que se trata de una introducción más o menos  convencional. Vayan un texto, comenzamos donde nos parece que debemos hacerlo, y otro, que transcribimos entero. Es posible que mi lectura y transcripción hayan incurrido en más errores inaceptables, pero es agosto.

 

El texto de Peña

… ese hombre es, aparecer, el mismo, pero la reconstrucción de su identidad habría de integrar cosas dispares: la imperturbabilidad estoica, el resentimiento, el culto a la verdad, el sadismo. Quizá, en su caso, fuera de aplicación el célebre dicho: el filósofo construye un palacio de ideas y vive en una choza; sin pretender tanto, y aun rehuyendo un ilusorio psicoanálisis ha de reconocerse que su identidad es borrosa.

Siempre podría decirse que perseguir esa identidad es tarea llamada al fracaso, trátese de la vida de Espinosa o de cualquier otra: se dirá que es u obra, y no sus claroscuros biográficos (el palacio de ideas, no la choza), el lugar de su objetividad, Al menos al adoptar esta posición de principio puede contarse con la aprobación de los contemporáneos, que siempre verán con un suspiro de satisfacción metodológica la disolución del individuo en las clases de que consta, o del autor en sus textos. Por desgracia, esa objetividad de la obra de Espinosa es también multiforme, aunque los textos sean para todos los que pretenden captarla; pese a su clara vocación de inequívocas, de sus palabras se han inferido muchas cosas: ateísmo sistemático, fervoroso panteísmo, racionalismo absoluto, misticismo, materialismo, idealismo, han compuesto y componen las figuras de su proteica inmortalidad.

Los folios de Cabezón

V. Peña, Sp Ét pro pág. Xx Segunda mitad,

Un sistema, sobre todo un sistema axiomático, es un intento de acabar con la historia y de reducir una disciplina a su presentación sistemática, como si no existieran otras cosas y otros conocimientos. Como si la gramática compendiada explicitará todos su algoritmos, que igual no los hay [sic].

Pero todo sistema es autoinsuficiente [sic] y, por eso, el texto precisa de más cosas para su interpretación, qué decir de B.S. nada menos. Ahora bien, ya dice el autor que hay casi un B.S. para cada digamos escuela de pensamiento, con lo cual nos entra la duda precisamente acerca de los límites de cada disciplina, de la parcela o del espectro que le compete, de su intrincada topografía y su no menos laberíntica topología. Quizá siempre se pueda salir de ella, como por una ventana inesperada, a toque de trompeta (…musica bona est melancholico, mala lugenti; surdo autem neque bona neque mala…), pero lo cierto es que tal vez toda interpretación está sujeta a un curioso azar (non plus destin sans nécessité, mais causalité sans destin).

Por eso yo no tengo ninguna, no pienso, seré una máquina a la que el alma le resulta insustancial, porque me propongo ser necesario y no contingente.

También cabe que la torre de vigilancia desde la que escudriñamos el territorio sea solo un pozo húmedo con una cuarta de agua sucia en el fondo que no augura nada bueno a nuestros pies ni a nuestra cabeza.

 

L.T.C.

jueves, julio 31, 2025

Lecturas veraniegas 2025, II

De J. R.  Ewing García de la Hoz, Saberlo todo y más, Madrid, Ediciones Jaspeadas, 1987. Citamos un fragmento del capítulo 5: “Y luego dice que no es platónico”.

 

Para el mísmisimo Karl Popper, este [véase foto, que es la de la edición de La miseria del historicismo, traducción de Pedro Schwartz, pubicada en 1973 por Alianza y antes en 1961 por Taurus, la misma a la que Ewing se refiere ] el numerado que aparece a la izquierda era el argumento maestro contra el historicismo.



Though this be logic, yet there is matter in't

El argumento no apareció en el original The Poverty of Historicism, sino más tarde -aunque es cierto que quizá ya sabía que lo iba a desarrollar en otro escrito pasado un tiempo-. En cualquier caso, a él se refiere Popper en el prólogo fotografiado que puso en 1957 a ese libro escrito veinte años antes. Del argumento conviene adelantar que goza de una salud dudosa y de los privilegios de una conocida familia o colección de paradojas: sírvase la misma con el siguiente argumento, al que ha de seguir la correspondiente palinodia: el historicismo es un conocimiento; no sabemos qué conocimiento podemos adquirir ni conocemos el contenido de ese conocimiento; por tanto, es posible que adquiramos el conocimiento del historicismo. Ahora bien, una vez dotados con este saber del historicismo, ¿Cómo mantener el argumento? Obsérvese que la trampilla aparente que hemos hecho o que ha hecho el mismo Popper es que no es lo mismo un cuerpo de conocimiento que el nombre de ese cuerpo de conocimiento: no podemos prever el conocimiento mismo, pero sí sus capacidades más o menos transparentadas en su nombre, lo que se puede hacer con él, por así decir. Pues si prevemos un conocimiento mismo, en su totalidad, ya lo conocemos, ya lo poseemos como dicen los cursis del mundo, one, two, three.


carambam videmus nunc per speculum

La conclusión apresurada es que si preparamos una premisa como la número 2 (véase otra vez la foto,la primera), la trampa es referirse con ella a un conocimiento del que sabemos para qué serviría. Naturalmente, Popper se preocupó -en otro lugar, como dijimos- por demostrar esa proposición. Quizá no sea una total traición advertir de que el dispositivo o método de previsión o predicción a utilizar ha de ser al menos tan complejo y tan físico como aquella realidad o sistema al que se refiere y que ambos han de ser deterministas porque la realidad lo ha de ser, porque si no lo es, ya está todo demostrado; si lo es, no podría ser menor aquel que éste. Por cierto, que tampoco se podría predecir el pasado, aunque ciertamente el pasado no se calcula igual. En fin, este catch 22 o premisa 2 nos lleva a pensar que más que un enunciado autorreferente, tal vez lo que tengamos aquí sea un silogismo autorreferente. No un simple Los silogismos en Darii son correctos, este es un silogismo en Darii, luego este silogismo es correcto, sino algo menos abstracto léxicamente y un tanto letraferido, como:

Los silogismos incorrectos no son retóricamente eficaces

Este silogismo es retóricamente eficaz

Este silogismo no es incorrecto

Todo parece funcionar, syllogismi doctrina admissa, pero la premisa menor nos deja somewhat with the drone behind the ear.

Lecturas veraniegas 2025, I

De Travers, B., Viejos apuntes de infancia y mocedad (Old drafts of childhood and youth), trad. de A. Ycoma, Valladolid, Ediciones Fanerógamas, 1987. Copiamos la nota número 56, de curioso título:


Was es gibt (summer edition)

En Sobre el origen de las formas gramaticales y sobre su influencia en el desarrollo de las ideas, Wilhelm von Humboldt, argumentado a favor de la primacía original de la aglutinación frente a la flexión presenta unos dígase hechos de la lengua mbaya (no piense mal el hablante de swahili):

Porque las características de estos dos tiempos bajo su forma completa, que todavía es frecuente, son quide y quine; pierden el qui, y las sílabas de y ne, delante de otras vocales, pierden su vocal final. Quide significa tarde, en el futuro; de donde co-quide [quidi, de fiarnos de los o las Gesammelte Schriften que editase Leitzmann] (co, de noco, día), la noche. Quine es una partícula que significa y también [Quine ist eine Partikel, die und auch bedeutet].


Quinidina, quae parum a quinina differt

En la edición citada, nosotros nos lo hemos ahorrado todo, se distingue el tipo del texto normal del utilizado para las palabras o segmentos en otras lenguas y ambos del que sirve para dar las equivalencias de estas y estos en alemán.

A este respecto es curioso que y también, declaradamente cercano a los métodos del estructuralismo americano, hubiera días que no pareciera percatarse de que la traducción no es solo cuestión de conducta, sino de la coherencia entre los diversos troceamientos de cadenas verbales con algún segmento en común.

martes, agosto 27, 2024

Das aufgezeite Hier

A la hora de aprender, el destino barroco nos ha sobrepasado. Todas las técnicas, metodologías, ejercicios, actitudes tienen alguien que las alabe y las recomiende: La conclusión es que debemos hacer una cosa y la contraria, que todo vale mientras no mate, cosa que tampoco importaría demasiado y que resultaría probablemente indemostrable, al menos delante de un tribunal. Dos disciplinas donde tal cosa ha alcanzado florecimiento churrigueresco o guerechurrrisco  son la del ejercicio físico, con sus promesas atléticas y sexuales, y la del aprendizaje de idiomas. En ambos casos, se trata fundamentalmente de anestesiar al cliente para que no perciba su propio esfuerzo, eso en el mejor de los casos, y al tiempo y sobre todo sobrevalore sus progresos.



Kommen Sie im September wieder

El lector puede, sin moverse de donde está ahora mismo, buscar planes de entrenamiento para corredores de maratón noveles, desarrolladores de los propios bíceps y cuadríceps, gente que quiera al tiempo ganar y perder peso (lo que también se predica y recomienda) y sorprenderse, entre la retórica paleolítica del índice glucémico y la calidad del esperma en los varones, con la legión de tablas de ejercicio, estrategias, ventajas y desventajas de aquellas y de estas que le esperan a la vuelta de la esquina de google. Ni la fúnebre economía dio para tanto y, además, nunca prometió ni la mitad.
Véase lo mismo con el aprendizaje del inglés o de otros lenguas tan complicadas como lo es inadvertidamente la propia, a lo que se añade el tópico de la incapacidad patria, a veces adornada de la pseudolingüística, tan cara a los lingüistas: no aprendes el vocabulario ajeno porque sólo tenemos cinco vocales en español. Aunque quizás, el descrédito español no deja parcela libre. Recordamos la alabanza de Vázques Montalbán al decathleta, decathlonista o decathloniano Peñalver y su "brazo que no parece español"
Sucede, sin embargo, que hay aprendizajes que permiten el florecimiento hipócrita y maoísta de cien escuelas o mil flores. Otros, por mera imposibilidad física, excluyen que el mismo sujeto siga a un tiempo a todos los maestros que le persiguen y más en estos tiempos donde el ocio promete maravillas heroicas. Así pues, hemos llegado a un momento de la fenomenología del espíriritu y otros batidos cola-malteados en que el único absoluto es la falsa conciencia.

jueves, mayo 04, 2023

Tristram, Bertrand, Josiah, cienciometría más allá de la puerta de Tannhäuser

La paradoja de Tristram Shandy convierte a cualquier lector desengañado en perito en hipérboles. Por su lado, el mapa de Royce a algunos les sonará como límite más allá del cual no hay mapa posible. Puede, sin embargo, comprobarse que puede haber mapas que superen fractalmente al territorio y lo enriquezcan de modo inaudito y alucinado en una jauja cartográfica de calabacines y racimos despampanantes.

Ahora bien, la empresa autobiográfica del caballero citado se nos queda también corta, como prueban a diario y por sobreabundancia las exponenciales derramas de la academia. Intuimos URLs que conducen a artículos cuyos textos de pe a pa son ahora nuevas URLs que apuntan a otros artículos de proporciones más  que galácticas. Sospechamos que, a estas alturas, ya se publican artículos de longitud infinita, de los cuales mala cuenta podría hacerse si no fuera por alguna argucia de los, en estos menesteres, siempre a mano bibliotecarios, quienes no sabemos cómo habrán conseguido ahormar las innúmeras contribuciones, los consabidos hexágonos y más allá, los alfabetos sin cota y sin tacha. 



Πρέπει να μετράω άτομα και ξέρω να μετράω μόνο κόκκους άμμου


No lo sabemos, pero no cejamos en nuestra contribución literaria, superando los sonetos con los comentarios y los estrambotes con las notas al pie; con los escolios y las torcidas interpretaciones que rebasan este mundo y su sombra, con lo cual se concluye que todo se empapará como alpargatas cuando llueve.

domingo, noviembre 27, 2022

Diario catarrino: Consider Lee Jun-fan, who was once handsome and tall as you

Leemos que Bruce Lee murió por exceso de agua. Seguimos leyendo y se habla de hiponatremia. Nos vienen otros términos del mismo territorio, como puedan ser polidipsia o potomanía y estas alegrías léxicas nos llevan a la visión y a la voz de ahogado y ahogamiento. Y a  Phlebas el fenicio, al que Eliot ubicó en un tarot al que su misma presencia le da un toque peculiar y alternativo, aunque no estamos familiarizados con la cuestión.

Si la muerte de artista de un artista marcial -real o figurado- parece siempre una negación de sus capacidades, que no son nada si no alcanzan la omnipotencia o poco menos, si además prematura, está llamada a convocar las hipótesis más estrafalarias con su canto primaveral. La hipótesis del agua, del agua de beber -como si de Tom Jobim-, la convierte en ridícula, pequeño saltamontes.

Y eso no conviene a los artistas marciales. De hecho, nada les conviene y, si es el caso, se convierten de ortópteros a coleópteros para evitar chistes. Esta gente ha de ser astuta como serpientes y peligrosa como kantianos.



Y Wim Hof, ¿qué dice de todo esto? 

En efecto, esa es la comparación y no por las palabras de Heine que igualaban al filósofo con el amigo del pueblo: "Man erzeigt wirklich dem Maximilian Robespierre zu viel Ehre, wenn man ihn mit dem Immanuel Kant vergleicht..." y complete la frase el lector aquí. Más bien, porque abunda la especie del 'kantiano peligroso'. Si el lector continúa incólume o si ha vuelto de su excursión, entonces es seguro que recuerda a más de un personaje (Unamuno, Valverde, Bueno, Carandell) de los que han recurrido, según las mutaciones propias del imperativo anecdótico, a la historia de los fichados por la policía justamente como o, tal vez, por "kantianos peligrosos". El más peligroso quizá fuera Santiago Valentí Camp, pero cada cual suma sus partidarios.

No obstante, la peligrosidad del artista marcial o del kantiano puede acompañarse de otros rasgos no lejanos de lo expresado por el adjetivo 'ridículo' antes utilizado. Por ejemplo, en la traducción española de Weimar Culture. Causality and Quantum Theory, 1918-1927 aprendemos de Sánchez Ron que un Robert Drill era un "salvaje, fanático kantiano", lo que suena excesivo, pero es absolutamente fiel al original ("a wild, fanatical Kantian"). Lo que cuenta Forman y traduce Sánchez Ron de este kantiano es una historia verdaderamente divertida, bien es cierto que no es fácil informarse sobre este economista creo que alumno de Brentano (Franz no, Luis José) y no podemos valorar su grado de salvajismo.



¿Ánde andará?


El que no era salvaje ni ridículo era Phlebas y los detalles de su ahogamiento se nos escapan también y, en fin, 'Muerte por agua' nos confirma que La tierra baldía es un poema húmedo, que no sale de la niebla y que no escapa del agua salobre (esta con más sodio que, según los forenses retroactivos, el Bruce Lee fiambre). Pero es también un intermedio o descansillo, la más breve de las cinco partes del poema, o de las seis si contamos las notas. La brevedad conviene al recuerdo de la muerte, de la mortalidad y de que das Nichts nichtet y a veces ni eso. A la muerte le conviene casi todo, el agua y el barro. Pero decía que esta parte del poema de Eliot es breve y, en medio del mar, en una página más blanca que las vecinas, se nos antoja más bien un islote, un islote que solo reflejan mapas apócrifos. A cuya orilla, un mensajero que bate incansable ha dejado un cadáver. Lavado y lleno de agua, eso sí.


viernes, noviembre 25, 2022

Dietario catarrino: Rand, Rose

La guerra o el libro de Philippe Sands habrán recordado al lector la ciudad de לעמבעריק, para decirlo en yiddish y evitar así el ruso, el ucraniano, el polaco, y solo para recaer en el mero alemán: Lemberg. En 1903, en el Imperio aquel que ustedes saben, en esa ciudad en Galizia (no en un lugar vagamente balcánico conocido por el  entre chornigori y charivari topónimo de Pontevedro*) nació esta filósofa de nombre Rand. Seguramente, existe alguna adecuación entre los nombres y las categorías para que haya al menos un filósofo para cada apellido.

Al leer las vagas noticias que las fuentes populares dan de su vida y obra, el lector más o menos casual no podrá evitar la sensación de que lo tuvo más difícil que sus compañeros varones del círculo de Viena o de los exilios anglosajones que conoció. Favorecida como "distinguished foreigner" en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, esas fuentes repiten milimétricamente** que en 1943 "she lost her privileges and had to work at a metal factory".


μεταλλάω


Parece que nunca consiguió una posición académica razonable y tampoco por el momento un biógrafo o biógrafa, aunque apréciense los esfuerzos de Katarina Mihaljević (https://youtu.be/vhRv13AHJZw), de quien recogemos esta frase tan económica como inteligible: "Rose Rand was een belangrijke denker en toch is ze vergeten" (en justo aquí).

Rose Rand en su tesis doctoral habló de Tadeusz Marian Kotarbiński, bien conocido de todos ustedes, filósofo fundador de la praxeología y longevo lógico. Parece que en Pittsburgh se guardan muchos papeles de Rose Rand. Habrá que ir a Pittsburgh para saber algo de Viena.



Ni sí, ni no, ni todo lo contrario


*Algunos entusiastas locales han debido de entender "Pontevedra" al asistir a alguna representación de la opereta que ustedes saben.

**En El círculo de Viena de Friedrich Stadler, encontrará el lector más precisa información sobre esta mujer y sobre mucho más. Este círculo es Studien zum Wiener Kreis Ursprung, Entwicklung und Wirkung des Logischen Empirismus im Kontext, a no confundir con Der Wiener Kreis de Víctor Kraft, famoso volumen aunque no tan voluminoso como el anterior, en que se la menciona solo en dos notas a pie de página.

Dietario catarrino: apuntes de un perplejo

Recaigo en un poema de Carl Sandburg y me acuerdo de cuando leía o intentaba leer poesía de estadounidenses o británicos. O fingía leerla, porque me costaba comprender lo que allí decía. Algún estudio y más práctica y más estudio me lo hacen posible años después (el Estado me paga por tal cosa) y sucede que el poema que tengo delante fluye sin sobresalto alguno ante el lector o en el lector que parece que he llegado a ser, y ello sucede  con la apacibilidad intrascendente con que nos recibe un prospecto medicinal. Creo regresar entonces al sentimiento o lo que sea de cuando leía a durísimas penas ese u otro poema de algún autor aureolado. Y, pese a todo, eran más atractivas aquellas palabras inasibles dispuestas regularmente en páginas seguramente prestadas por mi amigo Alfonso Martínez. Divinas palabras o algo por el estilo, primus in illam lapidem mittat, cuius lapidis nomen secretum et ineffabile non dicam.

El asunto este de la lectura y de las lenguas es algo que se nos oculta, quizá como cualquier otro saber que hayamos llegado a dominar. No lo notamos y, de pronto, se nos hace extraño o algo en nosotros se hace extraño al arte que dominamos o nos domina. Estos momentos son una gran fortuna porque nos devuelven a un principio que se ha tornado insospechado, que ya es tornarse.




But very well! O, you are a mere mammothrept in judgment, then.


Una tercera situación, que el fútbol qatarí me ha recordado hoy mismo es la de aquellas epifanías que nunca nos han dejado. Me refiero a aquella magnífica traducción de Le domaine de Dieux, en que un Víctor Mora (al que algo le sonarían las vicisitudes políticas de la Ghana de los 1960s, que quizá él y yo llegásemos a estudiar como Costa de Oro en alguna enciclopedia anticuada y que algún adversario del capitán Trueno conociese como بلاد التبر) sustituyó un, atentos al calambur, "Il ne faut jamais parler sèchement à un Numide" con un "¿Ya me habían dicho a mí que era muy rebelde la gente de esa región de Numidia que llaman Ghana...!", que era replicado con un no menos ingenioso y ya totalmente alejado del diría que vacuo original "¿Te refieres a Numidia-la-Ghana?", y ello en una viñeta en la que se podía observar en el dibujo un fenómeno diría que análogo a un doblaje mal encajado.

No me da la gana. Me dan ganas. Gana y ganas serían los sujetos, ¿pero qué nos dan? ¿Y si lo que recibimos o no recibimos son ganas, quién nos las da o nos las quita? Grammatica legibus stringit nos severissimis, ya nos lo decía la misma enciclopedia anticuada, justo el día antes de que nos la cambiasen por un volumen de título Unidades didácticas globalizadas. Mira que uno puede escribir cosas raras, pero tanto como para juntar esas tres palabras...



Libros para mamotretos

 

miércoles, noviembre 16, 2022

Dietario laboral: ideastesia

Por una razón que ignoro he venido a preferir las alcachofas en no necesariamente tan finas láminas a la plancha con una poca de aceite. Entre otros resultados colaterales de la minimalista elaboración, compruebo que el agua del vaso ya no tiene sabor azul, arriesgándome a contradecir a RGDLS, quien también dejó aquello del mordisco del ladrido, tan simpático que nos desgarra a distancia y nos contagia de una rabia venida a menos y siempre pasteurizada.



of splenius in the grass, of glanders in the flower


Curiosos males estos en que las categorías acusan cierta permeabilidad o contaminación mutua. Un compañero que tuve sostenía que él padecía de un desorden entre lo léxico y lo somático, por el cual algunas palabras le producían un malestar frecuentemente generalizado, a veces vago y otras localizado.  Siempre se apresuraba el hombre a aclarar que habitualmente no le molestaba ni el significado por sí solo, ni el significante o sonido por el otro, sino que era "la conjunción de ambas cosas, inseparables como en la conocida imagen de las dos caras de la hoja de papel, o más inseparables todavía como se plantearía en la única cara de la banda de Moebius". Con tales palabras o con otras parecidas, concluía su ponencia perpetua sobre su singular condición. Por mi parte y en mi turno de apresuramientos, me apresuro a aclarar que se trataba y se trata de un buen tipo. Si fuera yo persona más generosa, no habría dudado en proclamar que se trata de un tipo estupendo. Como la perfección es condición aun más rara que la que acabamos de referir, hace unos años el hombre escribió una parodia del conocido epigrama de Bartrina en que intentaba explicar su mal. Aquí lo tiene el lector:


Oyendo hablar al mundo fácil es

Saber dónde es que me va a doler.

Si dice maridaje, en la piel

Si dice empoderar, en la sien

Si repite identidad... he muerto ya.