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jueves, febrero 01, 2007

Simmónadas

Insistamos en las simetrías que funda el relato, la relación y el relato. La captatio benevolentiae se alimenta de una simetría halagüeña. No es infrecuente la asimetría menor, la de la humildad cariñosa: "Atiéndeme, quiero decirte algo", la macrocefalia retórica: "Oigo, patria, tu aflicción y escucho...," como si la patria fuéramos los impávidos lectores. O bien el realismo despectivo: "y dende que todos cantan yo también quiero cantar."
Pero la simetría de cantor y público puede bifurcarse hacia la simetría entre ellos dos y protagonista o hacia la correspondiente asimetría. Aristóteles de Estagira dijo la misma cosa.
Pero yo me digo que tal multiplicidad sólo puede ser apariencia y que todo se resuelve hacia la simetría. Somos el del escenario: burro o gran profesor, términos de parecidísimas extensiones, por lo visto. O por Cristo, que corregía algún personaje de Echegaray, a quien le debemos también un verso de notable actualidad: " ¿Qué es lo que repite el mundo?" Por cierto, o por incierto, queda excluido el teatro de Echegaray de las consideraciones aquí ofrecidas.

1 comentario:

pdro dijo...

Tengo una edición de uno de sus libretos, 1902, 2 pesetas, envuelta en plástico con una etiqueta pegada con un "1000 ptas" escrito a bolígrafo...

Es que estaba hablando sobre libros tirados con El bibliómano y leo Echegaray, esa calle, y ha brotado el primero de estos dos párrafos.

Quién me mandaba...