La de mundo es noción sujeta a metonimia eterna. También a sinécdoque, lo cual es más fácilmente comprensible, pues no será raro que en las manos o bajo su control uno tenga una parte y no el difícil todo.
Tener en las manos algo relacionado con el todo por alguna contigüidad de las múltiples y contingentes contigüidades de las que estamos hechos es maniobra que desvela la ilusión del todo mundo, que en salmantino, se completaría diciendo "de todo el mundo".
El lector recordará sin duda, ante el título de arriba, la película de Raoul Walsh y de 1952, que tanto nos recuerda a un juego de palabras de Groucho Marx en Horse Feathers (lost in translation). El "his" se referiría al protagonista masculino de la misma. En cuanto a la sinécdoque desde "the world", mantendremos una imprudente discreción. El cine es como las palabras. Sirven para tener el mundo en las manos. Las que, a su vez, nos parecen palabras de doble dirección y sentido.
NOTA: El título original era, si Internet mal no recuerda, The World in His Arms.
Tener en las manos algo relacionado con el todo por alguna contigüidad de las múltiples y contingentes contigüidades de las que estamos hechos es maniobra que desvela la ilusión del todo mundo, que en salmantino, se completaría diciendo "de todo el mundo".
El lector recordará sin duda, ante el título de arriba, la película de Raoul Walsh y de 1952, que tanto nos recuerda a un juego de palabras de Groucho Marx en Horse Feathers (lost in translation). El "his" se referiría al protagonista masculino de la misma. En cuanto a la sinécdoque desde "the world", mantendremos una imprudente discreción. El cine es como las palabras. Sirven para tener el mundo en las manos. Las que, a su vez, nos parecen palabras de doble dirección y sentido.
NOTA: El título original era, si Internet mal no recuerda, The World in His Arms.
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