Durante mucho tiempo ignoraron que el arma definitiva era la pose de cimarrón, de proscrito, perseguido y acosado. Todo el poder en sus manos no era todo el poder si no se acompañaba de la doliente lamentación del héroe que el redundantemente corrupto estado señala como víctima indelegable. Pero todo se alcanza, o todo nos alcanza.
Acción política sublime, integrada ya en la panoplia de los artistas de la política, repertorio de combinatoria inagotable que verá portentosas puestas en escena.
Los doctos nos advertirán de los antecedentes, de prefiguraciones de esta fabulosa metamorfosis de la política contemporánea, pero, generosos, nos dejarán insistir en la especificidad del estado moderno.
Ahora, señor de verdugos y victimarios, esa víctima podrá dejar a éstos en manos de la asamblea de fieles, orientados, desorientados o simplemente acomodaticios, mutantes en su muta de sencillo enrolamiento. Quizá no abunden, entre los asesores, los artistas. Pero un artista no debe dejarse asesorar, el arte debe ser suyo. Que todo es disfraz.
2 comentarios:
En el Estado las leyes se aplican en función de los intereses de aquellos políticos que en un momento determinado tienen el respaldo de la "mayoría". Hemos pasado del Estado de las inmobiliarias al Estado de los medios de comunicación. Del Estado de las expropiaciones, recalificaciones y expeculaciones al de las productoras, canalillos, canales e intectuales de pacotilla. Colocaremos en un grupo sin determinar a periodistas cuyo único fin es mentir y confundir a la gente que no es capaz de analizar y contrastar la información con la que les bombardean sistemáticamente.
A don Txacurro: ¡Cómo suena eso de "intelectuales de pacotilla"! Hay una resonancia a aquello de sacar la Luger cuando se escucha la palabra Kultur. Pero quiero equivocarme...
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