Los mundos posibles atesoran la contradicción como campeones. Vivimos en el oxímoron irredimible, por decirlo suavemente. ¿Qué hemos de deducir si ese mundo que tenemos ahí delante lo habitan contradicciones que bailan ese tema de éxito ("Dialéctica, la chispa de la vida")? -Muy sencillamente, que del mundo no puede decirse si es bueno o es malo, peor o mejor. El mundo es una etiqueta para algo a lo que el singular no le conviene, para algo que nada es.
Así, en consecuencia, el mejor de los mundos posibles es una sombra que habita con algunas otras sombras, un fantasma del cálculo, el capitel sin fuste. Tampoco es el mundo una enumeración. El sujeto de esa frase es la etiqueta, y una etiqueta nos hace pensar en que tenemos dónde adherirla. Seguiremos hablando de esta pseudoetiqueta.
Así, en consecuencia, el mejor de los mundos posibles es una sombra que habita con algunas otras sombras, un fantasma del cálculo, el capitel sin fuste. Tampoco es el mundo una enumeración. El sujeto de esa frase es la etiqueta, y una etiqueta nos hace pensar en que tenemos dónde adherirla. Seguiremos hablando de esta pseudoetiqueta.
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