Leemos en un artículo de Paul Kennedy traducido por M. L. Rodríguez Tapia y publicado en El País:
Como saben los lectores habituales, yo consideré que la guerra de Irak era un error desde el primer momento, pero no es eso lo que quiero destacar aquí. Lo que quiero destacar es que la campaña en Mesopotamia está debilitando a Estados Unidos...
Notemos cómo el lenguaje se hace fuerte. Hablar de imperios requiere su propia escala y que las palabras sirvan para varios miles de años: "la campaña en Mesopotamia". Pero esa continuidad nos suena a una de dos pedanterías académicas: a la dicha -milenaria- o a la centenaria que pone en entredicho la partición del Imperio Otomano.
La continuidad real es otra cosa. Miguel Mora y Rosana Torres escriben de El Fary deprisa pero certeramente en el mismo diario:
...aquel artista que empezó cantando en los cabarés y las verbenas y que antes de eso fue taxista durante ocho años a porcentaje, como el mítico coplero Pepe Blanco, a quien sustituyó en una gala en Pozoblanco [vaya por Dios] en 1970 para cobrar su primer sueldo como cantante.
Pepe Blanco y El Fary, más que taxistas cocheros de punto. Menudos puntos. De los filipinos, el DRAE dice que es denominación que "suele emplearse con cierta benevolencia". Cocidito madrileño: "Pesadumbre y alegría / De la madre y de la hermana." La fenomenología del espíritu mismamente, según sentencia del taxímetro, valga la redundancia.
Como saben los lectores habituales, yo consideré que la guerra de Irak era un error desde el primer momento, pero no es eso lo que quiero destacar aquí. Lo que quiero destacar es que la campaña en Mesopotamia está debilitando a Estados Unidos...
Notemos cómo el lenguaje se hace fuerte. Hablar de imperios requiere su propia escala y que las palabras sirvan para varios miles de años: "la campaña en Mesopotamia". Pero esa continuidad nos suena a una de dos pedanterías académicas: a la dicha -milenaria- o a la centenaria que pone en entredicho la partición del Imperio Otomano.
La continuidad real es otra cosa. Miguel Mora y Rosana Torres escriben de El Fary deprisa pero certeramente en el mismo diario:
...aquel artista que empezó cantando en los cabarés y las verbenas y que antes de eso fue taxista durante ocho años a porcentaje, como el mítico coplero Pepe Blanco, a quien sustituyó en una gala en Pozoblanco [vaya por Dios] en 1970 para cobrar su primer sueldo como cantante.
Pepe Blanco y El Fary, más que taxistas cocheros de punto. Menudos puntos. De los filipinos, el DRAE dice que es denominación que "suele emplearse con cierta benevolencia". Cocidito madrileño: "Pesadumbre y alegría / De la madre y de la hermana." La fenomenología del espíritu mismamente, según sentencia del taxímetro, valga la redundancia.
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