Los datos que se ahogan en una espiral que sólo apunta a una colección dudosa de contradicciones. Se oponen -algo- a las estadísticas homicidas, igualmente ciegas, ebrias en su aherrojar las realidades de aquí y allá. Medir y calcular y antes de medir, establecer categorías como una emboscada incompetente.
La desconfianza pregonada, que corresponde a una credulidad suma: verdades, verdades que nos sustentan y estadísticas absurdas, las que nos brindan la mejor ocasión para el escepticismo de reunión castiza.
Estadística de los casticitos que presumen de una sabiduría de carácter estadístico. Con la varianza de un cementerio. Con la dificultad de las inscripciones. Con su espectro tan informativo.
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