Debemos a Cifré la oficialización castellana de la palabra "chafardero". Y así, yo me planteo el caso de la anagnórisis chafardera: descubrimos el nexo entre dos individuos que conocemos: "y es que el de la ferretería es el marido de la hermana del socio de Manolo". Y este reconocimiento nos resitúa en una red que a cada nuevo dibujo nos impone más aproximadas coordenadas en un proceso que nos proyecta cada vez en un espacio más complejo.
Que estas agniciones sean contingentemente erróneas, que no sean anagnórisis puede tener efectos importantes, pero no suponen la introducción de coordenadas sesgadas, abusivas.
Ése es, en cambio, el caso de quien niega la realidad lingüística: A la escritora monolingüe estoniana Elvira Lindo nadie le entiende en Cataluña, por razones obvias. El estonio o estoniano no es lengua hablada por los catalanes. El cosmopolitismo barcelonés y las tecnologías de interpretación y traducción permiten, sin embargo, que intervenga en un acto público en la CC ("Ciudad Condal", que se decía).
Es también reseñable que aunque se truequen los sistemas coordenados, los invariantes se cacen al vuelo: las imágenes líricas de niños, preferentemente en contrapicado, y sus pechos para la nación, una retórica goebbelsiana con un añadido de hipocresía beatitudinal cuando haya de hablarse de ello. Y así también la anagnórisis chafardera: no era el cuñado, era él mismo.
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