Hechos un figurín. Vernos hechos un figurín. Y éstos, como suele ser habitual, estilizados y probando que la vista está hecha para la geometría proyectiva y sus proyectividades y el tacto para el volumen. Queremos decir: la vista desconectada del tacto se pierde en aberraciones bidimensionales, últimamente en aberraciones libidinales (si algo queda en según qué sujetos) y metabólicas.
Vemos también cómo artes o artesanías andan empeñadas en la pérdida de una dimensión característica: la arquitectura virada o proyectada hacia la fotografía y el vestido para un espejismo o una santa compaña haciendo el caballito.
O una perspectiva pictórica que disuelve los cuerpos, los decolora y que buscan los pintamonas con apellidos virando hacia el Milanesado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario