Los exiguos pantanos, la arrugada ya lámina de agua, los lechos secos (corazón vacío) comenzarán a encadenar sus chinatowns (o china-townes) de complicadas tramas en que las personas cargarán con sospechas que arrastrarán a otros, amores o descendencia oculta, funcionarias fatales, periodistas de aparato dental retorcido e invenciones amontonadas.
La escasez, motor para la conspiración, motor de agua a pleno día, con un sol que se cuela por la falla de San Andrés y por los ocultos pasadizos de toda imaginación. El agua, foco de la intriga que viene. El fuego que acentúa el agua y sus foces resecas. Un país que gasta su último papel en anillos de humo. Los anillos de humo que se alejan y se ensachan envolviéndonos a todos, camino de la fuente, por si acaso.
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