Prestos a participar en batallas que acaben con dos tedéums. Prestos a pintar las batallas de excursión campestre. Se lee en una página web: "As a mark of respect to the large number of dead in the recent Egyptian ferry disaster I have decided to remove the images". Ilación, consecuencia. De no ser por ellos, aquí seguiríamos. Incluso, si el número hubiera sido pequeño, quién sabe cuál sería la política editorial, por llamarla de tal manera, de la página de marras. Si hubiera naufragado un ferry escandinavo en el Skagerrat, ¿entonces, qué? Ilación, consecuencia.
Sólo nos queda seguir investigando el desgranarse de las inferencias, de las deducciones, de las casuísticas pertinentes, de los contraejemplos relevantes. El mensaje es que todos deberemos lucir el cartelito preventivo de don’t disturb, de no molestar a nuestros políticos. A los 1200 millones da igual que les molestemos, pues sus respuestas, en fin, como las nuestras, son previsibles una vez declarado el incendio. Sólo faltaba darles la razón en cuanto a la calidad de las chispas, lo que todo los políticos occidentales están haciendo a coro en esta época en que ya tantas cosas parecían canceladas, en que pensábamos que ya nada era combustible. Ni siquiera los cuerpos de los responsables de una ofensa cuando ésta “la han cometido individuos muy concretos, con nombre y apellidos, que tentaron al destino ya sea por imprudencia o por deliberada provocación”, que dice un experto: "Ha sido él", traducimos en tres palabras.
La inmiscibilidad sólo se soluciona cuando una de las sustancias se ha sustituido por otra, más o menos de extranjis histórico: A ver cuál de las dos es la que desaparece. Faites vos jeux, que todo es ilusión, seulement une illusion, que estamos en la República, no sabemos si jacobina o jacobea.
Por lo que aquí se aboga es por aclarar qué son las chispas, cuáles sus virtudes y cómo se tratan. Otra cosa es la estopa con la que los millones anden vestidos. Comme d’habitude.
Sólo nos queda seguir investigando el desgranarse de las inferencias, de las deducciones, de las casuísticas pertinentes, de los contraejemplos relevantes. El mensaje es que todos deberemos lucir el cartelito preventivo de don’t disturb, de no molestar a nuestros políticos. A los 1200 millones da igual que les molestemos, pues sus respuestas, en fin, como las nuestras, son previsibles una vez declarado el incendio. Sólo faltaba darles la razón en cuanto a la calidad de las chispas, lo que todo los políticos occidentales están haciendo a coro en esta época en que ya tantas cosas parecían canceladas, en que pensábamos que ya nada era combustible. Ni siquiera los cuerpos de los responsables de una ofensa cuando ésta “la han cometido individuos muy concretos, con nombre y apellidos, que tentaron al destino ya sea por imprudencia o por deliberada provocación”, que dice un experto: "Ha sido él", traducimos en tres palabras.
La inmiscibilidad sólo se soluciona cuando una de las sustancias se ha sustituido por otra, más o menos de extranjis histórico: A ver cuál de las dos es la que desaparece. Faites vos jeux, que todo es ilusión, seulement une illusion, que estamos en la República, no sabemos si jacobina o jacobea.
Por lo que aquí se aboga es por aclarar qué son las chispas, cuáles sus virtudes y cómo se tratan. Otra cosa es la estopa con la que los millones anden vestidos. Comme d’habitude.
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