El durmiente a medio despertar oye en la SER -quandoque bonus dormitat (bonus ad machinam ludens)- al resumidor Sotillos que entresaca del artículo de Fernando Savater en El país d'aujourd'hui los razonamientos que siguen:
En segundo lugar, hay personas cuya convicción en el terreno religioso no es una fe en algo sobrenatural, sino un naturalismo racionalista que denuncia como nefastas para la humanidad las supersticiones y las leyendas convertidas en dogmas. Tienen derecho a practicar su vocación religiosa como los demás y son tan piadosos como cualquiera... a su modo. Voltaire o Freud son parte de nuestra historia de la religión ni más ni menos que Tomás de Aquino.
En su más duerme que vela, viene a entender algo que sin duda dice Savater -allá él- pero que no parece buen resumen del artículo que leerá algo más tarde. El ex durmiente sostiene que Savater soluciona los problemas borrándolos: goma estipulativa que estipula que no hay problema. Con todo, ya despierto, siente que el resumidor ha hecho un trabajo inapropiado.
Ni a él ni a quien transcribe aquí sus hipnopompas les mueve un especial ánimo crítico para con Sotillos. Ambos son también resumidores. Sotillos mismo ha comentado con Angels Barceló en el programa que interrumpió el sueño del durmiente que un titular “editorializa”. Resumir y sesgar se resumen, resumimos.
Pues la síntesis puede hacernos perder el hilo del discurso tranquiliza el transcriptor al durmiente y añade:
-Javier Pérez Royo en el mismo periódico informa de que irreprochables tribunales europeos han fallado contra la libertad de expresión de personas críticas, digamos o resumamos, con la Iglesia católica o con la religión cristiana. Concluye JPR y cito:
Hay mucha hipocresía, mucha soberbia y mucha prepotencia en lo que se está diciendo y escribiendo estos días.
-Sin embargo, nadie ha dicho demasiado sobre las iniciativas judiciales de los grupos mahometanos -observa el durmiente, envuelto en una nostalgia un sí es no narcoléptica.
La relevancia de la información de JPR se muestra ambigua en este punto. A cuento de qué viene lo que dice, se preguntan transcriptor y durmiente. Aunque ambos se abstienen de cualquier temeridad en su juicio, coinciden en que la conclusión del artículo les parece desconectada. Húrguese en lo implícito de la línea argumental, a ver qué supuestos nos mueven comprensivos hacia conclusiones tan razonables como socialdemócratas. ¿Hemos recorrido unos argumentos u otros? ¿qué debemos acabar concluyendo que concluye el autor?
Parece inevitable concebir la interpretación de cualquier texto (y la interpretación de lo que propone a efectos prácticos si es el caso) bajo la especie de compresión. Nos quedamos sólo con una parte. Si de un texto nos quedamos sólo con una parte, diríamos que la lectura es la toma de una parte, pero que el texto es un todo virtual, nunca accesible como tal todo. No es nunca todo el texto.
El texto tiene también partes que se dejan describir a determinados niveles de representación, que dicen los técnicos, pero interpretar es conectar ese texto con otras estructuras que siempre borrarán (y aquí comprobamos, no estipulamos) algo del primero. Pero estas afirmaciones, como la pmsima palabra estructura, son excesivas para un transcriptor, quien, casi siempre, se ve obligado a resumir.
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