Andreu Mas-Colell nos dice (peaje toll):
Por ejemplo, yo tengo, afortunadamente, muchos amigos españoles, gente, por descontado, muy civilizada.
No puede pensarse que el autor se propusiera sorprender con la revelación. Claro, uno puede tener amigos españoles, pero estarse quitando. No juzgamos favorablemente esta retórica, si bien esto no afecta al juicio que nos merezca el resto de las reflexiones con que Mas-Colell se conlleva con su lector. Así, añade en una observación que nos parece vivida y, desafortunadamente, vivible:
Por ejemplo, yo tengo, afortunadamente, muchos amigos españoles, gente, por descontado, muy civilizada.
No puede pensarse que el autor se propusiera sorprender con la revelación. Claro, uno puede tener amigos españoles, pero estarse quitando. No juzgamos favorablemente esta retórica, si bien esto no afecta al juicio que nos merezca el resto de las reflexiones con que Mas-Colell se conlleva con su lector. Así, añade en una observación que nos parece vivida y, desafortunadamente, vivible:
No sé muy bien que piensan muchos de ellos del tema catalán (aunque tengo mis sospechas). Por elección mutua, y tácita, procuramos relacionarnos alrededor de las muchísimas cosas que nos unen y evitar las que, quizás, pudieran separarnos. Es como [si], sin decírnoslo, nos hubiésemos puesto de acuerdo en no estar de acuerdo.
Nos preguntamos si la amistad consiste en la falsa piedad de no decir la verdad a quien sea o de no escuchar a quien nos la dice. Pero vayamos a interrogatorios más numéricos.
El lector, si es catalán, puede interrogarse sobre sus amigos españoles no catalanes. Si no es catalán y es español sobre sus amigos catalanes converso modo, que no sabemos muy bien si es aquí expresión adecuada. Un ejercicio mejor es el de, si es -pongamos, es un poner(1)- santanderino, preguntarse por sus amigos, pongamos otra vez, andaluces y catalanes. Ganan los primeros o los segundos. Ojo que para ser andaluz no hace falta bailar sevillanas ni para ser catalán bailar la jota, ese baile tradicional de Cataluña.
Nuestro sujeto experimental en nómina, si bien no es santanderino, lleva contabilizados números parejos de amigos, amistades y conocidos catalanes y andaluces, ha manifestado rehuir en sana metodología los problemas de doble asignación y, en cualquier caso, no ha encontrado resultados estadísticamente significativos que le hagan rechazar la hipótesis nula (esto es, que los de Santander vienen a tener tantos amigos catalanes como andaluces, todo lo demás igualado).
Seguramente, la amistad la controla geografía, pero sólo a efectos agregados. Y eso que
Cicerón dijo aquello de "Verum enim amicum qui intuetur, tamquam exemplar aliquod intuetur sui", que no sabemos muy bien qué quiere decir, pero que no podríamos entender controlled by geography, esto, viniera de uno a otro ponto. Que no nos digan aquello de que "cuando habla la financiación autonómica, la amistad se retira", que no sabemos tampoco -ni latinistas, ni hacendistas- cómo se dice en latín.
El lector, si es catalán, puede interrogarse sobre sus amigos españoles no catalanes. Si no es catalán y es español sobre sus amigos catalanes converso modo, que no sabemos muy bien si es aquí expresión adecuada. Un ejercicio mejor es el de, si es -pongamos, es un poner(1)- santanderino, preguntarse por sus amigos, pongamos otra vez, andaluces y catalanes. Ganan los primeros o los segundos. Ojo que para ser andaluz no hace falta bailar sevillanas ni para ser catalán bailar la jota, ese baile tradicional de Cataluña.
Nuestro sujeto experimental en nómina, si bien no es santanderino, lleva contabilizados números parejos de amigos, amistades y conocidos catalanes y andaluces, ha manifestado rehuir en sana metodología los problemas de doble asignación y, en cualquier caso, no ha encontrado resultados estadísticamente significativos que le hagan rechazar la hipótesis nula (esto es, que los de Santander vienen a tener tantos amigos catalanes como andaluces, todo lo demás igualado).
Seguramente, la amistad la controla geografía, pero sólo a efectos agregados. Y eso que
Cicerón dijo aquello de "Verum enim amicum qui intuetur, tamquam exemplar aliquod intuetur sui", que no sabemos muy bien qué quiere decir, pero que no podríamos entender controlled by geography, esto, viniera de uno a otro ponto. Que no nos digan aquello de que "cuando habla la financiación autonómica, la amistad se retira", que no sabemos tampoco -ni latinistas, ni hacendistas- cómo se dice en latín.
(1) Las autoridades cántabras suelen ser puestas por Cantabria y por España, como celebró en su día el mismo Maragall.
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