No sé si es un modelo o es directamente el eterno retorno. Conténtanse algunos con que el fútbol sea un festival de eternos retornos si tal cosa -así Poincaré- es susceptible del plural. Cabe que el eterno retorno, con su momento subjetivo (si subjetiva puede ser la iluminación que el demón procura, rechazo o entusiasta aceptación subsiguiente) y objetivo (Simmel, Poincaré, Simmel, Poincaré, Simmel, Poincaré,...)
Tal vez sea todo un juego de contrarréplicas y réplicas, tragedias y dramones que se repiten como comedias, todo tragicomedias sangrientas, que si no dejan ver la sangre es porque se vierte fuera de la escena. Entender un campeonato como entendimos aquel otro y entender el mundo y sus habitantes como entendimos el primero. En el fútbol todo se repite, salvo nuestra falta de memoria. Porque el eterno retorno requiere olvido y el demón, el hombre, pues se ve que no se ha olvidado.
Tal vez sea todo un juego de contrarréplicas y réplicas, tragedias y dramones que se repiten como comedias, todo tragicomedias sangrientas, que si no dejan ver la sangre es porque se vierte fuera de la escena. Entender un campeonato como entendimos aquel otro y entender el mundo y sus habitantes como entendimos el primero. En el fútbol todo se repite, salvo nuestra falta de memoria. Porque el eterno retorno requiere olvido y el demón, el hombre, pues se ve que no se ha olvidado.
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