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miércoles, abril 18, 2007

Liturgias

Tal vez la liturgia despreciada sea una liturgia envidiada, mucho más efectiva, como trabajo público y como ceremonia. Hay desconfiar, pues, de las acusaciones de desatención a las normas y rutinas de la liturgia. Ésta sólo se puede medir por su efectividad, porque racionalmente todo ritual acaba por ser vacío e injustificable genéticamente: ¿Se imaginan a la tecnología actual detectando y eliminando el más leve rastro de levadura que puede quedar en el templo?
En resumen, que lo que hay es una liturgia más exitosa, más la vallecana que la toledana o la vaticana.

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